Tras un año de fuertes cruces con un sector del peronismo, Máximo Kirchner asumirá de manera formal como jefe del Partido Justicialista bonaerense. El dirigente tomará la titularidad del PJ en un acto a desarrollarse el sábado en la Quinta de San Vicente donde descansan los restos de Juan Domingo Perón.

La unción de quien será el nuevo mandamás del justicialismo en la provincia de Buenos Aires fue resistida de manera inicial por un sector del peronismo, en especial por intendentes bonaerenses. Fue el propio mandatario de Esteban Echeverría, Fernando Gray, quien incluso decidió judicializar la elección partidaria que coronó a Kirchner, al sostener que no respetaba los procedimientos formales.

Es que, en los últimos años, la conducción el peronismo bonaerense estaba en manos de intendentes de manera alternada. Los últimos mandatos habían sido ejercidos por el propio Gray y Gustavo Menéndez (de Merlo), quien a su vez habían recibido el PJ de manos de Fernando Espinoza, actual intendente de La Matanza. De esta manera, Máximo Kirchner romperá esa racha y ubicará la jefatura del PJ bajo el ala de la militancia kirchnerista.

Aunque la pelea legal continúa hasta el momento, nada impediría que Kirchner selle su jefatura este sábado, en el acto que se prepara en el predio donde tuvo residencia el propio Perón. Antes del traspaso de mando, se realizará el Congreso partidario que estará presidido por el intendente Espinoza.

Para el acto, se espera la presencia tanto de los intendentes peronistas más alineados al sector cristinista del Gobierno –con la estructura militante que puedan aportar-, como también de funcionarios y dirigentes allegados a La Cámpora y el kirchnerismo. Allí se ubican figuras como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque; o el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde.