Se cumplen 41 años del último golpe militar de Videla-Martínez de Hoz que instauró un régimen antiobrero y genocida en nuestro país. Más que nunca es necesario decir presente y levantar bien alto las banderas contra la impunidad de ayer y de hoy, contra el ajuste de Macri y los gobernadores (como lo quieren hacer atacando el salario docente y la educación pública), y contra el pago de la fraudulenta deuda externa.

El 24 de marzo de 1976 comenzó la dictadura militar más brutal de nuestra historia, cuyo objetivo fue derrotar el ascenso obrero y popular e imponer un plan económico proimperialista. En esa tarea, los militares no estuvieron solos, lo hicieron junto a importantes sectores del empresariado que fueron sus principales beneficiarios. Martínez de Hoz, Pérez Companc, Rocca, son algunos de los nombres de aquellos grandes patrones que fueron cómplices o protagonistas directos de la dictadura, así como las multinacionales Ford, Mercedes Benz y tantas otras. Y la cúpula de la Iglesia Católica, que con sus obispos y cardenales bendijeron las torturas y las desapariciones forzadas.

La familia Macri también fue beneficiada durante la dictadura. En enero de 1976 se creó el Grupo Socma (Sociedades Macri) que en los años siguientes pasó a ser uno de los emporios empresarios más importantes de la Argentina. Franco Macri, a través de Sideco (una de las empresas del grupo), obtuvo la contratación de grandes obras públicas. En 1982, compró el 65% de las acciones de Sevel (una asociación de las automotrices Fiat y Peugeot para Argentina) con una deuda de acreedores extranjeros de 170 millones de dólares, deuda que fue estatizada por Cavallo, al igual que las de otros grupos empresarios. Esto último, es uno de los hechos más aberrantes de la historia económica argentina que se conoció como la "estatización de la deuda privada" y es una de las causas del fenomenal endeudamiento externo. Todos los gobiernos que sucedieron a la dictadura (radicales, peronistas, Alianza, kirchernismo y Cambiemos) continuaron con esta estafa.

Por su parte, el kirchnerismo, que se presentó como el gobierno de los derechos humanos, mientras bajaba el cuadro de Videla subía el del represor Milani como Jefe del Ejército, llevaba adelante el Proyecto de espionaje "X" contra los luchadores populares, criminalizaba la protesta social y promulgaba la ley antiterrorista encomendada por el imperialismo yanqui. Uno de las cuestiones más graves fue la desaparición de Julio López, principal testigo contra el represor Etchecolatz.   

Hoy, denunciamos que Macri pretende que nos reconciliemos con los militares, reflotando las "teoría de los dos demonios" y negando la cantidad de desaparecidos. La detención de Milani fue un revés para esa política. Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda, insistimos en que fueron 30.000 y que fue un genocidio. Por eso marchamos junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia como lo hicimos todos estos años, de manera independiente de los gobiernos. Por la memoria de los 30.000 desaparecidos y por los caídos del PST, que lucharon por una Argentina y un mundo socialista. Será una cita de honor para renovar el compromiso de la lucha contra los gobiernos ajustadores y entreguistas, levantando las mismas banderas por las que lucharon nuestros compañeros, exigiendo cárcel común a todos los responsables, tanto militares como civiles, de la última dictadura.