Años de reclamos por parte de organizaciones defensoras de los derechos de los animales y de ciudadanos independientes se juntaron con la triste muerte de la elefanta emblema del zoológico de La Plata, "Pelusa". Desde el municipio de la ciudad capital de la Provincia se decidió cerrar definitivamente el zoológico para avanzar en una reconversión, a tono con lo realizado en otras ciudades de Argentina y el mundo.

En un tiempo donde el encierro y la exposición de animales no tiene razón de ser, la decisión es, por lo menos acertada, aunque un poco tarde. 

El intendente de La Plata, Julio Garro se había descargado vía Twitter una vez conocida la muerte de "Pelusa" tras 50 años encerrada en la misma jaula, rodeada de una fosa y "entreteniendo" a los visitantes. El jefe comunal se había mostrado en contra de los zoológicos y a favor de que la elefanta de 52 años sea trasladada a un santuario de Brasil para pasar sus últimos días rodeada de otros elefantes y en un ambiente más propicio para su especie, pero esa posibilidad no se materializó por el delicado estado de salud del animal, que padecía pododermatitis crónica en sus patas traseras por su vida en cautiverio, lo que le impedía acostarse hacía dos años.

"Como sociedad debemos disculparnos con vos, Pelusa. Tu historia nos reafirma que los zoológicos no deben existir más y que los animales silvestres, sean de la especie que sean, no deben vivir nunca en cautiverio ni con fines de exhibición", había escrito Garro en su cuenta de Twitter. Además, el Intendente defendió la reconversión del predio de 17 hectáreas que fue inaugurado en 1907: "Hoy más que nunca sabemos que no nos equivocamos con seguir impulsando el proyecto del Bioparque para nuestra ciudad".

Para los cambios planeados ya se han trasladado unos 80 animales, aunque aún quedan muchos que por su estado de salud no podrán ser ubicados en mejores lugares ya que corren riesgos.