Plaza Malvinas se vistió de gala. El renovado Centro Cultural miró orgulloso las caras de los miles y miles de platenses que durante todo el día caminaron sobre las baldosas de la Plaza. Doscientos años de independencia se cumplen sólo una vez y la jornada de ayer estuvo a la altura de las circunstancias.

El humo de los asadores criollos se colaba por las ventanas de los edificios linderos, el aroma de las comidas típicas inundaba las narices de los visitantes, que en masa se fueron acercando desde el mediodía.

¡Vengo a ver a Jorge Vásquez! gritaban dos señoras agarradas a la valla de contención. Una joven que sostenía un termo bajo el brazo le preguntaba quién era el reclamado artista. 

-El de la tele. Canta hermoso. Su respuesta orgullosa.

Jorge Vázquez no decepcionó. Sorprendió a más de uno que desconocía de su existencia con sus tangos y su voz dura, penetrante. Cacho Castaña y Serrat fueron parte del repertorio del artista platense que se mostró orgulloso de poder participar en un evento de tamaña importancia.

El tiempo entendió la relevancia de la jornada y regaló una tarde de sol, brillante y fresca, ideal para matear en la plaza, en familia o amigos con música de fondo y algún que otro bizcocho o palmerita.

El protocolo apretaba los tiempos de las presentaciones, es que a las doce de la noche se terminaría la vigilia y la banda militar debería estar en el escenario e interpretar el himno nacional. Danzas tradicionales de acá, paraguayas y peruanas, artistas populares y un cierre a pura cumbia en manos de Los Totora- locales en la ciudad que los vio nacer- pasaron por el escenario platense.

A la tardecita apareció un dron sobrevolando las cabezas de los presentes frente al escenario. Soplaba las nucas de los que estaban abajo e inevitablemente, por el particular ruido de sus hélices, se levantaban las miradas que apreciaban la revolucionaria manera de filmar.

Gustavo Guillén, a cargo de la conducción desde la tarde tuvo que remar para hacer tiempo y se ganó a la primera fila, aunque por momentos su improvisación irritó a varios que preferían el silencio o la música de fondo antes que escuchar tanto tiempo a alguien que no tenía mucho para decir.

El día tuvo de todo. Militares bailando y cantando Maná, la Banda del Servicio Penitenciario llevándose los aplausos por sus geniales interpretaciones de los Auténticos Decadentes, los Fabulosos Cadillacs y Gustavo Cerati y niños perdidos que por fortuna se reencontraron con sus padres.

La ciudad capital de la Provincia vivió un festejo histórico. El público se mostró contento y con sus expectativas cumplidas, tras una jornada intensa, pintada de celeste y blanco y con la satisfacción de haber dicho presente.