Desde que comenzó el Operativo Manes, muchos ejes fueron variando en el radicalismo, por el cambio de panorama o por diferentes visiones entre los dirigentes del partido centenario. Pero hay dos que se mantienen: unidad y suspenso. Esto cobra especial valor frente al escenario desprolijo que se trasluce de la interna PRO.

“Hay que generar incertidumbre en los medios con la candidatura de Facundo (Manes) para llegar fortalecidos a la mesa de negociación de Juntos por el Cambio”, explicó a Diagonales uno de los armadores políticos del radicalismo. En este contexto, sin mostrarse como candidato, el neurocientífico viajó a Jujuy para festejar la victoria del oficialismo, en una elección que el gobernador Gerardo Morales se esforzó para nacionalizar como una victoria de la UCR.

También comienza a recibir el contundente apoyo de los distintos sectores del radicalismo. La legisladora bonaerense y vice del partido, Alejandra Lordén, dijo que  "en este momento la UCR se está resignificando con las figuras de Martín Lousteau y Facundo Manes". En tanto, Morales señaló: "Manes como candidato es una apuesta fuerte del radicalismo a uno de los distritos más importantes, que es la provincia de Buenos Aires, el talón de Aquiles".

Lo cierto es que la solidez que muestran los radicales en Provincia de Buenos Aires, donde Manes sería el candidato que encabece la lista de la UCR, comienza a preocupar a los armadores bonaerenses del PRO. Huérfanos, tras la vuelta de María Eugenia Vidal a la Ciudad, buscan que el partido amarillo vaya unido. Saben que una interna puede llegar a desordenarlos en sus municipios. Tienen mayor afinidad con Rodríguez Larreta (que se materializa en el apoyo a su delfín Diego Santilli), y se lo hicieron saber la semana pasada en un acto en Tres de Febrero. Pero no buscan confrontar con el tándem Jorge Macri - Patricia Bullrich. Si estos últimos se imponen, deberán trabajar en equipo.

En este escenario ninguna de las dos facciones del PRO está dispuesta a ceder. Y ahí radica el miedo de los intendentes del PRO. Saben que si van a una PASO divididos, Manes tiene una gran posibilidad de ganarles. “No queremos dos listas del PRO y una radical. El radicalismo tiene mucha más presencia en el interior de la provincia todavía. Si perdemos va a ser difícil recuperarla después”, entiende la triada de intendentes, Julio Garro (La Plata), Néstor Grindetti (Lanús) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero), que apuestan a mantener la paz.

El nuevo desembarco de Manes en política fue bien recibido dentro del radicalismo. El presidente del partido hace tiempo insiste en buscar nuevas figuras. Así apuesta a Lousteau pero sabe que la Capital le queda lejos al radicalismo, saben que el PRO está muy aferrado a Uspallata. Así lo defendió Cornejo: "Facundo está comprometido con hacer un aporte sustantivo a la Argentina, al equilibrio de poder y al radicalismo. Nosotros creemos que es el mejor para encabezar una lista de unidad".

Sin embargo, no fueron todos cariños. Elisa “Lilita” Carrió que también tiene la mira puesta en el distrito bonaerense disparó contra Manes: “Es un buen chico...parece, yo no sé. Una cosa es ser neurocientífico y otra es tener cultura”. Con el mismo enfoque dijo que “quiere llegar a la Casa Rosada en helicóptero con una especie de mesianismo que no es cristiano”. Claro, la chaqueña eligió un medio de transporte poco feliz para los radicales.

Pero las declaraciones de Carrió también hablan por lo no dicho. En los últimos meses se volvió una aliada estratégica para Rodríguez Larreta en su armado personal por fuera de Mauricio Macri. Y los radicales sospechan que ese mensaje llega de Uspallata. La figura de Manes nubla las esperanzas de Santilli de pisar fuerte en un escenario que “El Colo” poco conoce.

En pocas semanas Manes deberá confirmar si quiere o no ser candidato, las listas cierran el 24 de julio. Mientras tanto el suspenso se mantendrá aunque la figura del neurocientífico estará cada vez más presente en los medios. Y los radicales le darán los abrazos necesarios para protegerlo de los ataques propios del juego político.