Al cumplirse tres años de la asunción de María Eugenia Vidal a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, Diagonales indagó entre las promesas pendientes que anunció la mujer fuerte de Cambiemos en campaña y durante su gestión. Si bien las promesas de la Gobernadora han sido más modestas que las del presidente Mauricio Macri –que se animó a afirmar que bajaría la pobreza, la inflación, generaría empleo y construiría 3 mil jardines de infantes, entre otras-, lo cierto es que en territorio bonaerense muchas “políticas de estado” se transformaron en mera intenciones.

Las áreas más comprometidas por el ajuste que comenzó poco después de las elecciones de 2017 dejaron truco el plan de urbanización de villas y asentamientos del Conurbano, mientras que 2.000 escuelas tienen problemas edilicios graves y la totalidad de los hospitales reclama por recursos humanos.

Además, el plan para evitar inundaciones tuvo avances en las obras hidráulicas, pero las soluciones habitacionales para vecinos que viven en zonas inundables quedaron sólo en los anuncios. Entre las obras de infraestructura para mejorar rutas y caminos, la promesa de convertir en autopista la Ruta 3 –que atraviesa la Provincia de norte a sur- sufrió varias postergaciones entre 2016 y 2018 y a pesar de que ya se llevó a cabo la licitación, y las obras tenían que empezar en octubre, lo cierto es que nunca comenzaron.

Previo a las elecciones 2017, Macri  junto a Vidal y los intendentes beneficiados por la supuesta obra prometieron la “autopista de Cañuelas a Bahía Blanca” para que los argentinos “viajen seguros”. Y a principios de este año, se licitó, adjudicó y afirmó que las obras comenzarían en octubre pero, ante la disparada del dólar, la obra del Corredor A, del plan de Participación Público Privada (PPP) a cargo de la firma Vial Agro, todavía no se puso en marcha.

También esperan las obras prometidas por la Gobernadora para evitar las inundaciones a los vecinos de la cuenca del Río Luján. Junto al intendente Oscar Luciani, Vidal había anunciado en el 30 de junio de 2016 que “la obra que hoy anunciamos va a empezar y no va a parar” en referencia al Estudio Plan Integral y Proyecto de Obras de Regulación y Saneamiento del Río Lujan, a cargo de “Sherman & Asociados”.

Lo cierto es que, a pesar de que la Provincia afirmó en ese entonces que “la plata está”, las obras nunca comenzaron y en marzo de 2017 –previo a las elecciones- se anunció de nuevo su inminente comienzo. Sin embargo, hasta el momento, lo único que comenzó fue ampliación del canal Santa María en el partido de Luján –que no estaba contemplado en el plan “Sherman”– y según los vecinos “no soluciona el problema de las inundaciones” y sólo beneficia a un emprendimiento inmobiliario de la zona. “Casualmente, o no, con la construcción de dicho canal, se utilizaran los 3000 m3 de tierra para consolidar un camino que comunica la Ruta 9 con un emprendimiento inmobiliario”, señalaron vecinos de la ONG “Inundados de Luján”.

Otro plan que quedó trunco tras la crisis fue el ambicioso programa de Urbanización de Villas, que anunció la Provincia a fines de 2017  y pretendía solucionar el problema habitacional a 150 mil personas. Las obras de urbanización pretendían alcanzar a los asentamientos de Itatí, en Quilmes; La Cava, en San Isidro; Costa Esperanza, en San Martín; y Puerta de Hierro, en La Matanza, pero nunca comenzó. Sólo en Quilmes y Lanús, la Provincia encaró a través de los intendentes el saneamiento de microbasurales.

Imágenes del abandono de las escuelas públicas y hospitales

Respecto a la educación, la intención de que los docentes cobren "un mínimo de 40.000 pesos” que anunció Vidal en campaña no se cumplió. Y la afirmación de la Gobernadora de que “no ha sucedido que la inflación superara la paritaria docente” quedó obsoleta este año, cuando el aumento fue del 32% y la suba de precios superará el 45% en diciembre.

Pero más allá de la discusión paritaria, la explosión de la escuela n° 49 de Moreno desnudó las falencias estructurales en 2.000 escuelas bonaerenses que a pesar de que las “6.000 obras en marcha” que anunció Vidal, aún no han llegado las soluciones, en especial a los lugares más pobres del Conurbano. La semana pasada, en la escuela de islas N°26, en Río Carabelas, de San Fernando, una auxiliar docente del establecimiento resultó “con quemaduras en su cuerpo, en especial en manos, brazos y cabeza” ante la explosión de un termotanque.

En salud, el panorama es similar al de la educación. El principal problema que atraviesan los 80 hospitales bonaerenses es la falta de designaciones de médicos, enfermeros y especialistas, pero la precariedad de infraestructura y la falta de insumos también son moneda corriente.

Para ilustrar la desidia en este ámbito, en los últimos seis meses sucedieron los siguientes episodios: la cocina del Hospital Presidente Perón de Avellaneda se incendió, producto de un escape de gas; en el Hospital Evita un camillero y un paciente cayeron de un quinto piso, cuando la cabina del ascensor se desplomó; en el Hospital Cecilia Grierson de Presidente Perón cerró el servicio de maternidad y el de neonatología por la falta de pediatras; y cirujanos del Hospital de Niños de La Plata terminando una operación con las luces de sus celulares, porque se cortó la luz y el grupo electrógeno no funcionó.

En materia de salud, las energías de la Provincia están puestas en el ambicioso plan de renovación de las salitas de atención primaria del Conurbano. Los municipios que recibirán fondos para los centros de primera atención el próximo año son los amarillos Tres de Febrero, Morón, Quilmes, San Miguel y Brandsen; además de los tres afortunados peronistas de Ezeiza, Almirante Brown y Marcos Paz.