El 75 por ciento del empleo privado nacional radica en 920.000 pymes de las cuales 275.000 se localizan en la provincia de Buenos Aires. Son responsables de 8 de cada 10 empleos en territorio bonaerense. Debido a esto, la Provincia resulta ser la víctima principal del industricidio promovido por un gobierno que incentiva la maximización de ganancias en el ámbito financiero.

Según las últimas cifras que publicó el Indec, en el cuarto trimestre de 2018 la tasa de desempleo total del país fue del 9 por ciento pero, puntualmente en los partidos del Gran Buenos Aires la cifra superó el 11 por ciento. De un total 1.185.000 argentinos desocupados, 644.000 habitan en la provincia.

"Las pymes se vieron muy afectadas por el parate en el consumo interno", reconoce el ministro de trabajo Marcelo Villegas en un entrevista concedida al diario La Nación. "Estamos saliendo de esta crisis con mucho dolor pero sin romper las reglas de juego, sin cepo laboral, sin prohibición de despedir, sin confiscación de ahorros, sin default y eso es mérito de todos", agrega el funcionario vidalista. "Dentro de un contexto complejo veo una reacción favorable de las pymes porque si no, tendríamos otros números de desempleo". Lo cierto es que siempre se puede estar peor.

Por su parte, la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA) exhortó a que "todas las fuerzas políticas trabajen juntas definiendo lineamientos fundamentales para superar estas dificultades". En un comunicado, la entidad industrial bonaerense dio un apoyo explícito al acuerdo entre el gobierno y la dirigencia justicialista e hizo un llamado a las fuerzas políticas, ante la difícil situación que atraviesa ese sector. 

La UIPBA destacó que "los acuerdos en pos del crecimiento, el aumento de las exportaciones, la creación de empleo genuino y de calidad, la actualización de las leyes laborales vigentes, la disminución de la carga impositiva para la producción, la certeza en el cumplimiento de las normas, y todas las medidas que acompañen el crecimiento sostenible y la estabilidad de los sectores, son vitales no sólo para todas las industrias argentinas, sino para el desarrollo como sociedad y como Nación". 

La entidad fabril resaltó que "políticas de mediano y largo plazo, industriales y de crecimiento, son los ejes de una discusión que debemos dar los industriales, los trabajadores y todas las fuerzas políticas por el bien de nuestro país". La referencia es obvia, un aval al acuerdo de gobernabilidad propiciado por el gobierno.  La entidad que preside Martín Rappallini, quien además es presidente del Polo Industrial Ezeiza y de Alberdi Desarrollos, la empresa desarrolladora del Polo, se manifestó a favor de esta iniciativa tal como lo hicieron otros núcleos empresariales como CAME (comercios minoristas).

 No obstante, los datos de la Dirección Provincial de Estadística que depende del Ministerio de Economía muestran que, salvo las tabacaleras (que aumentaron su producción en un 6,3%) el resto de los bloques del sector fabril bonaerense cayeron de diversas maneras si se compara enero de 2018 con el mismo mes de 2019. Según el estudio denominado Indicador Sintético de la Industria Manufacturera de la provincia de Buenos Aires (ISIM-PBA) publicado en la página web de la cartera que conduce Hernán Lacunza, los rubros que evidenciaron una caída mayor en el período analizado fueron: textiles y cueros (-29,5%), caucho y plástico (-23,6%), metales comunes (-23,6%) y papel y cartón (-15,2%). Le siguieron los vehículos automotores (-13,4%), las máquinas y equipos (-10,3%), los minerales no metálicos (-8,6%), los productos químicos (-2,3%) y la refinación de petróleo (-2,2%). En el informe, que relevó 35 actividades que se llevan a cabo en territorio bonaerense agrupadas en 11 bloques temáticos, se destacó una disminución promedio del 9,2% respecto al mismo mes del año pasado. A todas luces un desplome brutal de la actividad.      

Por su parte, el presidente de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (ADIBA), Silvio Zurzolo, en conversación con Diagonales sentenció: “Estamos muy mal, están todos los indicadores en rojo”.  Y afirmó que si bien tienen buen diálogo con Nación y con Provincia, “a veces pareciera que habláramos dos idiomas distintos. El camino no es éste. Los dólares no se consiguen pidiendo plata, los dólares se consiguen produciendo", consideró.