Bonaerenses por el mundo Recorriendo San Isidro, el olor a mar de Lima
Por María Laura Di Pietra de Quilmes
Siempre pensé que de irme a vivir a otro país, sería de Europa. Pero la vida me cruzó con un peruano de personalidad impactante. De repente estoy cenando en un puesto de comidas rápidas peruanas unos deliciosos anticuchos con un generoso vaso de mi bebida preferida desde ese momento, "chicha morada". Y para rematar, de postre, picarones; bajo un clima fresco de noche de verano en la costa. No se puede hablar de Lima sin hablar de su diversa y deliciosa comida.
En el silencio de la mañana, el canto potente de unos negridos pajaritos me despiertan en una casa amplia, de dos pisos, tipo americana, con pileta en el fondo y un parque súper arbolado y prolijo en el frente. Y a espaldas de la casa, los edificios más altos y modernos de la ciudad. Hoy hace ya tres años que vivo en San Isidro. San Isidro es un distrito dónde todo es orden y pulcritud, las casas, las calles, los parques. La seguridad, su principal característica.
La mitad de San Isidro es verde gracias a la cantidad de parques, plazas, bermas y bulevares que se entremezclan. En la actualidad las bicisendas son la mejor opción para recorrer la ciudad. Las casas de las urbanizaciones, "americanas", son del estilo arquitectónico más popular en Lima. Pero las más antiguas, las más lindas, son coloniales. Estas se encuentran en la cuna del distrito, el "Bosque El Olivar" con más de 1500 olivos de más de cuatrocientos años y riquísima historia. Con laguna y una casa de hacienda que hoy funciona como centro cultural. Y en el corazón de San Isidro funciona el centro financiero de Lima, con sus lujosos y flamantes edificios.
Las mejores opciones gastronómicas, desde food trucks hasta el restó más "pituco". Colores, el verde y el naranja intenso de las flores de ponciana. Un olor, el olor a mar. Una imagen, el atardecer en el malecón del parque "La Pera". El clima, templado todo el año. Lo malo seis meses de cielo gris y el tráfico. San Isidro la tranquilidad de barrio y la vorágine de los negocios.