La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en el marco de la cena de fin de año de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) se refirió a la violencia que se vivió el jueves en el Congreso Nacional y explicó que fue producto de algunos sectores que "cuando no tienen la legitimidad en los votos y la representación en el Congreso, el camino que eligen es la violencia".

La mandataria fue entrevistada por el presidente de la entidad, Daniel Dessein, habló sobre la represión por parte de la Gendarmería Nacional el jueves en el Congreso y señaló que "la democracia es poder disentir pero con respeto" porque de lo contrario, "no es democracia". En esa línea expresó que "la violencia no entra dentro de ninguna de esas reglas".

Además, remarcó que "no hay construcción de confianza ni de un país posible si, cada vez que alguien piensa que va a perder una votación, cree que esta es la manera de imponer su pensamiento".

El titular de ADEPA además se fue algunos meses atrás y le preguntó por su pelea con el periodista Diego Brancatelli, y Vidal explicó que "ese día creo que se combinaron dos cosas" y nombró por un lado el cansancio por la campaña y segundo, que "ese día estaban mis hijas acompañándome y se cuestionó supuestos privilegios". Para ella, "mis tres hijos fueron los más perjudicados por el ejercicio de mi cargo y eso me pareció muy injusto".

A continuación, Dessein le pidió una autocrítica tras sus dos años de gestión, y ella dijo "todo lo que falta" hacer. Además, expresó que "siento que tendríamos que haber podido construir todavía más consensos".

Vidal habló sobre el peronismo como oposición y afirmó que es "fuerte" por lo que "todavía Cambiemos tiene un camino de consensos legislativos que recorrer", aunque admitió que "es bueno tener una oposición fuerte en la medida en que sea constructiva y apueste a un debate honesto, que implica reconocer dónde estamos y a partir de ahí pensar en el camino que debemos recorrer, sin atajos".

La Gobernadora se refirió a la "gobernabilidad" tan aclamada por su gestión durante el primer período que incluso, fue motivo central de la primera apertura de las sesiones legislativas que le tocó encabezar. Al respecto, afirmó que "ni antes creía que estaba en riesgo la gobernabilidad ni ahora creo que tengamos un segundo mandato garantizado". 

Por eso,  remarcó que "en los próximos dos años tendremos que demostrarle todos los días a la gente si lo que hacemos vale la pena para mejorar sus vidas" y finalmente contó que en esta última elección, desde el punto de vista personal, sintió que "fue una palmada en el hombro que significaba: 'entiendo, se que estás haciendo tu mejor esfuerzo, yo también, te acompaño y espero mucho de vos'" y concluyó: "esto siento todos los días y creo que en 2019 nos evaluarán".