La pulseada por la unidad del peronismo bonaerense
A poco menos de un mes del cierre de listas en la provincia de Buenos Aires, el peronismo busca avanzar en la conformación de una mesa de diálogo para la designación de candidatos. Pero, antes de su concreción, ya empezaron los primeros tironeos.
La presentación de alianzas para las elecciones legislativas bonaerenses ante la Junta Electoral termina el de julio. Diez días después, el 19, es la fecha límite para le definición de candidatos y el cierre de listas. Así, con el cronograma electoral en la nuca, el peronismo intenta acercar posiciones y acelerar definiciones para alcanzar la unidad en la provincia de Buenos Aires, pero las internas dificultan la tarea y las pujas por la designación de candidatos en cada sección electoral generan cada vez más incertidumbre.
Días antes de la detención de Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidenta se había reunido con Axel Kicillof para apaciguar la interna y pactar una estrategia electoral para la provincia. Allí, en ese encuentro, acordaron trabajar en pos de la unidad y crear una mesa de diálogo para el armado de las listas. Sin embargo, la ratificación de la condena contra la ex mandataria y su prisión domiciliaria pateó el tablero y puso en pausa la discusión por la definición de candidaturas.
La pausa y la tregua duraron poco. Este fin de semana, Sergio Massa y Máximo Kirchner movieron las primeras fichas de ajedres y pusieron a los apoderados del Partido Justicialista bonaerense y el Frente Renovador a diseñar los pormenores del armado y los detalles de la estrategia electoral. El kicillofismo se enteró por los medios de comunicación, pero respondió rápidamente y el gobernador aseguró que convocaría en las próximos días -se espera que sea esta semana- a una mesa de diálogo con integrantes de todos los sectores del peronismo que tengan representatividad en la provincia de Buenos Aires.
Con este anuncio, el gobernador cambió los planes iniciales de Massa y Máximo Kirchner que planeaban convocar a un encuentro de características similares en la sede del PJ nacional, en la calle Matheu de la ciudad de Buenos Aires. Dicha reunión iba a realizarse el martes pasado, pero no se concretó en medio de los tirones y negociaciones a contrareloj entre el cristinismo, el massismo y el espacio de Axel Kicillof, Movimiento Derecho al Futuro.
La mesa de diálogo aún espera su conformación, pero la primera disputa ahora gira en torno a quién hace la convocatoria y quién juega de local. Por estas horas, el gobernador bonaerense mantiene un diálogo fluido con Federico Otermin, el intendente de Lomas de Zamora cercano a Máximo Kirchner y Cristina Fernández, para llegar a un acuerdo y concretar el primer encuentro de esa mesa lo antes posible. El jefe comunal oficia de intermediario y funciona como el vocero del camporismo.
En medio de ese tire y afloje, el kicillofismo mantiene su postura inicial: que se respete la figura del Gobernador y su peso político en la provincia de Buenos Aires. Por ese motivo, Kicillof quiere ser quien convoque a la reunión e insiste en que se debe respetar el acuerdo al que llegó con Cristina Fernández.
Desde Gobernación creen firmemente que el Movimiento Derecho al Futuro debe tener una representación del 50% en las listas del peronismo y que la otra mitad sea repartida entre los demás sectores. Desde La Cámpora y el Frente Renovador, piensan en un reparto “más equitativo” entre las diferentes vertientes. Incluso, el cristinismo busca negociar lugares para La Cámpora y los intendentes kirchneristas por separado.
En otras palabras, las negociaciones prometen ser ásperas y difíciles, aunque desde el massismo creen que es “lógico” que sea Kicillof, por su rol de gobernador, quien tenga la palabra final sobre los candidatos que encabecen la lista de cada sección. En tanto, desde el sector de Máximo Kirchner no están tan convencidos pero no es una posibilidad que descarten de plano. Esto siempre y cuando llegen a un acuerdo con los porcentajes de representación en el armado electoral.
Por su parte, desde el entorno del Gobernación aseguraron a Diagonales que su intención no es que exista “un veto” de nombres pero sí piden que las cabezas de lista sean “candidatos competitivos” y con conexión al territorio de cada sección electoral.
Por su parte, desde La Cámpora promueven a Máximo Kirchner como potencial candidato por la tercera sección electoral; lugar que iba a ocupar Cristina Fernández antes de su proscripción. En tanto, el Frente Renovador analiza la posibilidad de que el propio Massa sea candidato por la primera. Lo cierto es que, por el momento, ambos dirigentes mantienen silencio sobre estas alternativas pero al mismo tiempo comenzaron a tener un rol cada vez más activo y público.
LAS DISCUSIONES QUE SE VIENEN
Las diferencias son varias, pero hasta ahora todos los actores coinciden en que los intendentes deben tener un rol preponderante tanto en las negociaciones como en las definiciones finales. Una elección provincial como la del 7 de septiembre tiene un fuerte condimento local y los jefes comunales son quienes más conocen el territorio.
Por ese motivo ningún espacio descarta designar intendentes como candidatos, pero además se espera que la mesa de diálogo del peronismo bonaerense esté conformada principalmente -o al menos en gran parte- por intendentes y probablemente legisladores. Es que ni Axel Kicillof, ni Máximo Kirchner o Sergio Massa planean participar directamente de las negociaciones, sino que cada uno eligirá a sus representantes.
En Gobernación aseguran que aún no tienen definido quién o quiénes serán los que se sienten a la mesa por el Movimiento Derecho al Futuro, pero aseguran que “seguramente sean intendentes, tal vez algún legislador”.
A su vez, otros espacios estarán invitados a la mesa de negociación como el Movimiento Evita, Nuevo Encuentro, el Frente Patria Grande, entre otros. Pero antes, el kicillofismo y el cristinismo deben llegar a un acuerdo.
En ese contexto, Sergio Massa se mostró más cercano a Máximo Kirchner aunque en los últimos días lanzó guiños al Gobernador bonaerense al encabezar un encuentro virtual con más de 300 dirigentes del Frente Renovador. Allí, el ex ministro de Economía reconoció que “es lógico” que Kicillof quiera liderar la campaña y que sea él quien defina en última instancia los nombres que encabecen las listas, dado que el resultado de las elecciones tendrá un impacto directo en los dos años de gestión que le quedan en la provincia de Buenos Aires.
De esta manera, Massa intenta actuar como “garante de la unidad” y acercar posiciones entre Kicillof y Máximo Kirchner; un rol similar al que adoptó entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Para ello, el líder del Frente Revador promueve abandonar sellos anteriores y lanzar un frente que use el nombre “Peronismo”.
La propuesta no es vista con malos ojos por los otros sectores, pero el nombre de la alianza deberá definirse también en la mesa de diálogo que podría concretarse en los próximos días. En esos encuentros (porque claramente serán más de uno) también tendrán que acordarse cuestiones jurídicas como la conformación de la junta electoral, la designación de apoderados, definir mecanismos para dirimir conflictos y por supuesto cuestiones políticas como la conformación de las listas sección por sección.
Además, se deberá consensuar una línea discursiva común de campaña. El kicillofismo quiere poner el foco en la gestión bonaerense como contracara y escudo ante el ajuste de Javier Milei, desde el massismo creen que no solo se debe sostener una retórica desde la resistencia y La Cámpora quiere usar la centralidad de Cristina Fernández.
El peronismo no tiene una tarea fácil por delante y debe superar rápidamente las internas para lograr la unidad que le permita derrotar a La Libertad Avanza y sus aliados en la provincia de Buenos Aires. A menos de un mes del cierre de listas, el reloj corre y el tiempo apremia.