El sábado pasado, a poco más de dos horas del plazo establecido para el cierre de listas bonaerenses, estalló una discusión que casi termina de partir al peronismo. Kicillof impulsaba a Verónica Magario y a Gabriel Katopodis para encabezar la Tercera y la Primera, las secciones electorales que componen el conurbano. En el MDF ven a la vicegobernadora como “la mejor candidata que cualquier espacio podía ofrecer”, y a Katopodis como “posiblemente el mejor ministro del gabinete”. La estrategia era poner toda la carne al asador, algo que los intendentes kicillofistas replicaron encabezando las listas a concejales en sus distritos.

Pero el cristinismo no estaba de acuerdo con esa postura. Pese a tener una importante historia en materia de candidaturas testimoniales, la tropa de CFK sostenía y sostiene el planteo de que hoy en día esa estrategia sólo contribuye a alejar a una sociedad ya de por sí hastiada con la política de la dirigencia que busca representarla.

El saldo de esa pelea es conocido: Kicillof resistió incluso un llamado de CFK para que abandonara su estrategia y colocó a su vicegobernadora y su ministro al tope de las listas más importantes de la provincia. Sin embargo, la discusión no quedó ahí, y amenaza con emerger durante la campaña, en cada nuevo roce que pueda haber entre las tribus del peronismo, y como pase de facturas según quién salga fortalecido una vez que se conozcan los resultados.

Testimoniales: la diferencia entre CFK y Kicillof y los antecedentes kirchneristas

TESTIMONIALES, EL DÍA DESPUÉS

“CFK dijo NO testimoniales. Axel estaba intransigente con la Primera y la Tercera, sin tener en cuenta la opinión de CFK”, afirmaron tras el cierre del lunes desde las entrañas del kirchnerismo. En concreto, los distintos campamentos discutieron hasta última hora quiénes encabezarían las listas del conurbano, y allí La Cámpora quería a Mayra Mendoza como  reemplazante de la candidatura prosctipta de CFK en la Tercera. “No fue primera candidata porque Axel no quería”, explicaron en el cristinismo.

“Lo de las testimoniales fue una excusa porque querían poner ellos la cabeza de la Primera y la Tercera y usaron eso para la negociación”, replicaron desde la mesa chica del gobernador. En el corazón del MDF señalan, a su vez, que el cristinismo también impulsó candidaturas testimoniales por otra vía. Particularmente, resaltaron el caso del senador provincial Luis Omar Vivona, dirigente histórico de Malvinas Argentinas que ocupa una banca que no podrá renovar por la Primera Sección electoral y quedó sexto en la nómina de diputados por la Tercera, un puesto entrable.

“¿En qué representa un dirigente de la Primera a la gente de la Tercera? Le quitaron a los vecinos de la Tercera un representante poniendo a alguien de otra región. Testimonial no es sólo el que va en la lista y no asume, testimonial es también quien va a otra sección a presentarse como si ni hubiera dirigentes de esa sección para ir en las listas”, señalaron en el kicillofismo a Diagonales.

Testimoniales: la diferencia entre CFK y Kicillof y los antecedentes kirchneristas

En La Cámpora insistieron en las últimas horas con su postura en relación a las candidaturas que el MDF eligió para encabezar las listas del conurbano y también muchos de los municipios que gobierna. “Quienes se presentan en la elección tendrían que asumir las bancas”, dijo este miércoles Mayra Mendoza en Laca stream. La intendenta de Quilmes, que se perfila para ser la principal espada del cristinismo en la PBA, planteó que “no se tuvo en cuenta” el criterio de CFK en relación a las testimoniales, y agregó que “no está bueno, por la lógica de lo que intentamos hacer con la política, que es que la gente se sienta representada”.

Acompañando a Mendoza en Laca stream estuvo Facundo Tignanelli, el número dos de la lista de la Tercera y actual presidente del bloque de diputados en la Legislatura. Referente central de La Cámpora en la PBA, Tignanelli sumó a lo dichos de su compañera: “Cuando a Mayra le preguntaron qué iba a hacer si resulta electa, ella contestó que sí, que iba a asumir. No sé si le preguntaron a Verónica Magario. Uno presume que como es la vicegobernadora tiene que estar en el Senado provincial”.

Desde el kicillofismo responden a este cuestionamiento planteando que “con la candidatura de Verónica somos claros, decimos: esto es lo que somos, esto es lo que vamos a representar”. Cerca del gobernador afirman que la de la dirigente de La Matanza es la única candidatura 100% testimonial, y que el ministro Katopodis “en principio” asumiría su banca en el Senado provincial.

Por otro lado, en la mesa chica del gobernador agregan que en medio de las negociaciones el cristinismo sostuvo que su crítica a las testimoniales surgía de la experiencia. “La excusa del otro día era “esto ya lo probamos y salió mal”. Pero lo que salió mal en esa elección no fueron las testimoniales, fue Sabbatella rompiendo el espacio y yendo por afuera”, expresaron en referencia a las legislativas del 2009. Ese año, el 5% de los votos que Nuevo Encuentro cosechó en la PBA resultó más del doble de la diferencia por la que Néstor Kirchner y el PJ perdieron contra Francisco de Narváez.

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KIRCHNERISMO Y TESTIMONIALES

La crítica de CFK a las candidaturas testimoniales no se condice con la relación histórica del kirchnerismo con esa estrategia política. El caso de las elecciones de medio término del 2009 fue tal vez el más rutilante en este sentido, pero no fue el único. En ese momento, el primer gobierno de la ex presidenta atravesaba una fuerte crisis política: la derrota con el campo por la 125 había dejado el país al borde de un conflicto profundo, y la salida política a esa situación debía dirimirse en las urnas.

Néstor Kirchner no dudó. Decidió encabezar la boleta de diputados provinciales por la PBA, pero fue mucho más a fondo. Le pidió a funcionarios de alto rango que lo acompañaran en aquella nómina, y los intendentes del peronismo que se pusieran al frente de las boletas en sus distritos. La estrategia política, así como el momento de crisis, tenía puntos de contacto con el momento actual del peronismo: toda la carne al asador para superar un momento complicado.

Kirchner llevó a Daniel Scioli, por entonces gobernador bonaerense, y a un Sergio Massa que estaba al frente de la ANSES como compañeros de lista. Obviamente ninguno abandonaría el cargo para asumir una banca. Pero, también como sucederá el 7 de septiembre fundamentalmente con los jefes comunales del MDF, 47 intendentes peronistas encabezaron las listas a los Concejos Deliberantes de sus distritos.

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Otro punto de contacto con la actualidad es que el entonces vicegobernador y hombre fuerte de La Matanza, Alberto Balestrini, fue la ficha del kirchnerismo para encabezar la lista de diputados por la Tercera Sección electoral. Dieciséis años después, Verónica Magario repite la experiencia, aunque con una mirada antagónica a la de aquel entonces por parte de la cúpula K.

Como se dijo, no fue la única vez del kirchnerismo y las candidaturas testimoniales. Aníbal Fernández era parte del gabinete del incipiente gobierno de Néstor Kirchner en 2003 cuando ocupó el noveno lugar en la lista de diputados de la PBA de ese año. La boleta con la que CFK le ganó a Chiche Duhalde en 2005 para terminar de consolidar la emancipación de Kirchner, estuvo cargada en Diputados de pesos pesados que ocupaban otras funciones y que no asumirían su banca: Balestrini, Jorge Taiana o Sergio Massa, por ejemplo. Ese año CFK no se presentaría como candidata por la provincia de Santa Cruz, y su lugar quedó para Alicia Kirchner, por entonces ministra de Desarrollo Social. La hermana del ex presidente asumió simbólicamente la banca que ganó pero no dejó su cargo de ministra, y meses después renunció a su puesto en el Congreso.

Este recorrido permite enfocar la discusión desde distintos lugares. Si el kirchnerismo recurrió en tantas oportunidades a las candidaturas testimoniales, ¿por qué hoy el gobernador Kicillof no podría tomar la misma definición? Como se explicó, los puntos de contacto con el 2009 no son pocos, y la definición en el armado del MDF es la misma que tomó Néstor Kirchner en ese entonces: que los dirigentes de mayor nombre y peso específico ocupen lugares en las listas para traccionar votos desde allí, frente al escenario político complejo para un peronismo asediado por Milei.

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TESTIMONIALES E INTENDENTES

No son pocos ni exclusivos de un sólo campamento los jefes comunales que definieron sumarse, como en ese 2009, a la estrategia de encabezar en forma testimonial la lista de concejales en sus distritos. En el MDF fue prácticamente una decisión unánime, al menos en el conurbano: Fernando Espinoza, Jorge Ferraresi, Mario Secco, Andrés Watson, Juan José Mussi y Fabián Cagliardi son algunos de los jefes comunales kicillofistas que hicieron carne la estrategia de ir a todo por el todo y se pusieron al frente de la nómina local. Pero también hay intendentes del cristinismo que adoptaron la misma postura, como Leonardo Nardini o Pablo Zurro.

En ese sentido, el mensaje de los jefes comunales tiene que ver con jugarse el todo por el todo a la tracción de votos no sólo en su distrito sino para las listas provinciales. “Va a ser una elección de tracción de abajo hacia arriba, del tramo inferior de la boleta al superior”, explicaron en un municipio donde el intendente encabezará la nómina para el Concejo Deliberante.

En ese sentido, desde un distrito en el cual el jefe comunal kicillofista va al frente de la lista local, criticaron la postura de CFK y La Cámpora de desmerecer esa estrategia política: “ellos inventaron el dicho ´el candidato es el proyecto´ cuando no querían votar a Scioli porque decían que no representaba al kirchnerismo. Ahora resulta que es al revés”.

Testimoniales: la diferencia entre CFK y Kicillof y los antecedentes kirchneristas

Desde otro municipio del MDF plantearon a Diagonales que “La Cámpora presionaba en las provinciales para meter gente en los municipios, y lo mandaron a cagar. En parte las candidaturas de los intendentes tuvieron que ver con eso, blindar las listas a esa presión”.

Esta especie de empoderamiento de los intendentes puede verse como una jugada riesgosa, de doble filo o hasta de falta de conducción por parte del gobernador. En el cristinismo sostienen que Kicillof no manda entre sus juegos comunales como sí lo hace CFK en su tropa, y que eso llevará inevitablemente a problemas políticos al peronismo.

Cerca de un intendente de los más importantes que respaldan al gobernador explican eso de otra manera: “El peronismo está en una especie de parto de algo nuevo. No hay un jefe, CFK no es más jefa. A la vez, con su liderazgo también cayó un modelo de conducción vertical y jerárquico que ella quiso transmitir en La Cámpora pero que no va más. Kicillof conduce en una forma más diagonal, una diagonalización del poder en la que consulta a los actores que tiene en su armado. Los intendentes se abroquelan con Axle porque los deja hacer, no les impone condiciones”.

En un mes y medio estas visiones distintas sobre el ejercicio del poder, las candidaturas testimoniales y la forma de relacionarse con los aliados políticos se medirán en las urnas. El domingo 7 de septiembre la cantidad de votos en cada distrito y cada sección electoral marcará el éxito o el fracaso de cada estrategia. Lo que queda claro es que en el peronismo está todo en discusión: el presente, el pasado y el futuro.