En un nuevo gesto de presencia junto a los intendentes bonaerenses, el gobernador Axel Kicillof volvió a pisar el conurbano para profundizar la agenda de gestión en materia de seguridad y acceso a la vivienda. En este caso, fue  el turno de la ciudad de Florencio Varela, zona fuerte del voto peronista gobernada por Andrés Watson.

La ocasión fue con motivo de la inauguración de un nuevo edificio para la sede de la Policía Científica, como también para hacer entrega de 56 viviendas para el distrito. Cabe destacar que ambas medidas se conectan con las reiteradas demandas que han planteado tanto desde sectores de la policía bonaerenses, como también tras la delicada crisis de acceso al hábitat que dejó expuesta la toma de tierras de Guernica.

Nos cayó encima un problema de 40 mil casas sin terminar, con deudas, con problemas jurídicos. Nos dejaron un desastre a solucionar”, sostuvo el Gobernador, quien volvió a apuntar sus críticas a la gestión de la ex mandataria María Eugenia Vidal. “No somos de quejarnos. Lo digo cuando está por terminar este año y hemos inaugurado más viviendas con pandemia, con la deuda, con esa situación que lo que hizo un gobierno que no tuvo todas esas dificultades y que se vanagloriaba de trabajar para la gente. Mucho cartel, mucho marketing, poco ladrillo, poco asfalto”, agregó.

En tanto, Kicillof mantuvo una ayer reunión virtual con intendentes de municipios del interior de la Provincia y anunció obras de transporte eléctrico que beneficiarán a 190.000 vecinos de Chivilcoy, Guaminí, Necochea y San Andrés de Giles.

En ese sentido, esta nueva visita del mandatario al corazón del AMBA tuvo lugar luego de mantener la lupa puesta en la agenda de la temporada de verano. Por ello, Kicillof mantuvo una reunión con el conjunto de intendentes de la Costa Bonaerense, para definir detalles de cara a la llegada del turismo.

Ahora, el Gobernador retoma las demandas del conurbano en plena etapa de tránsito hacia la “nueva normalidad”, donde el Gobernador deberá afilar la atención sobre los sectores sociales más castigados del Gran Buenos Aires luego de siete meses de parálisis por COVID19.