Tres distritos gobernados por la oposición y donde el Gobierno espera buenos números para el domingo, en noviembre y en 2023: Mar del Plata, Bahía Blanca y Junín. Tres ejes discursivos para sintetizar la identidad política del Frente de Todos en sus menos de dos años de gestión: cuidado de la salud y la vida, protección y reactivación de la economía, y polarización con los resultados económicos y sociales del macrismo. Una idea madre, que se machacó insistentemente en cada intervención, y cuya mejor síntesis estuvo en las palabras de Sergio Massa: “El domingo hay dos boletas, en cada boleta hay un modelo de país. La Argentina de todos, o la Argentina de pocos y para pocos”. Esas fueron las claves del cierre de campaña del oficialismo bonaerense, con proyección nacional y capítulo dos este jueves desde Tecnópolis con presencia del as de espadas que hoy prefirió esperar para rematar la mano a último momento.

El FdT mandó a la cancha a toda su primera plana bonaerense acompañada por Alberto Fernández, que en estos últimos días se cargó el cierre de la campaña al hombro. El acto lo arrancó la candidata Victoria Tolosa Paz, pero no en carácter de oradora sino como presentadora. La carismática platense hizo jugar su buena oratoria y su capacidad de agitación para introducir a los distintos dirigentes que fueron haciendo uso de la palabra. El primero fue Daniel Gollan, quien como candidato sigue con el traje de Ministro de Salud puesto e hizo énfasis con su discurso en los esfuerzos por enfrentar la pandemia, con los más de 11 millones de bonaerenses vacunados como punto saliente. Luego fue el turno de Máximo Kirchner, que con tono zen fustigó la gestión de Vidal y llamó a construir una victoria más allá de lo electoral, para bajar la desocupación, producir, educar e investigar más en el país.

Después le tocó a Sergio Massa, que arrancó recordando a Mario Meoni en su tierra y centró sus palabras en exponer las diferencias entre los modelos de país en pugna el domingo. La siguiente fue Tolosa Paz, que mutó de presentadora a oradora con un discurso de tono elevado y en el que repasó muchas de las medidas económicas con las que el Gobierno intentó mitigar el impacto de la pandemia. El ante último en hablar fue el Gobernador Kicillof, que en unos 40 minutos (la intervención más larga) fue quién más le puso el cascabel al gato: hasta su turno, el nombre Macri casi ni había sonado en las tres ciudades bonaerenses. El acto lo cerró el Presidente Fernández, que recordó haberse sentado junto a Alfonsín en esa misma locación en el NO al ALCA del 2005, recorrió todos los esfuerzos de su gestión, y dijo que “las ojeras me las cansó cuidar a mi pueblo, qué mayor orgullo puedo tener. A mí no me dan ganas de apagar el teléfono a las 7 de la tarde y mirar Netflix”.

Además de remarcar las medidas y los esfuerzos de gestión para enfrentar la pandemia y de diferenciarse de la gestión macrista en la nación y la provincia, otro punto recurrente en las alocuciones fue el agradecimiento a la ciudadanía por haber entendido y aceptado las medidas de cuidado impuestas para frenar el avance del virus. Un mimo pre electoral evidentemente acordado por la cúpula del oficialismo hacia la sociedad que encuestas y análisis vienen marcando con un importante grado de descontento, desencanto y descreimiento.

DE VISITANTES POR LA HEROICA

La elección de los distritos para los cierres continúa la estrategia de la campaña bonaerense que buscó segmentar sus mensajes, con discursos específicos para cada sector y fuerte arraigo en el interior de la provincia, al que se intentó marcar como núcleo productivo. Pero, además, significó un refuerzo político en territorios tan claves para esta elección como para la de 2023. Mar del Plata, Junín y Bahía Blanca, no solo son cabeceras de secciones electorales en las que el oficialismo bonaerense se juega paradas importantes, sino que son gobernadas por la oposición y la aspiración del peronismo es gobernarlas en dos años.

Mar del Plata es ciudad cabecera de la Quinta Sección, que tiene 1.233.106 electores habilitados para votar y pone en juego cinco bancas para el Senado provincial.  Actualmente, tres son de JxC y dos del FdT, y la aspiración de máxima del oficialismo sería dar vuelta esa composición para lo cual debe ganar la elección. En 2017 el macrismo le sacó diez puntos al peronismo, pero en 2019 esa distancia se redujo a la mitad. La referencia allí es Pablo Obeid, hombre de La Cámpora, historiador marplatense, titular regional de la ANSES y pareja de Fernanda Raverta, con intenciones a disputarle la intendencia a Guillermo Montenegro en el 23.

La Cámara Baja provincial es el gran desvelo de Kicillof. Hoy la oposición es mayoría, y toda iniciativa legislativa depende de las negociaciones en ese ámbito. Por eso, junto con la Quinta, la Cuarta es otra de las Secciones en las que el Gobierno necesita una buena elección. Junín es cabecera de la Cuarta, que pone en juego siete bancas de las cuales hoy cinco son de Juntos por el Cambio. EL macrismo superó el 50% de los votos en 2017, lo cual representa una gran oportunidad para el FdT dada la dificultad de igualar esa marca. Desde el retorno de la democracia en 1983 en adelante, el peronismo nunca pudo ganar la intendencia de Junín, hoy en poder de Pablo Petrecca, del PRO. Massa apuesta, tal como afirmó en su discurso, al legado del fallecido ex Intendente Mario Meoni para construir una alternativa al macrismo en una ciudad neurálgica del sector agropecuario provincial: “Junín es símbolo del corazón de nuestra provincia” afirmó el Presidente de la Cámara de Diputado, que saludó por el día del agricultor y agregó que “los que estamos acá entendemos lo que significa la producción y el trabajo en el país y la provincia”.

Máximo Kirchner, por su parte, saludó desde la “hermosa ciudad de Bahía Blanca, patagónica y bonaerense como uno”, en referencia a sí mismo. Bahía es cabecera de la Sexta Sección, que elige este año 11 Diputados, de los cuales hoy 6 son de Juntos por el Cambio y 5 del Frente de Todos. En la elección de 2017, con el peronismo dividido, Unidad Ciudadana obtuvo tres escaños y la Alianza 1País de Sergio Massa dos. En 2019, el peronismo unido cosechó el 40% de los votos para el candidato a Intendente Federico Susbielles, aunque el actual jefe comunal, Héctor Gay, sacó el 51%. Tanto Macri como Vidal también estuvieron por encima del 50%. Esta elección podrá marcar a qué puede aspirar en el futuro el FdT en la ciudad más importante del sur provincial.

VACUNAR, REACTIVAR, POLARIZAR (MUCHO)

Como se plateó desde el inicio de la campaña, el oficialismo se plantó en su combate a la pandemia, los esfuerzos por encender la economía y la confrontación con el macrismo como sus columnas vertebrales. El cierre de este miércoles no fue la excepción.

“A los marplatenses, prepárense para la mejor temporada de verano que se tenga memoria, y no fue casualidad fue por esto: 11 millones de vacunados con la primera dosis sobre 12 millones” de habitantes mayores de 18 años en la provincia. Así saludó el comandante de la columna “Salud y gestión de la pandemia” del ejército de campaña oficialista, Daniel Gollan, a los asistentes del acto y quienes lo miraban por las redes y la TV. En una frase combinó las consignas de vacunar, vacunar y vacunar, y encender la economía o poner a la argentina de pie, slogans centrales del Gobierno en estos meses. Luego, cerró polarizando: “Nos van a llenar las urnas de votos, porque con Vicky cuando caminamos lo que nos dicen es que el miedo que tienen es volver al macrismo, es volver a Vidal, quieren salir para adelante, nadie quiere volver para atrás”. Combo completo en unos escuetos cinco minutos de discurso.

Tolosa Paz, respetando la división de roles que asumieron ambos candidatos desde sus designaciones, enfocó su intervención mucho más en las medidas económicas para sostener la producción y el empleo. Recorrió los ATP, el IFE, los aumentos en la AHU, en la Tarjeta Alimentar, los bonos a jubilados, y la decisión de que los salarios le ganen a la inflación. “El 2020 pusimos un colchón para que la caída no fuera letal, el mundo se caía pero nosotros ya estábamos en el piso... cuidamos la vida y cuidamos a los trabajadores”. Y también reforzó esa idea que el oficialismo viene intentando instalar esta semana, de que el triunfo en la provincia será amplio, más allá de lo que diga cualquier encuesta: “La reafirmación del rumbo va a ser contundente, el pueblo argentino no quiere mirar para atrás, atrás está la timba, el endeudamiento, los panamá papers, el club de los mentirosos, de los amigos que se metieron en política para hacer negocios”

Pero sin dudas el eje principal de la jornada fue la polarización y la diferenciación con la gestión macrista. Sin embargo, un punto interesante en este aspecto es que hasta la intervención de Axel Kicillof, los embates de los discursos estuvieron mucho más dirigidos a Larreta y (sobre todo) Vidal, y casi ni se había escuchado el apellido Macri. “Lo grave que es que una persona que dirige una provincia diga que no quiere abrir hospitales, y se valorice desde ahí” disparó Máximo Kirchner contra la ex gobernadora. Y después le tocó al Jefe de Gobierno porteño, a quien criticó por su idea de eliminar las indemnizaciones por despido, antes de recordar que “los que siempre endeudaron a la argentina siempre fueron jefes de gobierno de la CABA”. Discurso anti porteño made in provincia.

Kicillof y Fernández sí focalizaron sus cañones más en el ex presidente. “El 2015 fue la campaña de la estafa electoral” dijo el Gobernador, para luego afirmar que hay una nueva versión 2021 de aquello que es “esconder a quien fue la cabeza de ese proyecto y que no cumplió ninguna promesa de las que hizo y terminó haciendo todo lo contrario”. Kicillof disparó con que la oposición no tiene “ninguna propuesta para el futuro” y por eso no quieren debatir. Volvió a agitar las aguas de un posible debate “donde quieran, hasta en los medios macristas”.

Alberto, por su parte, recordó las degradaciones de los Ministerios de Salud, Trabajo, ciencia y Tecnología, así como las vacunas vencidas: “no creen en la salud, y así nos dejaron el sistema de salud” expresó. Y recordó que entre las PASO y las generales del 2019 el actual oficialismo ayudó a Macri “a que dejara de desordenar todo”, responsabilizando al ex Presidente del estado calamitoso en que dejó el país.

No hubo sorpresas en el cierre bonaerense, tampoco había demasiados elementos novedosos más allá de todo lo que ya se vino discutiendo en campaña. Lo que sí resultó notorio es que, de un primer momento en el cual el oficialismo se propuso una confrontación moderada, una polarización medida y que tuviera que ver con situaciones cotidianas de la ciudadanía, el escenario terminó en un cascoteo de lado a lado en el que se tiraron con todo. Si esa es la cancha que más le conviene a la oposición y el Gobierno no pudo evitar morder el anzuelo, o si frente a la dificultad de ofrecer resultados económicos palpables y con el avance de la vacunación ya naturalizado no le quedaba carta más fuerte que ir a fondo contra el macrismo, quedará en el plano de las interpretaciones. Lo cierto es que el peronismo se jugó todo, en la madre de las batallas, a refrescar en la memoria bonaerense el desastre macrista. Si alcanza para carta ganadora o no lo dirán las urnas el domingo.