El sistema de salud público bonaerense muestra crecientes signos de precariedad. Las guardias de los nosocomios estatales se ha convertido en la salida laboral menos deseada para los profesionales de la salud. ¿Las causas? Malas condiciones laborales, escaso personal, largas jornadas de intenso trabajo y una pobre remuneración, producto de negociaciones paritarias a la baja.

En el sur bonaerense el conflicto se hace sentir: en la guardia del Hospital Interzonal “José Penna” seis médicos clínicos renunciaron en el último mes y 16 profesionales de la salud en lo que va de 2017; en Coronel Pringles, el secretario de Salud municipal confirmó ayer la renuncia de tres médicos de la guardia del Hospital Municipal “Manuel B. Cabrera”; y en Tandil, el conflicto de los enfermeros con el municipio lleva más de dos meses, y esta semana el paro fue total.

La situación en Bahía Blanca es de las más preocupantes. La directora del Penna, Marta Bertín, afirmó que la situación que se está viviendo es “inédita” y pidió a la población que “vaya sólo en situaciones de urgencia”. Si bien el conflicto por falta de personal y destrato con el personal se remonta a 2011, la baja oferta salarial por las extensas e intensas jornadas de trabajo es uno de los principales problemas para atraer a nuevos profesionales al Hospital.

Según precisó el presidente de la Asociación de Profesionales, Pablo Acrogliano, un médico de planta (que cumple 36 horas con guardia) “tiene un básico de 9.744 pesos, por debajo de la línea de pobreza, y la bonificación por venir a hacer guardia es de 7 mil. Se lleva en la mano 24 mil”.

 “Un becario, que es trabajador en negro, gana 21 mil pesos en mano por hacer exactamente lo mismo”, agregó Acrogliano e indicó que los reemplazos de guardia por 24 horas se pagan 6 mil en la semana y 7 mil los fines de semana, siempre y cuando haya cupo para poder pagar a los 30 días.

En Pringles, la renuncia de los tres médicos del Hospital Municipal fue calificada como “algo previsible” por “el deterioro de las condiciones de trabajo” por el propio secretario de Salud municipal, Esteban Berruet.

“Antes, la guardia era una forma de empezar a trabajar y vincularse a la población, pero hoy es un trabajo que no quiere hacer nadie por la demanda y forma de la misma. Estamos en campaña aclarando cómo debería usarse la guardia, preservando el lugar a aquel que realmente necesita atención y poder hacerlo en las mejores condiciones”, afirmó el funcionario del intendente Carlos Berterret.

Y comparó la situación local con la del nosocomio bahiense: “En el Penna, hospital de derivación de 15 distritos, no habrá clínicos de guardia en algunos días de la semana, no se descarta que terminemos de la misma manera”.

En tanto, en Tandil el conflicto del municipio que encabeza Miguel Lunghi con los enfermeros del Sistema Integrado de Salud Pública se inició el 18 de septiembre cuando se declararon en “estado de alerta, movilización y asamblea permanente” para solicitar respuestas a su pedido por una bonificación del 35% por la tarea que realizan y una reducción en la carga horaria.

Sin respuestas positivas del municipio y con la mediación frustrada del Ministerio de Trabajo bonaerense, el conflicto aún continúa y se ha agudizado. “Originalmente pedimos el 35% de bonificación en concepto de criticidad y una reducción en la carga horaria, de 8 a 6 horas, mientras los expedientes que estamos haciendo desde hace años por la insalubridad avanzan en el Ministerio de Trabajo provincial”, afirmó al local El Eco el secretario de Organización gremial, David Marconi.

Y continuó: “De todo ello, lo único que contestaron fue el manual de funciones, que no tiene nada que ver con el conflicto y mucho menos con el reclamo, y un 10 por ciento en noviembre y un 5 en diciembre”.

Durante la jornada de hoy, los enfermeros además de continuar con la jornada de paro que fue total esta semana, realizarán una movilización en la ciudad junto al Sindicato de Trabajadores Municipales.