Miles de personas se movilizaron ayer a lo largo de 25 cuadras en Mar del Plata en repudio a la prisión domiciliaria que la Justicia dictó para el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, quien desde hace una semana vive en el Bosque Peralta Ramos, tras ser excarcelado de la cárcel de Ezeiza.

“Qué hermoso ver tanta gente al lado nuestro. Como marplatense, como Madre y Abuela de Plaza de Mayo no quiero que Etchecolatz esté en Mar del Plata”, afirmó a Página 12 Angela Barili de Tasca con su pañuelo blanco en la cabeza y sentada junto a otras madres, abuelas, hijos, nietos recuperados y familiares de detenidos desaparecidos, víctimas de los delitos de lesa humanidad que Etchecolatz y otros genocidas cometieron durante la última dictadura cívico militar.

La concentración comenzó sobre avenida Luro al 2400, frente al Tribunal Oral Federal local, pasadas las 17.30 del sábado. Allí los organismos de derechos humanos de la ciudad extendieron la bandera argentina que lleva el rostro de los desaparecidos y reclamaron que Etchecolatz vuelva a la cárcel común.

Desde “La Feliz” afirmaron que la movilización fue “histórica”, en términos de participación popular, y movilizó a las dos vertientes de Madres de Plaza de Mayo que se unieron para repudiar la prisión domiciliaria a quien actuó en detenciones ilegales, tortura y desaparición forzada en 21 centros clandestinos de detención y fue partícipe de la violación de derechos humanos de más de 960 personas.

La manifestación partió desde los Tribunales Federales al grito de “cárcel común, perpetua y efectiva, ni un solo genocida por las calles de Argentina”.