A fines de marzo, con la cuarentena en pañales, se anunciaba con bombos y platillos la instalación de hospitales de campaña en distintos puntos de la Provincia, impulsados por la gobernación y Nación. Uno de los más nombrados fue el que se montó en la República de los Niños, para aliviar la situación de los hospitales de La Plata. A tres meses de los anuncios, ese centro y otros, como el Polideportivo Los Hornos, no cuentan con los recursos necesarios para atender el pico que se acerca. Con la estructura montada, la intendencia de Garro no destinó aún el presupuesto necesario para ponerlos en funcionamiento.

Diagonales dialogó con trabajadores de los hospitales San Martín, Rodolfo Rossi, San Juan de Dios, y San Roque (Gonnet), y la descripción de la situación es siempre la misma: crece el número de casos y no hay dónde derivar a los pacientes leves que no cuentan con condiciones propicias para el aislamiento en sus hogares. Para esto fueron montados los centros de aislamiento en la República de los Niños, el Polideportivo Los Hornos, y otros espacios en el estadio de Estudiantes y la sede de Gimnasia. Pero ninguno se encuentra operativo debido a la falta de infraestructura adecuada y, fundamentalmente, de recursos. Mientras tanto, los hospitales están funcionando como hoteles albergando casos leves o sospechosos, y se acercan a paso firme a una superpoblación hospitalaria que podría evitarse.

“La Plata está aún en una fase hospitalaria de la pandemia, pero se está acercando rápidamente a una fase extra hospitalaria”, expresaron a Diagonales desde CICOP, la asociación sindical de profesionales de la salud de provincia. El paso de una fase a otra implicaría la saturación de los hospitales y la necesidad de otros espacios para alojar pacientes que no requieran una atención médica profunda. Pero las 480 camas instaladas en los distintos centros de baja complejidad aún no pueden ser utilizadas debido a la falta de partidas presupuestarias municipales destinadas a personal, alimentos para los internados, insumos, y todo lo necesario para garantizar la atención y el aislamiento. Además, los testimonios afirman que los centros mencionados no cuentan con infraestructura básica como baños y duchas para la cantidad de personas que deberían alojar.

La gestión de Garro abandonó los hospitales de campaña en pleno pico de la pandemia

Se desaprovechó la cuarentena

No importa que sean médicos, trabajadores hospitalarios o de centros de atención primaria de salud. Ante las consultas de Diagonales, todos y todas confluyen en una respuesta: el gobierno municipal desaprovechó el tiempo ganado con la cuarentena y el achatamiento de la curva de contagios, y no terminó de preparar y equipar al distrito para la situación crítica que, todos concuerdan, está cerca. Las expresiones coinciden en que la intendencia de Garro descansó en los recursos aportados por la Provincia y la Nación, y no afrontó con seriedad la dotación presupuestaria necesaria para ampliar la capacidad de respuesta por fuera de los hospitales. Hospitales que, dicho sea de paso, depende de la Provincia. Con la cantidad de contagios creciendo exponencialmente, el riesgo aumenta y el tiempo se acaba. La comunidad sanitaria de La Plata remarca con fuerza la necesidad de contar con los centros de asilamiento de forma urgente.

Pero la falta de espacios extra hospitalarios para responder al pico de la pandemia no es el único problema. Todos los trabajadores consultados por Diagonales, que de una u otra forma están en la primera línea de combate contra el coronavirus, coincidieron también en que el municipio no se está ocupando de hacer el seguimiento que debería a los casos sospechosos o contactos estrechos de positivos leves que se aíslan en sus domicilios. La situación es la siguiente: si un paciente queda internado, sea grave o leve, el hospital se encarga del rastreo y seguimiento de sus contactos estrechos para garantizar su aislamiento y el monitoreo de síntomas. Pero si un caso positivo termina con el paciente aislado en su domicilio, la responsabilidad del seguimiento de ese paciente y la comunicación con sus contactos estrechos para evitar la propagación del contagio es responsabilidad del municipio. Dicho seguimiento estaría, en el mejor de los casos, llegando muy tarde y de manera defectuosa.

Un ejemplo es el call center municipal al que deben llamar los casos sospechosos o positivos leves que, cumpliendo el aislamiento obligatorio en sus domicilios, no pueden salir a proveerse ni siquiera de los elementos básicos para el día a día. El 147 es el número al cual recurrir en estos casos, sea por alguna necesidad específica, por alguna consulta sobre la situación del enfermo, el reporte de contactos estrechos, etc. Pero sucede que el 147 también es el número al cual llamar si alguien quiere solicitar la poda de un árbol en la vereda de su casa, la recolección de basura, o cualquier circunstancia que pueda encuadrarse como “atención al vecino”. Para la municipalidad, el seguimiento de pacientes de Covid es una atención más que, como siempre sucede, requiere largas esperas en el teléfono. Como si la angustia de padecer la enfermedad no fuera suficiente.

La gestión de Garro abandonó los hospitales de campaña en pleno pico de la pandemia

La situación de los Centro de Atención Primaria de Salud

El virus es como las serpientes, muerde más a los que andan descalzos. La pandemia golpea más fuerte en los sectores populares, y La Plata no es la excepción. Uno de los hospitales consultados expresó a Diagonales que una encuesta que realizan a los casos sospechosos que llegan a la institución marca que alrededor del 50% no cuenta con las condiciones habitacionales mínimas para garantizar un aislamiento. La primera línea de contención para estos sectores son los CAPS, que por su distribución territorial son, en muchos casos, el primer punto de consulta para los habitantes de los barrios populares. Hay 46 CAPS que dependen de la municipalidad de La Plata, y si bien tienen realidades heterogéneas entre sí, la mayoría no escapa a la falta de atención por parte de la intendencia.

Desde CICOP denunciaron que desde el inicio de la pandemia vienen reclamando por falta de recursos al municipio. Al principio, les respondían que no había oferta de los insumos básicos como barbijos o máscaras, por la gran demanda general. Las primeras dotaciones las fueron consiguiendo a partir de donaciones particulares, hasta que llegaron los recursos que la Nación y la Provincia mandaron a buscar a China. El sindicato denuncia también una importante baja en la provisión de medicamentos: “mandamos una planilla cada 15 días, de algunos medicamentos nos mandan la mitad de lo que pedimos, y de otros directamente nada”. Un caso puntual es el enalapril, utilizado para tratar la hipertensión, y uno de los medicamentos más demandados que no está llegando a los CAPS por parte del municipio. El programa REMEDIAR está supliendo la falta de respuesta municipal. Otro ejemplo del descanso de la intendencia de Garro en los recursos nacionales.

Los trabajadores de los CAPS denuncian además la falta de protocolos de acción por parte de la intendencia. Según CICOP, sólo recibieron una carpeta a inicios de la pandemia que nunca se actualizó, no tuvieron instancias de formación ni de contención para los trabajadores de los centros, y hoy en día son los propios trabajadores quienes se organizan y toman decisiones sobre los alcances de su intervención, porque no existen definiciones claras de parte del municipio. En una reunión con representantes de los centros, el Secretario de Salud, Enrique Rifourcat, les dijo: “Si se enteran de un caso positivo, avísennos”. Los trabajadores denuncian que las notificaciones del municipio sobre los testeos tardan a veces hasta siete días en llegar, y que sólo se comunican los casos positivos, dejando en una penosa incertidumbre a las personas que dan negativo. La falta de recursos y protocolos de acción unificados vuelven muy difícil la tarea de los profesionales que están en contacto directo con el sector que más sufre la pandemia.

El número de casos crece de forma preocupante, y la comunidad de la salud de La Plata advierte que el municipio no está preparado para lo que viene. Las alarmas ya han sido encendidas, toca el turno a la decisión política de hacerse cargo.