El peronismo atraviesa horas extraordinarias y que pocos hubieran anticipado meses atrás. De una derrota electoral que mucho descontaban a una victoria aplastante el 7 de septiembre. Con un quiebre del status quo en la dinámica de conducción por la prisión de CFK y el crecimiento de Kicillof. Con la posibilidad concreta de un nuevo triunfo en las urnas en octubre, que marcaría la primera elección legislativa nacional ganada por el peronismo en la PBA en 20 años y una estocada letal al gobierno de Milei. Un panorama tan alentador como riesgoso, cruzado fundamentalmente por el reordenamiento del esquema de poder interno.

Axel Kicillof salió muy fortalecido del 7 de septiembre y salió a capitalizar ese triunfo intentando pararse por encima de la interna. El gobernador bonaerense cruzó la frontera del peronismo y dio entrevistas a Clarín y LN+, en las que priorizó ampliar su perfil y hablarle a sectores más refractarios al kirchnerismo. El slogan del atril en el que dio su discurso ganador dos semanas atrás se convirtió en lema de campaña: “sumar fuerzas para frenar a Milei”. En ese movimiento de apertura Kicillof envía otra señal: a partir de ahora, las relaciones exteriores del peronismo pasan por la Gobernación bonaerense.

Formalmente, la campaña hacia el 26 de octubre inicia este lunes. En la previa, tanto el gobernador como CFK plantaron sus banderas en torno a una puja por la centralidad que tendrán en el proceso. Kicillof reunió este viernes a la tropa de candidatos de Fuerza Patria en Ensenada, el distrito donde la boleta del peronismo alcanzó mayor porcentaje de votos el 7 de septiembre. “Acá nadie se desmoviliza. Tenemos que seguir trabajando, estando cerca de la gente, y demostrar una vez más que el peronismo está de pie, latiendo y que seguimos sumando fuerzas”, expresó el gobernador ante candidatos, funcionarios de su gestión, legisladores e intendentes que se congregaron en el camping del Sindicato de Obras Sanitarias (SOSBA).

Peronismo en campaña: entre el protagonismo de Kicillof, la resistencia de CFK y el rol de los intendentes

“La línea de Axel es ir con todo”, dicen desde una dependencia del Gobierno provincial. Una de las principales tensiones en la discusión sobre el desdoblamiento electoral pasaba por si una vez transcurrida la elección provincial el ímpetu para militar la nacional sería el mismo. En el entorno del gobernador insisten, desde antes del triunfo del 7S, en que Kicillof pondrá el mismo esfuerzo y asumirá el mismo protagonismo en la campaña nacional que lo puso para las provinciales. “Eso fue un acuerdo de todo el espacio, que se pondría el mismo compromiso para octubre que el que se le metería a septiembre”, afirman cerca del gobernador.

En el núcleo de la ex presidenta tienen cierta desconfianza en torno a cuánto combustible le meterá el armado del gobernador y el aparato de los intendentes a la campaña. Deslizan que todos los movimientos del kicillofismo en el último tiempo fueron para “hacer la propia”, y que en ese esquema una victoria más ajustada que la de septiembre no sería algo mal visto en La Plata. La insistencia en que una elección unificada hubiera arrojado un resultado contundente y la posibilidad de meter 19 diputados sigue, y el desdoblamiento estará en tela de juicio hasta que se conozcan los resultados del 26 de octubre.

Peronismo en campaña: entre el protagonismo de Kicillof, la resistencia de CFK y el rol de los intendentes

CFK resiste desde San José 1111, bastón de mariscal en la mano. La ex presidenta sostiene una agenda política sin pausa y está lejos de correrse del escenario de campaña y de la toma de decisiones en el peronismo. Entre las visitas de los últimos días hubo una que resaltó, la del primer candidato a diputado nacional por la PBA, Jorge Taiana. Y hay otra que no sucedió, se reclama y genera rispideces: la de Axel Kicillof.

“Cristina está presa hace 100 días, la fue a ver todo el mundo, dirigentes, sindicalistas, hasta Lula, y Axel no tuvo el gesto de ir después de todo lo que ella hizo por él”, sentencian en el entorno de la ex presidenta. Kicillof dijo en la entrevista a Clarín que iría a visitar a CFK a su departamento del porteño barrio de Constitución, pero aún no se confirmaron movimientos en ese sentido. “En el último tiempo hablaron sólo dos veces, y las dos fueron llamadas de Cristina a Axel para garantizar la unidad y el cierre de listas”, profundiza una fuente del cristinismo.

Peronismo en campaña: entre el protagonismo de Kicillof, la resistencia de CFK y el rol de los intendentes

Justamente este sábado La Cámpora y sectores aliados preparan una concentración en San José 1111 por cumplirse 100 días de la detención de CFK. La primera plana cristinista se dará cita en la esquina porteña de San José y Humberto Primo, en lo que también aparece como un movimiento para sostener la centralidad de la ex presidenta en el mapa político y particularmente en el peronismo. La lectura que ese sector hace de la no visita de Kicillof pasa por un intento del gobernador de ganar protagonismo “a costa de” CFK. El mensaje de este sábado intentará instalar lo contrario.

El Movimiento Derecho al Futuro confirmó en la noche del viernes que participará de la convocatoria, y habrá que ver si Kicillof elige un día como este para ir de visitante a visitar a CFK luego de 100 días de no hacerlo. En concentraciones anteriores en la puerta de San José 1111 hubo ciertas tensiones de la militancia cristinista para con los sectores del MDF que se acercaron. El miércoles pasado, luego de la marcha al Congreso por el rechazo a los vetos de Milei, La Cámpora cantó contra Kicillof en las inmediaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, a una cuadra de distancia del departamento de CFK. Ese estado de situación no cambió, pese a que la victoria de septiembre y la cercanía de octubre maticen coyunturalmente las tensiones.

X de Axel Kicillof

En el fondo, el pegamento que sigue sosteniendo unido al peronismo es la presión de las bases y la posibilidad concreta de asestarle un nuevo golpe a Milei en octubre, algo que proyectaría con otro horizonte los dos años que vienen hacia 2027. En ambos campamentos saben que no hay margen para que la interna resurja y se recaliente, e intentan bajar la espuma y concentrarse en la campaña. Cada quien cumplirá su rol, tendrá sus actividades e impulsará su línea, sin un comando demasiado centralizado, tal como sucedió en la campaña para las provinciales.

Allí volverá a ser determinante el rol que cumplan los intendentes. Ya con sus Concejos Deliberantes definidos en septiembre, la especulación previa es que muchos jefes comunales podrían levantar el pie del acelerador de cara a octubre, algo similar a lo que sucedió entre las generales y el balotaje del 2023. Pero la contundencia del resultado de septiembre agregó una nueva variable en ese esquema previo, y ahora nadie quiere quedar en ese incómodo lugar cuando se miren los números de cada distrito el 26 de octubre a la noche.

Si bien la lista nacional no genera una particular motivación en los municipios, concretamente a raíz de que no hubo un sólo lugar para los intendentes entre los candidatos, en los territorios se encontró una salida para hacer campaña sin necesidad de centrarse en las candidaturas: una movida de capacitación masiva sobre la Boleta Única de Papel (BUP). “Es la única forma viable que encontramos de que la militancia tenga ganas de militar una campaña en donde solo te une la bronca a LLA. De acá a la veda vas a ver la calle llena de militancia en tono pedagógico”, describen en un importante distrito del conurbano.

Peronismo en campaña: entre el protagonismo de Kicillof, la resistencia de CFK y el rol de los intendentes

Los intendentes están encarando la campaña en forma diferencial, dependiendo de sus territorios y su alineamiento político. Pero en los distritos hay conciencia de que aún quedan dos años de mandato para Kicillof y que sus gestiones locales dependerán de su vínculo con la Gobernación. “Aunque no estén en la tropa del MDF tienen que demostrar que están en el proyecto por más diferencias que tengan. El que saque el pie del acelerador después tiene que ir a La Plata a pedir financiamiento para obras, seguridad o salud. Nadie va a arriesgarse a tener que hacer eso. El resultado ordena”, sentencian desde la Primera Sección electoral, donde hay más intendentes aliados a Máximo Kirchner que a Axel Kicillof.

Con 36 días por delante hasta la elección del 26 de octubre, el peronismo se mueve revitalizado por la paliza que le pegó a Milei el domingo 7 de septiembre. El tablero interno quedó definitivamente trastocado y un nuevo equilibrio para la conducción y la toma de decisiones se cocina en la práctica. No sin tensiones, rispideces y desconfianzas, pero sí con la claridad del objetivo común de volver a golpear en las legislativas para proyectar el 2027. Ahí arrancará otra discusión.