Lejos del traumático cierre del 19 de julio, que requirió 36 horas de prórroga y dejó al espacio al borde de la ruptura, Fuerza Patria cerró este sábado sus listas para las legislativas nacionales de octubre sin mayores tensiones y hasta con un día de anticipación. La la lapicera en manos de CFK rubricó las nóminas que marcaron un cierre con hegemonía cristinista y no generaron mayores objeciones en el resto del peronismo. La ex presidenta puso leales en la mayoría de los lugares entrables de la lista, pero tampoco fue a fondo con una propuesta identitaria que marcase una alternativa propia frente a Milei. Massa y Kicillof resignaron espacios a los que hoy por hoy tienen en Diputados, y Grabois obtuvo, igual que en 2023, un importantísimo pago a sus presiones y debates públicos contra el devenir del peronismo.

El primer dato ineludible del cierre de Fuerza Patria pasa por el hecho de que, lapicera en mano y sin resistencias reales en su contra, CFK eligió no plasmar en la lista una polarización a fondo entre el kirchnerismo y Milei, dicotomía que su propia tropa construye todos los días con la campaña por su libertad y que el oficialismo nacional eligió como slogan de cara a los comicios de septiembre y octubre. El discurso que permanentemente articula el cristinismo en torno a que la ex presidenta representa la alternativa más nítida al modelo de Milei, hubiera quedado expresado con claridad y solidez si quien encabezaba la lista era, como circulaba en la previa, el propio Máximo Kirchner.

Unidad, candidatura sin padres y hegemonía cristinista de baja intensidad: el cierre de Fuerza Patria

Llevar el apellido, la marca política, la historia del kirchnerismo como banderas a la campaña hubiera sido un gesto en espejo a lo que Kicillof hizo en la elección provincial: plantear “la alternativa a Milei es esto, la alternativa soy yo”. Especulaciones aparte sobre los motivos que pueden haber hecho desistir a CFK de esa posibilidad, que ella misma empujó días atrás cuando llamó personalmente a intendentes y dirigentes para que impulsaran un operativo clamor por Máximo en las redes, lo cierto es que el peronismo deja pasar una oportunidad para clarificar su interna a futuro. El kirchnerismo, que podía medir en votos y conducción política al sucesor más nítido de CFK, seguirá discutiendo hacia adelante con los votos presos de la ex presidenta como mayor capital frente a un Kicillof emancipado que sí fue a fondo en sus definiciones y cargará con el resultados de las mismas.

En contraposición a eso, la lista quedó encabezada finalmente por un candidato de consenso pero del que ningún campamento se hace cargo del todo. En un peronismo roto y enfrentado internamente, lo que es de todos es de nadie. Y la candidatura de Jorge Taiana aparece huérfana de padres que reclamen para sí la patria potestad de un lugar que en cada cierre despierta ambiciones y desata internas.

Unidad, candidatura sin padres y hegemonía cristinista de baja intensidad: el cierre de Fuerza Patria

El nombre de Taiana surgió por parte del gobernador como un “ejemplo” de nombre de consenso, como una posibilidad ante la negativa expresada por Massa, las tensiones planteadas por Grabois y la resistencia que en muchos sectores despertaba Máximo. En la mesa chica kicillofista explican “el racional” de lo que consideraban mejor para la lista de esta manera: “que encabece una persona que sea aceptada por todos los sectores y no reciba objeciones, para no dar excusas a algún sector de no militar lo suficiente la elección o irse por afuera”.

Sin embargo, en el MDF no asumen como propia la candidatura de Taiana, ni consideran haber puesto el primer nombre de la nómina como lo hicieron en las dos listas del conurbano para la elección de septiembre. “La lista es 100% decisión de Cristina, Axel no propuso ni vetó a nadie para encabezar. El nombre de Taiana fue dicho como un ejemplo de consenso junto a otros, como el de Carlos Tomada. Que Cristina eligiera un nombre de esas opciones no nos hace responsables de que sea elegido para encabezar”, deslizan desde el núcleo kicillofista, e inmediatamente agregan: “no obstante, nos parece una buena decisión”.

En La Cámpora, donde horas antes de la confirmación insistían en que “no es momento para poner un tibio” y sostenían la posibilidad Kirchner como síntesis más acabada de lo que el espacio debería representar, plantean su propia mirada. “Axel los propuso (a Taiana) en una mesa política con Massa y otros compañeros, como un nombre de consenso entre todas las partes. A Cristina le pareció bien el nombre y una lista de consenso también”, señalaron a Diagonales desde la organización de Kirchner.

El extraño caso de una cabeza de lista que nadie se auto atribuye como una victoria política dentro de una peronismo partido expone un estado de situación. Las perspectivas electorales no parecen muy favorables de cara a octubre, la decisión de Kicillof por el desdoblamiento trasladó toda la interna al cierre bonaerense, y ninguno de los campamentos se arroja atribuirse el saldo político que dejen las legislativas. Ni para bien ni para mal.

Unidad, candidatura sin padres y hegemonía cristinista de baja intensidad: el cierre de Fuerza Patria

Esto no significa que no haya habido ganadores ni posiciones de poder plasmadas en la lista. Aunque no fue a fondo con una propuesta identitariamente K, la ex presidenta sí se garantizó una hegemonía de baja intensidad para los propios y leales en la nómina. Contuvo a sectores a costa de escaños que en diciembre perderán Massa y Kicillof y se aseguró posiciones para el que evidentemente identifica como territorio de confrontación con Milei para los próximos años: el Congreso de la Nación.

Jimena López es presidenta del Consorcio de Gestión del Puerto de Quequén, ex diputada nacional y quedó segunda en la lista. Es uno de los nombres que logró ubicar Sergio Massa, junto al de Sebastián Galmarini (11°) y  Marina Salzman, concejala de Marcos Paz, que quedó 14°, al límite de los entrables. De esta manera el Frente Renovador se quedó con tres lugares frente a los cuatro diputados a los que se les vence el mandato este año: Micaela Morán, Mónica Litza, Daniel Arroyo y Marcela Passo. Massa había avisado que nadie quedaría conforme con el cierre pero era importante sostener la unidad, y pagó con una banca esa sentencia.

Del MDF también son cuatro los diputados a los que se les vence la banca: Daniel Gollan, Brenda Vargas Matyi, Hugo Yasky y Julio Pereyra. Sin contar como propio a Taiana, el gobernador se quedó sólo con dos lugares entre los entrables: Hugo Moyano hijo, representante de la CGT, va noveno, y Hugo Yasky (CTA) renovará en el 13° lugar. Kicillof pagó con esos lugares al movimiento obrero organizado que hoy lo acompaña en su aventura de emancipación.

Luego de los tironeos a los que ya está acostumbrando al peronismo, Juan Grabois salió muy bien pagado de la negociación. En principio, su puja con Sergio Massa y su amenaza de ir por fuera si el ex ministro candidato encabezaba pudo haber sido uno de los factores para que el líder del FR no esté en la lista. Grabois no consiguió encabezar como quería, pero quedó tercero en la nómina detrás del primer lugar “de consenso” y el segundo del FR. Además, logró meter a la ex Secretaria de Integración Socio Urbana y militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (Mte), Fernanda Miño, en el puesto 12. Y en la CABA, la cabecera para Diputados que pretendía para Ofelia Fernández finalmente quedó para Itaí Hagman, dirigente del espacio y actual diputado nacional. Cuando Hagman deje la banca que hoy tiene hasta 2027, su reemplazo será el camporista Javier Andrade, por lo que Máximo Kirchner sumará un jugador más en la Cámara Baja.

Unidad, candidatura sin padres y hegemonía cristinista de baja intensidad: el cierre de Fuerza Patria

En el resto de la nómina CFK le dio lugar al sindicalismo que le responde. Cuarta va Vanesa Siley y quinto Sergio Palazzo. La Cámpora rubricó los lugares de Horacio Pietragalla (7°) y Fernanda Díaz (10°), mientras que otras cristinistas de pura cepa como Teresa García (6°) y Agustina Propato (8°) serán parte de la tropa de CFK en Diputados para los años picantes que se vienen en el Congreso.

Finalmente, el último lugar que pone en juego el peronismo y que sólo retendrá en caso de hacer una muy buena elección quedó para Nicolás Trotta, ex ministro de Educación de Alberto Fernández con quien La Cámpora mantuvo fuertes enfrentamientos a la salida de la pandemia pero que reconstruyó su relación con CFK desde la titularidad de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner. Trotta es, además, un hombre cercano al dirigente porteño Víctor Santamaría.

En la CABA, por otro lado, no hubo grandes sorpresas más allá de la cabecera de Diputados para el Frente Patria Grande de Grabois con Itaí Hagman. Mariano Recalde será el candidato a senador por Fuerza Patria, apostando a renovar la banca que le vence este año. Para la Cámara Baja, la nómina se completa con la ex ministra de Trabajo de UP, Kelly Olmos, un nombre puesto por Juan Manuel Olmos; Santiago Roberto en tercer lugar, otro jugador de Víctor Santamaría; y en cuarto puesto Lucía Cámpora, que para poder ganar la banca necesitará una elección extraordinaria del peronismo.

Unidad, candidatura sin padres y hegemonía cristinista de baja intensidad: el cierre de Fuerza Patria

La unidad peronista no costó tanto de cara a octubre como lo fue en el cierre provincial, pero tampoco dejó importantes novedades ni trazos sólidos de lo que el peronismo espera de cara a las legislativas. El “consenso” de Taiana permitió sellar un acuerdo sin conflictos donde el kirchnerismo se impuso pero sin tampoco plantar banderas para la discusión por la conducción que recrudecerá luego de los comicios. Las campañas se solaparán, sin tensiones demasiado profundas a la vista, y habrá que esperar los resultados de septiembre para prefigurar el camino a octubre.

Ninguna tropa quedó con muchos incentivos para poner todo de cara a las legislativas, ni tampoco con heridas violentas para sacar los pies del plato. Habrá que ver en ese punto qué sucederá con los intendentes, entre los cuales sonaban varios posibles candidatos que finalmente no integraron la lista. Un peronismo en modo supervivencia logró un acuerdo con cierta tibieza pero que no amenaza la frágil unidad del espacio. Quizás no sea poca cosa en un contexto de crisis y fragmentación interna, que con seguridad reflotará desde el primero de noviembre y hacia el 2027.