Pasado los 60 días de cuarentena, la presión de muchos sectores por salir de la misma, se hace notorio. La presión pasa supuestamente por la economía, pero también por la república o la democracia. La pandemia resaltaría rasgos totalitarios de los Estados, y por supuesto de determinadas fuerzas políticas, sobre todo la que gobierna la Argentina.

El enamoramiento por la cuarentena

Desde determinados medios, los cuales ninguno puede ser sospechados de “oficialista”, se insiste en la caducidad de la pandemia.

Algún argumento tiene que ver con lo económico: los sectores informales o autónomos están desprotegidos “necesitan trabajar”. “Ese necesitan” está desprovisto de cualquier análisis reflexivo sobre la realidad. Con un empirismo berreta nos construye una explicación tautología en donde necesitan “trabajar para sobrevivir”, pero al ir a trabajar, ponen en riesgo la vida que pretenden cuidar por peligro de contagio. Quizás esa explicación nos quiere decir que esos sectores tienen que morir o morir y que es preferible que mueran trabajando.

Otro argumento habla sobre la democracia y la república en riesgo porque con la crisis los gobiernos “se aprovechan” y nos respetan los mecanismos normales. ¿La situación actual es de normalidad? La crítica presupone una Argentina y un mundo de normalidad, que si existió, ya no existe. 

No nos metemos aquí  en teorías  infectológicas que muchos periodistas y/o divulgadores insisten con una ligereza adolescente. En todxs los casos, los gobiernos que impulsan la cuarentena tienen amor por la quietud, y pretenden mantener a la Argentina quieta, porque así es más fácil “dominar”. 

El orden inmanente 

Hay un orden al que tendríamos que volver lo antes posible. Ese orden en la Argentina, los que tienen el poder y el dinero, tienen que seguir teniéndolo y las grandes mayorías deben carecer de él. No es que este planteado así, solo que se plantea que los de arriba tienen que tener para que todos podamos tener. O por decirlo de otro modo, la garantía de que todo siga “bien” como viene, es que todo siga como viene.

El covid19 nos muestra la decadencia del mundo como estaba funcionando. Continentes ricos, con pobrezas estructurales, continentes pobres estructuralmente… pobres. La salud mercantilizada, el Estado ausente y observador, los ricos en su mayoría sanos, las pobres muertos de causas “naturales” generadas por la sociedad. La riqueza es social, como la pobreza, los dos polos necesitan ser cambiados, la riqueza porque se vuelve innecesaria, la pobreza porque es inmoral para la sociedad.

No vivíamos en la mejor de las sociedades, ni en Argentina, ni en el Mundo, las crisis dan esas oportunidades para cambiar. Lo primero que debe cambiar, es que esa riqueza que es social y que es escasa por la pandemia, debe repartirse de una manera equitativa, para soportar esta situación. “Eso es comunismo”, dirá algún periodista interesado, desvelado por que la sociedad que lo mantiene, se cae a pedazos.  La riqueza debe servir para que toda la sociedad sobreviva.

Como el muro de Berlín fue la expresión de la caída del comunismo expresado en la URSS, el Covid19 es el muro del neoliberalismo  o mejor decirlo en criollo,  la forma de pensar la economía y el gobierno de la sociedad en los últimos 40 años.

Los que necesitan trabajar para sobrevivir

Quizás vendría bien que algunos periodistas no tengan que trabajar, así “la angustia” de la pandemia no sería tan grande. Esos mismos divulgadores, son los que se dedicaron a insistir sobre que la gente necesita trabajar…. Necesita trabajar si la sociedad no puede garantizar un acceso a los bienes necesarios para sobrevivir. Si la sociedad puede hacerlo, ¿para que salir a trabajar cuando está en peligro la vida? ¿La sociedad puede hacerlo? Si, en tanto el Estado como condensación social de la sociedad, como ordenador de la misma puede conseguir recursos y redistribuirlos. “Comunismo…” vuelve el periodista dispuesto a que no pensemos en nada y que solo juzguemos.

La riqueza está, hoy distribuida de una forma poco equitativa. Salvar la vida de todos es que todos hagan el esfuerzo según el lugar que ocupan en la sociedad. Sino no hay posibilidad de sociedad, no hay lazos entre nosotros, es el hombre lobo del hombre. No hace falta que trabajen todxs, solo aquellos vinculados a los servicios esenciales. Y para los que necesitan trabaja, hay que construir los lazos de solidaridad social para que no tengan que salir de sus casas.

La democracia y la republica en peligro

Según algunos editorialistas de domingo, la Argentina está al filo de una dictadura. En realidad, argumentan que “el mundo” va camino a ello.  Le dan un rasgo causi antropológico, en hombre con miedo, acepta y deja que lo dominen. Por supuesto que, el que emite esa declaración está exento de ese problema, es uno de los pocos que se da cuenta lo negro de nuestro futuro.

Argumentan que el gobierno avanza sobre el presupuesto, avanza sobre la economía, avanza sobre el sistema de salud, avanza sobre la justicia.  Luego de la pandemia, ya no habrá libertad, ni república, ni democracia,  ni oposición, y “los comunistas seguramente gobiernen”.

Preocuparse hoy, en medio de la pandemia, y con la debilidad estructural que tienen la mayoría de los Estados en el mundo, es por los menos pura elucubración y fantasía. No sabemos cómo se va a salir de esta crisis humanitaria, lo que si  queda claro es que no se saldrá funcionando como venía funcionando. Pensar que si el Estado interviene, es autoritarismo y que la libertad es dejar que los sectores sociales concentrados gobiernen, es puro ideologismo y hoy en día antiguo.

La república no está en peligro, lo que está en peligro es la república de los privilegios, tal cual está diseñada hoy en día. Podrá venir un república que realmente represente a todos los sectores o podrá venir una república que represente a menos. Los que se apuran por definir lo que viene, se niegan a entender cómo llegamos aquí, y que necesitamos para salir. 

*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA y la UNDAV. Coordinador de Grupo de Estudios sobre Marxismo e Historia Argentina en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe. Integrante del Centro de Estudios Nacionales y Sociales Arturo Jauretche. Columnista en Rompiendo Moldes, AM 530 Somos Radio. Twitter:@Pablolopezfiori