Es una gran emoción para quienes venimos en esta lucha hace más de treinta años, ver la masividad y el compromiso del reclamo organizado intergeneracional en trasversalidad, pluralismo y diversidades. Es también un homenaje a las que ya no están.

Nos sostienen la historia, la densidad de los argumentos elaborados y de las prácticas desarrolladas a partir de estos 34 años de Encuentros nacionales de mujeres (hoy Plurinacionales de mujeres y disidencias) - fenómeno único en el mundo y que se estudia en las universidades del extranjero y es recogido en calificada bibliografia-, 14 Encuentros feministas latinoamericanos y del Caribe y cientos de documentos internacionales que son el producto de nuestra articulación global como sociedad civil en torno a las Conferencias de Población y de la Mujer de Naciones Unidas a lo largo de estos años. 

La nueva versión del proyecto de la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal seguro y gratuito que redactamos de manera participativa, recoge los consensos de las diversidades pero fundamentalmente la visión de las personas con capacidad de gestar y los saberes prácticos y teóricos de quienes están en el día a día del acompañamiento a quienes pasan por esta situación, tanto como de las académicas feministas de las más diversas disciplinas.

La visión estratégica del Presidente Alberto Fernández y sus convicciones personales lo llevan a incorporar feministas a su gabinete en muchos niveles y en los diversos espacios de la Administración Pública, a ser el primer presidente con probabilidad de resultar electo que asumió la defensa de nuestro derecho al aborto en plena campaña electoral y se plasmó en la rápida firma de la resolución del Ministerio de Salud del Protocolo para los abortos ya legales. Por lo tanto, su decisión política completa las condiciones que en general han acompañado la sanción de este tipo de leyes: movilización popular, transversalidad en las alianzas parlamentarias que las sostienen y voluntad del Poder Ejecutivo.  Así lo logramos con las leyes de divorcio y equiparación de los hijos matrimoniales y extramatrimoniales en los 80, con las leyes de cupo en los noventa, al iniciar este siglo con las leyes de procreación responsable y salud reproductiva y en la última década con las leyes de matrimonio igualitario, identidad de género y la de paridad en los cargos electivos.

El 1ero de marzo del 2020 será un parteaguas cuando en el Discurso de apertura de sesiones el Presidente anuncie que enviará su proyecto de ley en la materia, que esperamos conocer con ansiedad. 

Ya están les diputades y senadores sorores, que incluso acompañaron el pañuelazo del 19F, estudiando el nuevo proyecto que nosotras presentamos; aunque algunes de los reincidentes ya son expertes. Existe su compromiso con el movimiento de mujeres de llevar a buen puerto el proyecto de la Campaña. 

Llegó la hora. En momentos en que crujen las democracias en América Latina porque muchos de sus gobiernos someten a sus pueblos a ajustes estructurales y pagos de deuda impagables contra la voluntad popular, que importante será hacer lugar a esta genuina expresión de la democracia participativa y del movimiento feminista, en particular, ratificando nuestra condición de Estado laico y dejando entrar la vida cotidiana al Congreso de la Nación como una de esas excepcionales veces en que esto sucede para mejorarle la vida a muchas y algunes sin perjudicar a nadie. Será ley!

                

*Profesora de Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), directora de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos (ACDH), Diputada nacional(mc). Twitter: @Lubertino