Sin muchos sobresaltos ni novedades trascendentales, este sábado transcurrió el Congreso del PJ bonaerense, en el cual se conformó una mesa de negociación de hacia un frente electoral del peronismo y sus aliados. En lo concreto, se mantuvo un esquema de representación en el cual las dos grandes tribus que hoy discuten en el partido, el cristinismo y el Movimiento Derecho al Futuro, sostuvieron lugares que ya tenían. Sin embargo, se formalizó un grupo de delegados para negociar con el resto de los actores y quedó propuesta una distribución “equitativa” de lugares entre los apoderados y la Junta Electoral.

La rosca arrancó temprano y la decisión se cocinó en una reunión previa en la Municipalidad de Merlo entre las principales referencias de cada sector. El intendente local y aliado central de Máximo Kirchner, Gustavo Menéndez, recibió a sus pares Mayra Mendoza, Marisa Fassi (Cañuelas), Mariel Fernández (Moreno) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), por parte del cristinismo, campamento que también sumo al presidente del bloque de Diputados, el camporista Facundo Tignanelli. Del lado del kicillofismo, participaron Fernando Espinoza (La Matanza), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Julio Alak (La Plata), el ministro Gabriel Katopodis y el ex jefe comunal de Ituzaingó, Alberto Descalzo.

Con las tensiones que surcaron los días previos, podía esperarse que el encuentro pejotista estuviera áspero. El fuerte cruce que mantuvieron Máximo Kirchner y Katopodis en Jose C. Paz en una reunión previa al Congreso, en la que el kicillofismo pedía que el mismo se hiciera en La Matanza y el líder de La Cámpora logró imponer que fuese en Merlo, ponía picante en la previa. Sin embargo, y más allá de que esa reunión inicial se extendió más de lo pensado, el acuerdo pudo sellarse y el Congreso en sí tuvo un tránsito tranquilo y sin roces muy significativos.

Negociadores de ambas tribus en la mesa electoral del PJ bonaerense

Quizás el descomprimir esa situación previa haya sido una de las razones de la ausencia del propio Máximo Kirchner, que no estaba obligado a participar del Congreso en tanto autoridad partidaria, pero cuya faltazo llamó la atención. Otro elemento que circulaba en los últimos días era que el cristinismo volvería a insistir al kicillofismo para que el gobernador revea la decisión del desdoblamiento. Por lo que pudo averiguar Diagonales, no hubo una discusión profunda en ese sentido tampoco.

En concreto, el acuerdo pasó por designar a dos integrantes de cada campamento para conformar una mesa negociadora, que tendrá como tarea el armado del frente electoral con otros actores como el Frente Renovador, Patria Grande de Juan Grabois, o Principios y Valores de Guillermo Moreno, entre otros. Esa mesa quedó integrada por Verónica Magario y Gabriel Katopodis por el MDF, Mariel Fernández y Federico Otermín por el cristinismo.

La Cámpora como tal no tendrá a uno de sus intendentes sentado en esa mesa, pero sí formará parte de la misma Máximo Kirchner, a raíz de su lugar como presidente del PJ bonaerense. La inclusión de Otermín, de buen diálogo con el MDF, y de Fernández como representante de otra pata del armado, el Movimiento Evita, puede ser leído como un movimiento del cristinismo que busca mostrarse como un todo más amplio que la propia organización de Kirchner.

Del lado del kicillofismo los nombres también son elocuentes. Katopodis es uno de los actores más resistidos por el campamento de CFK, donde no le perdonan sus distintas incursiones en armados del peronismo que jugaron contra la ex presidenta. Al contrario, Magario es una de las dirigentas con más llegada a CFK en el kicillofismo. De hecho, la vicegobernadora fue una de las primeras en visitar personalmente a la ex presidenta este año y en plantearle que una candidatura suya sería muy importante para el conjunto.

Negociadores de ambas tribus en la mesa electoral del PJ bonaerense

De esta manera, la mesa pejotista puede pensarse como un pequeño paso más hacia la unidad de un peronismo donde, a dos semanas del cierre de listas, nadie descarta tampoco ir separados a las urnas. En ese contexto, si bien la conformación de ese equipo de delegados simplemente cumplió la formalidad legal del Congreso partidario, no deja de ser también un gesto positivo en las horas calientes que corres y de cara a las que vienen.

Lo que sí resaltaron como un elemento novedoso en el entorno del gobernador es el haber llegado a un acuerdo para que los lugares en los órganos decisorios del frente tenga reparto equitativo entre las tribus. En concreto, los apoderados y los miembros de la Junta Electoral. Esas posiciones significan ni más ni menos que las personas que revisarán la legalidad de cada candidatura y quienes firmarán las listas antes de entregarlas.

Cerca de Kicillof interpretaron ese acuerdo como un “reconocimiento del gobernador y del espacio como parte” del armado del peronismo. En otras palabras, el reconocimiento de que el MDF ya es un actor particular en el conjunto de lo que fuera UP y que le corresponden posiciones como tal.

El Congreso en sí inició con una apertura de Fernando Espinoza, quien informó a los congresales del acuerdo que se había alcanzado en la reunión previa. Luego fue el turno del intendente local, Gustavo Menéndez, que expuso también un acuerdo clave para la unidad a construir: las dos línea políticas a sostener, la libertad de CFK y el acompañamiento a Kicillof.

Negociadores de ambas tribus en la mesa electoral del PJ bonaerense

Detrás suyo fue Mariel Fernández quien tomó la palabra para reivindicar la libertad de CFK. “De este Congreso salimos en unidad para enfrentarlos a ellos”, sentenció la intendenta de Moreno. Otro momento importante de la jornada fue cuando los congresales del distrito de Quilmes expusieron la situación de los militantes detenidos injustamente por orden de Arroyo Salgado en línea con la voluntad de la ministra Bullrich y el gobierno de Milei.

Finalmente, un jefe comunal kicillofista como Mariano Cascallares puso a consideración facultar al presidente partidario, Máximo Kirchner, para que junto a dos firmas más de los cuatro integrantes de la mesa de negociación, pueda suscribir una alianza electoral con otros partidos. La propuesta fue votada por unanimidad.

EL miércoles 9 cierra el plazo para la inscripción de alianzas. Para ese día, no son muchos los actores del peronismo que consideran que vaya a estar cerrada una única alianza. Es probable que, junto al frente que puedan inscribir el PJ, el FR, algún partido del MDF y otros aliados, también se anote algún sello por fuera con el que el kicillofismo se guarde una carta para presentar sus propias listas si el acuerdo no progresa. Todo seguirá abierto hasta las últimas horas del sábado 19. Hasta ese momento seguirán las fricciones internas. A partir de allí empezará la verdadera batalla.