Si el peronismo sigue de pie en el ring político electoral de este 2023 se lo debe, casi exclusivamente, a la provincia de Buenos Aires. El golpazo a nivel nacional sólo se vio contrapesado en Catamarca, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, además de Buenos Aires. En otros bastiones históricos, el peronismo no pudo sostenerse frente al tsunami libertario. Es el caso de provincias como Tucumán, donde el PJ arrasó recientemente en la elección provincial, La Rioja, La Pampa o Salta, donde Milei orilló el 50% en la provincia del ex candidato a vicepresidente de Massa en 2015, Gustavo Sáenz. En la propia Santa Cruz el kirchnerismo sufrió un golpazo y la provincia cambiará de signo político por primera vez en tres décadas. Con ese contexto nacional, la elección bonaerense cobra aún más valor para el oficialismo, aunque no deja de tener un sabor amargo si se desglosan los resultados y se los compara con la elección del 2019.

Cuatro años atrás, la boleta presidencial de Alberto Fernández y CFK cosechó 4.661.554 de votos en las PASO, un 50,66% del total. Ayer, la suma de los 2.069.920 de votos alcanzados por Massa y los 761.158 de Grabois, apenas llegaron a los 2.831.078 totales, un 32,12% del total. Si bien ese número quedó unos cinco puntos por encima del 27% nacional de la fórmula, y en la barrera que el oficialismo esperaba obtener en el país, está claro que las expectativas para Buenos Aires eran otras y que la provincia núcleo del peronismo no logró traccionar lo suficiente como para contrapesar las magras cosechas en el interior.

Otro dato determinante: los 1.830.476 votos menos que sacó la fórmula presidencial Massa-Rossi en comparación con la de Fernández-Fernández explican casi linealmente la explosión del fenómeno Milei. El libertario, que fue el candidato individualmente más votado en la provincia, cosechó 2.161.679 de votos, casi 300.000 más que los perdidos por el peronismo entre el FdT y UP. Este dato se potencia si se considera, a su vez, que JxC perdió algo menos de medio millón de votos en relación a las PASO de hace cuatro años. En 2019 Macri sacó en ese fatídico domingo de agosto para JxC unos 3.006.471 de votos, mientras que ayer la suma de Bullrich (1.448.907) y Larreta (1.118.933) llegó a los 2.567.840 sufragios, ubicando al frente como el segundo más votado detrás de UP.

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CONURBANO, LA ÚLTIMA TRINCHERA

La conclusión es evidente: si bien Milei comió votos macrista, su emergencia y explosión se explican principalmente por los votos que le quitó al peronismo. Mirando aún más en fino, una lectura sobre los resultados en las distintas secciones electorales, en municipios clave y en la relación entre los votos de Massa con los de Kicillof y los intendentes queda más claro lo que le faltó a UP este domingo y lo que tendrá que ir a buscar de cara a octubre.

La primera y más contundentes de las sentencias es que el conurbano se consolida, cada vez más, como la última trinchera del peronismo. Si bien en otros territorios hubo números favorables a Kicillof y a jefes comunales del PJ, la boleta presidencial de Massa-Rossi solamente fue la más elegida en la Tercera Sección electoral, y UP como frente se impuso además en la Primera, sumando los votos de Grabois. En el resto de la provincia, la suma de las propuestas presidenciales del macrismo superaron a las de UP, que incluso quedó por debajo también de La Libertad Avanza en tres de las ocho secciones.

La Tercera Sección electoral sigue siendo el corazón del peronismo, aunque cada vez más debilitado. Solamente allí Massa fue el candidato a presidente más votado, con 845.260 sufragios, que sumados a los 294.450 de Grabois totalizaron 1.139.710 votos, el 37,08% del total. Milei fue el segundo candidato individualmente más votado, con 724.670 votos y el 23,58% del padrón, mientras que entre Bullrich y Larreta sumaron 741.771 votos, apenas por encima del libertario con el 24,13%.

En la Primera Milei dio el batacazo, y con los 765.474 votos que sacó se convirtió en el candidato más votado, alcanzando el 24,71% para LLA. Massa quedó segundo con 736.346 votos, que sumados a los 263.022 de Grabois dejaron a UP primera, aunque algo más abajo que en el porcentaje de la Tercera, con 32,62% del total. Juntos por el Cambio tuvo entre sus dos boletas 907.638 votos y el 29,30% del padrón.

Milei y 'El Dipy' de campaña en La Matanza
Milei y 'El Dipy' de campaña en La Matanza

EL INTERIOR DE LA PBA

La tremenda cosecha de Milei en esos dos territorios a costa de la caída en votos del peronismo es una de las grandes claves de la elección bonaerense, que a su vez condiciona fuertemente la nacional. La otra, es el hecho de que UP no se haya podido imponer en ninguna otra sección electoral con sus fórmulas presidenciales, quedando segunda detrás de JxC y hasta tercera debajo de LLA.

En la Segunda Sección JxC fue el frente más votado, con 145.272 sufragios y un 32,89% del padrón. Unión por la Patria llegó a 119.974 votos en total, quedando segundo como frente con el 27,16%. Mientras que Javier Milei volvió a ser el candidato individualmente más votado con 116.438 votos, que representaron el 26,36% del padrón. El esquema se repitió en la Cuarta Sección: JxC el frente más votado, con 130.302 votos y 35,23% del padrón, UP segunda con 96.691 votos y 26,14% del total, y Milei el candidato más votado con 90.129 votos y 24,37% de los sufragios.

En la Sección Capital, Massa fue el candidato más votado con 80.965 votos, pero la sumatoria con Grabois dejó a UP con 30,88% del total, mientras que Bullrich (71.077 votos) y Larreta (66.451 votos) sumaron el 35,95% dejando a JxC como el frente más votado. Allí, Milei llegó a los 75.963 votos y el 19,86%.

Los golpes más duros para UP vinieron, sin embargo, de la Quinta, la Sexta y la Séptima, donde quedó tercero detrás de JxC y LLA. En la Quinta, el territorio más relevante en término de cantidad de votantes detrás del conurbano, con un total de 1.219.864 electores, Milei arrasó como el candidato individualmente más votado con 213.673 votos, que representan el 25,91% del padrón. Patricia Bullrich fue la segunda más votada, con 170.147 sufragios, que sumados a los de Larreta dejaron a JxC como primera fuerza en la sección, con el 35,13%. Massa quedó tercero con 144.167 votos, y UP tercera como fuerza con el 26,68%.

El mismo esquema se repitió en la Sexta y la Séptima. En la sección que tiene como cabecera a Bahía Blanca, Milei quedó arriba individualmente con 125.941 votos y el 29,03%, Bullrich segunda con 90.185 votos y JxC primera fuerza con el 34,07%. Massa tercer candidato con 70.080 votos y UP tercera fuerza con 22,49%. En la Séptima, Milei tuvo 49.391 votos, dejando a LLA como segunda fuerza con el 25,95%. Bullrich fue la segunda candidata más votada con 38.021 votos y JxC la primera fuerza con el 35,65%. Massa tercero con 33.721 votos y UP tercera con el 25,14%.

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TAREA PARA LOS INTENDENTES

A las magras cosechas por fuera del conurbano para las boletas presidenciales de UP, hay que agregarle la distancia que tuvieron respecto a la de Axel Kicillof y los intendentes de grandes distritos. En todas las secciones, la boleta del gobernador tuvo entre 3 y 6 puntos más que la suma de las dos para presidente en UP. En la Primera, Massa-Grabois sumaron 32,26% y Kicillof 35,84%. La ecuación se repitió en el el resto de las secciones: 27,16% vs. 31,53% en la Segunda; 37,08% vs. 41,52% en la Tercera; 26,14% vs. 32,03% en la Cuarta; 25,68% vs. 30,05% en la Quinta; 22,94% vs. 27,44% en la Sexta; 25,14% vs. 30,33% en la Séptima; y 30,88% vs. 34,78% en La Plata, siempre con la diferencia a favor de Kicillof.

Llevada al territorio municipal, esa ecuación repite siempre el mismo patrón: los intendentes sacaron más votos, luego vienen los sufragios para Kicillof y por último y más abajo los presidenciales de UP. Esta fórmula, que no es para nada una novedad, cobra especial relevancia en el contexto de la dura derrota nacional que dejó al oficialismo como tercera fuerza del país detrás de LLA y JxC.

En La Matanza, por ejemplo, las tres listas para intendente sumaron 287.747 votos y el 44,81%, Kicillof 274.639 votos y el 43,50%, mientras que Massa/Grabois juntaron 272.435 votos y el 39,45%. En Quilmes, Mayra Mendoza sacó 121.126 votos y el 40,50%, Kicillof 119.084 votos y el 40,24%, y Massa/Grabois alcanzaron 116.809 votos y 36,02%. En Almirante Brown, otro gigante de la Tercera Sección electoral, Mariano Cascallares obtuvo 118.118 votos y el 42,75%, Kicillof 113.924 votos y el 41,44%, mientras que los presidenciales de UP sumaron 112.486 votos y el 36,78% Siguiendo con la Tercera, en Lomas de Zamora, Federico Otermín alcanzó el 41,92% con 138.101 votos, Kicillof el 41,14% con 136.010 votos, mientras que Massa/Grabois llegaron al 37,23% con 130.761 votos.

La diferencia estuvo, además, en la cantidad de votos para cada categoría. En Lomas de Zamora, por ejemplo, votaron 557.508 para intendente y 494.501 para presidente, unos 60.000 votos menos. La fórmula se repite en todos los casos: en Quilmes hubo 502.313 electores para intendente y 459.257 para presidente, en La Matanza 1.137.163 contra 1.009.282, en Almirante Brown fueron 471.902 electores para la categoría municipal y 442.946 para la nacional. Solamente en esos distritos, tomados como ejemplo por la relevancia de su peso electoral, hubo unos 230.000 electores más para jefe comunal que para presidente, lo cual denota una falta de atractivo en la elección nacional para los votantes bonaerenses en esos distritos.

Para seguir el análisis con los municipios más populosos de la Primera Sección, el otro gran bastión peronista, pueden tomarse como muestra Moreno, donde las tres listas locales de UP sumaron 113.463 votos y el 52,54%, Kicillof obtuvo 95.909 votos y el 46,28% y Massa/Grabois 93.220 votos y el 40,55%. En Tigre, la interna entre Zamora y Galmarini juntó 103.033 votos, el 49,87% del padrón, kicillof sacó 67.815 votos y el 34,59%, y las boletas presidenciales de UP sumaron 68.871 votos y el 30,82%. En José C. Paz, la boleta municipal obtuvo 51.254 votos y el 40,77%, la provincial 53.866 votos y el 42,10% y la nacional 53.585 votos y el 37,58%, rompiendo la tendencia. Algo similar pasó en Merlo, donde Gustavo Menéndez obtuvo 73.999 votos y el 31,59%, Kicillof 91.707 votos y 39,63% y Massa/Grabois 95.569 votos con el 36,05%, siendo de los pocos distritos con más votos para los candidatos a presidentes de UP que para los intendentes.

En los distritos de la Primera, al igual que en la Tercera, hubo más electores para la categoría local que para la nacional. Allí tendrá un gran trabajo UP de cara a octubre, con los intendentes como principales artífices de lo que pueda ser una levantada como la que se dio entre las PASO y las generales del 2021. No es ninguna novedad que en los territorios la primera boleta que se reparte y se milita es la local, pero con los estruendosos resultados en la provincia y el país, seguramente llegarán los pases de factura a los municipios para que la maquinaria territorial funcione más aceitada en los dos meses que quedan de campaña. La amenaza será, como contrapartida, un escenario donde los jefes comunales retengan sus distritos pero se vean en la situación de gobernar junto a una gestión nacional que, ya sea en manos de Milei o de Bullrich, promete un ajuste que repercutirá directamente en las obras y los recursos para los municipios.

Otra de las tareas que tendrán en ese sentido los intendentes será bajar a Javier Milei, a quien el aparato oficialista empujó demás para frenar a JxC y terminó ayudando a constituirse en la sorpresa de las PASO. Por ejemplo, el libertario cosechó 161.020 votos en La Matanza, 68.126 en Quilmes, 80.533 en Lomas de Zamora, 74.951 en Almirante Brown, 60.140 en Moreno, 67.039 en Merlo, por citar algunos distritos donde manda el peronismo y el aparato territorial puede pesar a la hora de potenciar y frenar el crecimiento de un candidato.

De cara a las generales, otro dato determinante será el incremento de la participación electoral y dónde irán a parar esos votos. El 69% de ayer marcó un piso histórico de asistencia a las urnas desde que existen las PASO para una elección presidencial, y es de esperarse alrededor de un 10% más de asistencia en línea con el incremento que suele haber entre agosto y octubre. Allí también habrá una tarea determinante en los territorios bonaerenses con miras al único objetivo realista que hoy puede trazarse UP: entrar al balotaje y jugarse el todo por el todo, quizás contra el adversario que parecía más elegible en la previa pero que comienza a asustar luego del batacazo del domingo, con especial epicentro bonaerense.