La Isla de Bantayan fue la tercer isla que conocí en mi viaje alrededor de Filipinas, él último destino del viaje, cuatro días de relax; después de viajar 4 meses alrededor del Sudeste Asiático.

Para situarnos, Bantayan, es una pequeña  isla de las 7197 que forman Filipinas, está ubicada al noroeste de la isla de Cebú.  Santa Fe, es el pueblo más turístico, las opciones de alojamiento son variadas, desde hostel para mochileros hasta resorts con salida a la mejor playa, Kota Beach.

Vine a sorprenderme de sus playas paradisíacas, a lo que todos los turistas vamos a buscar allí, paz. De hecho me sorprendió encontrar una gran comunidad de suecos que residen la mitad del año en la isla y la otra mitad en Suecia. Muchos formaron familia con filipinas y allí se mudaron definitivamente.

Pude interiorizarme acerca de la destrucción del Tsunami del año 2011 y cómo tuvieron que reconstruir sus escuelas, comercios y demás si bien el país recibió ayuda externa, los pueblerinos se movieron entre ellos para crecer, mejorar y en este caso, explotar y vivir del turismo.

Hay un pequeño centro gastronómico con restaurantes y bares. La temporada alta va desde Noviembre a Marzo, la anhelan con todas sus fuerzas y es de lo que vive un gran porcentaje de los isleños. La pesca se lleva a la otra parte, los balseros realizan paseos turísticos a islas cercanas, la más conocida es la Isla Virgen. Los tuk tuk, mitad carros con moto, se llevan también gran parte del trabajo con el movimiento de turistas.

La isla tiene una superficie total de 116 km² y la mejor forma de recorrerla en solo unas horas fue alquilando moto. Disfrute mucho, y me llevó más tiempo de lo planeado llegar a las playas que quería ir, porque al cabo de unos minutos andando, un niño o adulto me saludaba y lo llamaba para hablar con él. El turista les sigue llamando mucho la atención, si bien se están acostumbrando de a poco a ver más, los pueblerinos del norte son los que menos acceso tienen.

Me llamó mucho la atención, que si bien el filipino de por sí es una persona extremadamente amable, cariñoso, sociable, servicial; aquí en la isla lo fueron aún más. Me invitaron a entrar a sus casas, dormir o ir a pasear en balsa, me preguntaron si ya había estado en Filipinas antes; de que país provenía fue la más común, y cada vez que decía "Argentina" gritaban eufóricos "¡Manu Ginobili!". Claro, no les conté que los filipinos aman el Básquet, son los número uno en este deporte, no hay escuela sin cancha de básquet

Los niños van a la escuela, con sus uniformes a tono, el ir y volver a la escuela es una caminata de juego para ellos; la inseguridad no existe, el peligro tampoco. Se divertían saludándome, gritando algunas palabras en inglés o corriendo hasta alcanzarme.

Bonaerenses por el mundo Desde las arenas de Bantayan, Filipinas

No me quiero olvidar de contarles que a los filipinos no les gusta el silencio, les gusta hablar y cantar. Ir por las calles de Santa fe es muy divertido. A la tarde las familias, amigos se reúnen en su casas para el Karaoke, este es lo único que creo no puede faltar en la casa de un filipino. Hombres, mujeres, niños se divierten sin vergüenza alguna, cantando sus canciones preferidas.

En fin, si buscas paz y buena onda y sonreír hasta que la cara te duela, esta isla te está esperando!!!