Todos los veranos la discusión entre las diferentes gestiones de gobierno y los gremios docentes se repite. Casi en "loop", se escuchan los reclamos docentes por mejora salarial y las limitaciones del Ministerio de Educación que afirma que los recursos son acotados. La cuestión que debería analizarse es lo que le corresponde a los trabajadores de la educación, que históricamente tienen sueldos relegados para la importante función social que cumplen en las aulas.

Recientes declaraciones del Director General de Cultura y Educación de la Provincia, Alejandro Finocchiaro vuelven a repetir la vieja historia de la falta de recursos "lo que vamos a ofrecer es lo que podemos, no se puede ofrecer lo que no se puede pagar", dijo el titular de Educación.

Los gremios bonaerenses, principalmente con la figura del secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) Roberto Baradel a la cabeza, advierten que la gestión provincial pretende imponer un techo del 20% y el gremialista cruzó a la gestión de María Eugenia Vidal al señalar que la intención "es volver a los 90".

Los docentes mantuvieron una dura batalla el año que pasó y realizaron numerosos paros por recomposición salarial a la vez que aseguran que perdieron poder adquisitivo frente al avance de la inflación, que durante el 2016 rozó el 40%.

Con una proyección inflacionaria oficial del 17% para el año en curso, los gremios pretenden que los aumentos salariales sean muy superiores, ya que se amparan en cifras que aseguran que el aumento de los precios no será menor al 21%. Sin ir más lejos, el año arrancó con un nuevo aumento en combustibles del 8%, este miércoles aumentará la luz, y en abril será el turno del gas, lo que generará nuevas subas en los productos.

Luego de que Baradel anunciara para el jueves 11 de febrero una marcha desde el Congreso hasta el Hotel Savoy- lugar donde se reunirán gobernadores con el tema paritaria docente como eje- Finocchiaro se refirió a los paros como método de protesta "el paro se utiliza como primera herramienta de presión y creo que los adultos debemos discutir nuestras problemáticas con los chicos en las aulas".

La situación se presenta tensa desde un comienzo y tanto los gremios de educación como los funcionarios de dicha cartera, intentarán achicar la línea entre lo que "se puede pagar" y lo que corresponde.