¿Qué es eso de andar compartiendo música?
Por Trinidad López Rosende
Dios bendiga a los hermanos mayores. En un cuarto sonaba Dynamo de Soda Stereo, en otro un cassette compilado de los Beatles y el varón nos despertaba a todos con Guns & Roses o Los Violadores. De no haber sido así, en esa casa la lucha musical hubiese sido la de padre con Gardel y los Hermanos Cuesta vs Ace Of Base y yo, que era lo que escuchaban mis compañeras de colegio a mis 12 años.
Yo no era de Capital así que nunca viví eso de comprar música en Parque Rivadavia ni siquiera de intercambiar discos con amigas porque... Bueno, Ace of Base. Hasta que llegó una radio a mi cuarto, marcada con esmalte rojo en la 106.3 (Rock and Pop en su momento) y con ella una discoteca infinita y decenas de hermanos mayores que me iluminaron la adolescencia con nuevas canciones.
TDK siempre listo, play rec y salían los compilados, casi siempre con la voz de Alejandro Nagy recordándome la radio que había elegido. Si me llevaban a Buenos Aires, al dentista o lo que fuere, era obligada la visita a disquerías, sobre todo a la cadena amarilla y roja (QEPD) donde si mirabas un disco de Los Beatles, venía un empleado a recomendarte a los Byrds o los Kinks. Y si le decías que tu favorito era George, te traía uno de Badfinger. Ese era el Spotify del momento.
Después llegó internet, y la cosa se volvió fácil, práctica y urgente. Entonces, ¿todo tiempo pasado fue mejor? ¡No! Es cierto que todo era más orgánico y artesanal, pero el fin es el mismo. Compartir música. Que tu hermano te abra los ojos, que tu amigo te presente un género nuevo, que un vendedor te traiga un álbum que no conocías, bajar mil discos piratas en Napster, grabarlos en CDs y nunca más tener que rebobinar con la birome.
¿Los discos no se prestan? Tomá un pendrive explotado de música. ¿No sos amigo de la tecnología? Conseguite una radio portátil de esas que usan los viejos, ponele 30 pilas doble A y sé tu propio dj, moviendo la perilla del dial buscando canciones que te generen cosas. Y si sos aún más curioso te recomiendo algo un poco jugado, innovador y fuera de lo común levantate del sillón y andá a ver música en vivo. Y si el show que te interesa está programado para las 22, andá tipo 20 que seguro hay una banda soporte que no conocés, y quien te dice, quizás te guste y termines recomendándola.