A partir del mes de febrero (y con un desdoblado a marzo) comenzó un nuevo mazazo contra el bolsillo popular aumentos que llegan al 150% en las tarifas de la electricidad de Edenor y Edesur. Con estos valores, un consumidor promedio recibirá facturas de más de $630 por mes. Y habrá otro aumento en el mes de noviembre y un tercero en febrero de 2018. El incremento de las tarifas tomando desde enero de 2016, supera así el 1.000%.

Todo esto aparece "legalmente justificado" por las audiencias públicas que se llevaron a cabo en 2016. Tanto las generadoras de electricidad (multinacionales del gas y petróleo) como las transportadoras y distribuidoras, trataron durante ellas de demostrar que habían perdido fortunas por el "congelamiento de tarifas". Vulgar mentira durante todo el ciclo kirchnerista se llevaron millonadas en subsidios que compensaron ampliamente el valor de las tarifas. Esto fue profusamente demostrado por las organizaciones de usuarios y otros especialistas presentes en dichas instancias de "participación".

Ahora a todas estas empresas que llevan casi 25 años brindando servicios pésimos, con apagones contínuos, burlándose de los usuarios, se las "premia" a cambio de la promesa de reducir los cortes en la próxima década. Reciben incluso un porcentaje de aumento mayor al esperado originalmente por ellas mismas, lo que dio lugar a subas importantes de sus cotizaciones en la Bolsa de Valores de Buenos Aires. No sólo se les otorgarán incrementos en las tarifas, sino que continuarán recibiendo cuantiosas sumas en concepto de nuevos subsidios (en 2016 recibieron $100.000 millones).

Este tarifazo es un nuevo guadañazo al salario. Que se suma a los anteriores, y a los nuevos en peajes y muy posiblemente transporte urbano. Faltando aún los incrementos de las tarifas de gas que llegarán en el mes de abril. Todo esto hace que existan muchísimos trabajadores que para pagar las tarifas energéticas (luz y gas) ya hoy utilizan más del 10% de su salario, entrando en la categoría de lo que se conoce como "pobres energéticos".

Al igual que sucedió en 2016, este tarifazo tendrá seguramente como respuesta la indignación de los usuarios, que saldrán a rechazar este aumento como el año pasado, con asambleas y presentaciones de amparos colectivos. Sigue quedando planteado, ante la falsa disyuntiva entre tarifazo o megasubsidios, que la única salida de fondo consiste en la reestatización del conjunto del servicio, gestionado por sus propios trabajadores y las organizaciones de usuarios.