Presos de cárceles bonaerenses fabricarán 3 mil barbijos diarios para prevención
Es una iniciativa impulsada en los talleres textiles de 14 establecimientos penitenciarios. Habrá actividad en penales de La Plata, Varela, Batán, Magdalena, entre otros
Bajo la consigna “Al virus lo frenamos entre todos”, presos alojados en cárceles bonaerenses producirán barbijos para prevención de coronavirus en los 14 establecimientos penitenciarios de la Provincia. A través de los talleres textiles del sistema carcelario, los internos producirán a razón de 3 mil barbijos diarios para utilizar en plena cuarentena.
A través del Ministerio de Juticia y Derechos Humanos, se logró la provisión de telas de friselina blanca para que la elaboración inicie en los penales de La Plata, Florencio Varela, Campana, Sierra Chica, Saavedra, Batán, San Martín y Magdalena. Los barbijos serán destinados al autoabastecimiento tanto para el uso de los privados de su libertad y del personal penitenciario, así como para familiares allegados que los necesiten.
Comenzaron con la tarea de producción de barbijos internos alojados en la Unidad 1 Olmos que se calcula confeccionarán cerca de 500 barbijos por día; las internas de la Unidad 8 Los Hornos, realizarán unos 100; en la Unidad 9 La Plata, 500; Unidad 19 Saavedra, 500; Unidad 32 Florencio Varela, 50; Unidad 35 Magdalena, 400; Unidad 46 San Martín, 500; Unidad 50 Batán, 65; y Unidad 51 Magdalena, 300. Además, ya están elaborando barbijos en la Unidad 2 (en este caso en el pabellón de internas trans), 27 y 38 Sierra Chica, 13 Junín y 41 Campana, entre otras.
La medida forma parte de las acciones impulsadas por la cartera a cargo de Julio Alak, a través de la Subdirección General de Trabajo del SPB, mediante el cual se proveyó de los insumos necesarios. Cabe destacar que el riesgo de contagio en espacios de encierro, tanto de coronavirus, como de dengue y sarampión, ya había sido un tema de preocupación para diversos organismos de Derechos Humanos del ámbito bonaerense.
Asimismo, vale recordar que casi la totalidad de la población en cárceles bonaerenses renunció a su posibilidad de recibir visitas de familiares y allegados, como modo de prevención de contagio y transmisión. En simultáneo, se reforzaron las medidas de higiene y control sanitario.