Comienzan a aclararse algunas cuestiones en torno al caso del asesinato de Fernando Báez Sosa por parte de diez jóvenes que jugaban al Rugby en las inmediaciones de un boliche en Villa Gesell. El fiscal de Dolores, Diego Escoda, consideró que "la intención de los agresores era matar a Fernando".

Escoda señaló que para él "la intención de los agresores era matar a Fernando" y que eso queda en evidencia por la violencia con la que golpearon a la víctima y la forma en la que actuaron, impidiendo incluso que fuera asistido por sus amigos. 

Además, el fiscal señaló en declaraciones a radio La Red, que al momento de ser detenidos, los rugbiers no estaban alcoholizados.

El funcionario judicial también adelantó que se llevará a cabo una prueba para tratar de determinar quién aplicó el golpe mortal: "Se va a realizar una pericia scopométrica, que es el cotejo entre el dibujo de la zapatilla y una impronta que hay en el rostro de la víctima para ver si coincide con el calzado", explicó en diálogo con TN.

Cabe señalar que la calificación que hasta el momento tiene la causa, tanto para los dos imputados como coautores como para los jóvenes acusados de partícipes necesarios es "homicidio agravado por concurso premeditado de dos o más personas y alevosía”.

"Lo que sostiene la fiscalía, y al menos hasta ahora comparte el juzgado, es que ellos salen con la intención de dar muerte, predestinados a golpearlo hasta este resultado. Y la alevosía se da porque los golpes se dan cuando la víctima estaba de espaldas y con la superioridad numérica entendemos que actuaron sobre seguro", explicó. 

Y agregó: "Hay una persona desvanecida que se la sigue golpeando, hay un dolo directo. Luego será un tribunal criminal quien decida". 

"Lo que se le imputa a los participes necesarios es no haberlo impedido", señaló e indicó que la pena que les corresponde es la misma: prisión perpetua.