El gobierno de María Eugenia Vidal enfrenta uno de los más grandes desafíos de su gestión combatir la inseguridad en la Provincia y hacer que los bonaerenses no vivan con esa constante "sensación de inseguridad" que ya se convirtió en la principal preocupación de los vecinos. Para eso, según ellos mismos aseguran, han encarado distintos caminos que llevarán a un objetivo común, por ejemplo, se encuentra la tan comunicada "limpieza" de la policía bonaerense, que tiene como máximo responsable al ministro de Seguridad, Cristian Ritondo y la reforma en el sistema penitenciario provincial, a cargo del titular de la cartera de Justicia, Gustavo Ferrari. 

En ese contexto, si bien el gobierno de Vidal tiene un mismo objetivo, se dan ciertas incongruencias en lo discursivo. Es que por un lado, Ritondo habla de "la puerta giratoria" judicial, responsabilizando en cierta manera a los jueces y a las leyes existentes por liberar a los delincuentes, y por el otro lado, aparece Ferrari, quien asegura que las cárceles están superpobladas y que tienen que comenzar a generar mejores condiciones para que las personas que se encuentran privadas de su libertad puedan reinsertarse en la sociedad y no vuelvan a caer en la trampa del delito. 

Sin duda está más cerca de la realidad lo señalado por el ministro de Justicia bonaerense. Los medios de comunicación y su metralleta para poner en la agenda de la gente e incluso de los funcionarios ciertas discusiones y afirmaciones, quizá haga caer en el error de pensar que todos los que cometieron un hecho delictivo entran y salen de las cárceles como si nada hubiese pasado. 

En la provincia de Buenos Aires hay alrededor de 33 mil presos distribuidos en 55 unidades penitenciarias y 7 alcaidías y ha sido comunicado por el propio gobierno bonaerense que cada año se recibe a aproximadamente 2200 presos y que la tasa de recambio es de sólo 600. Allí radica el problema de la "superpoblación" mencionada y el anunciado programa de Vidal para construir más cárceles.  

En el marco de la discusión por la "puerta giratoria" y de los dichos de Cristian Ritondo, que pueden llegar a generar cierto malestar en los exponentes de la Justicia, es que el viernes el ministro Ferrari se reunió con jueces de garantías de los departamentos judiciales de La Plata, Lomas de Zamora, Quilmes y Avellaneda, con la finalidad de "desarrollar una agenda de trabajo conjunta" para "generar mejoras en el fuero penal de la Provincia", según comunicaron desde el Ministerio de Justicia. 

En el encuentro el funcionario reconoció los problemas que tiene la Provincia y planteó los puntos para combatir estos flagelos, también aprovechó la oportunidad para trazar algunas líneas de trabajo en conjunto tanto con los fiscales como con los defensores y las fuerzas de seguridad. 

Las contradicciones están a la vista. Ha sido el propio gobierno bonaerense el que ha reconocido que la Provincia está en uno de sus topes más altos en lo que respecta a la población carcelaria. El ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo y otros funcionarios de índole nacional se equivocan al simplificar una problemática compleja que tiene que ser tratada con seriedad y responsabilidad. 

Muchas veces los políticos dicen lo que la gente quiere escuchar, pero ellos como funcionarios deberían remitirse a las estadísticas y a lo que muestra la realidad para atacar el problema de fondo y no tratar temas tan complejos para hacer mero marketing electoralista.