El domingo leí una columna de Martín Granovsky en la que decía que con sus estereotipos y su folklore, las movilizaciones tonifican a los propios pero no son buenas si alimentan el exitismo. Y hacía la salvedad de que esa regla no era solamente para el macrismo. Y me pareció más que atinado lo que dijo para el momento que estamos viviendo, sobre todo a partir de la "marcha por la Democracia" que tuvimos el sábado con el posterior posteo del deleznable video de Mauricio Macri.
 
Quiero explicarme. Cuando este gobierno transitaba los albores de la campaña en 2015, uno de sus principales caballitos de batalla era cerrar la famosa grieta. Que no haya más división entre los argentinos. Ningún zonzo su jefe de campaña Durán Barba, que supo ver mejor que nadie por dónde pasaban las heridas tras doce años kirchneristas. Ahora resulta que la herida no sólo no se cerró sino que veo cada vez más difícil que suceda.
 
El sábado se llevó a cabo la "marcha por la Democracia" en clara contraposición a la marcha que días antes convocó a miles bajo la consigna Memoria, Verdad y Justicia en un nuevo aniversario del golpe de estado del 76. Pero si la marcha de la democracia fue para contrarrestar la marcha de la Memoria, entonces ¿la memoria, la verdad y el pedido de justicia no son democráticos? Claro que son democráticos. El problema es que este gobierno intenta por todos los medios demonizar cualquier movilización callejera. Lo hizo con los maestros, lo hizo con las mujeres, lo hizo con los sindicatos y cómo no lo iba a hacer con la marcha del 24.
 
Y tanto hizo que hasta decidió apelar al recurso más bajo. Llevó a la forma más banal la marcha por los 30.000 (¡sí, 30.000!) desaparecidos. Cómo lo hizo, fácil redujo una marcha por la memoria, la verdad y la justicia al binomio "colectivos y choripán". El presidente Macri subió un video felicitando a quienes participaron de la marcha del sábado diciendo lo "lindo que fue que no haya habido ni colectivos ni choripán". Para el presidente Macri, la marcha de los organismos de derechos humanos son "colectivos y choripán".

Entonces me pregunto, ¿quién se debe ocupar de cerrar la grieta? Porque a las claras está que este gobierno no va a hacerlo. Otra promesa de campaña que queda trunca. No va a cerrar la grieta y va a hacer lo posible por abrirla aún más. Lógico, divide y reinarás.
 
Las marchas no son "colectivos y choripán". Las marchas son por reclamos salariales, son pedidos de dignidad, son porque los trabajadores no llegan a fin de mes. Son porque los maestros deben ganar más. Son porque nuestros "viejitos" no ganan nueve mil pesos como él cree. Son porque no llegan ni a seis mil. Son porque están matando a las mujeres. Son porque tenemos un país con desaparecidos. Y como dijo en un libro que leí hace poco de José Pablo Feinmann, un país con desaparecidos nunca será igual a lo que era antes. Tenemos desaparecidos y debemos hacernos cargo. Y marchamos por esos desaparecidos y marchamos por esos docentes y marchamos por nuestros trabajadores y marchamos por las mujeres. Marchamos y vamos a seguir marchando.
 
Porque no nos movilizan micros y choripanes, Sr. Presidente. Nos moviliza un pueblo que tiene hambre, que tiene necesidades, que no llega a fin de mes y una sociedad que reclama memoria, verdad y justicia. Entonces, si ustedes prometieron cerrar la grieta y están abriéndola aún más, ¿quién se va a ocupar de cerrarla?