El ministro de Producción de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, confirmó que el gobierno bonaerense pidió formalmente la transferencia del histórico complejo turístico de Chapadmalal a Nación. 

Así lo anunció durante la asamblea del Consejo Provincial del Turismo (CoProTur) que se realizó en La Plata. Del encuentro participaron intendentes, empresarios y funcionarios provinciales, todos arribaron a la misma conclusión: la situación del es crítica. 

La temporada de verano 2024/25 registró una caída del 21,9% en el impacto económico, reducción en el número de visitantes, menor gasto turístico y estadías más cortas.  

“Esta debacle no es casual. Responde a la gestión del Gobierno Nacional que, con su plan de ajuste, la erosión del poder adquisitivo, los incentivos al turismo exterior, la desregulación del sector, y la total ausencia de políticas para el sector, han generado un verdadero vaciamiento de la actividad”, exclamó Costa. 

“El turismo es fundamental para la economía, identidad y empleo bonaerense. Ante el desinterés nacional, redoblaremos los esfuerzos para defenderlo, porque creemos en su potencial y en su rol central para el desarrollo de nuestra Provincia”, agregó. 

En ese marco, anunció que la Provincia solicitó formalmente ante el gobierno de Javier Milei la transferencia de los predios de Chapadmalal, al que describió como “un ícono del turismo social”, con el objetivo de “proteger un patrimonio histórico y seguir desarrollando políticas públicas de inclusión e igualdad”.

Es que tiempo atrás, la administración libertaria calificó de “innecesario” el complejo de la localidad costera. Además, hace poco menos de dos meses, el Presidente modificó por decreto la Ley del Turismo y eliminó la figura del “turismo social”.

El complejo está compuesto por 9 edificios, construidos en la década del '50 por la fundación Eva Perón, con una capacidad máxima de 8 mil personas. Desde entonces, cumplen una función social, pero desde diciembre de 2023 que sus intalaciones están paralizadas. Lo único que se hizo desde entonces fue llamar a licitación para entregar la explotación del servicio de hotelería de las unidades 2 y 7 al sector privado. En otras palabras, abrir el juego al negocio en detrimento del turismo social.