Bonaerenses por el mundo St. Barth, la isla de los lujos
Por Karina Paola Claramunt de Quilmes
La primera vez que la oí nombrar no tenia noción de donde ubicarla en el mapa, me orientaba un poco que me dijeran que estaba dentro del conjunto de islas del Caribe pero, para aquel entonces, mi idea del Caribe era gente de fiesta, playas, y música&
Saint Barthélemy o St. Barth, como todas las islas vecinas está llena de historia de piratas, bucaneros y fuertes. Aunque actualmente nada tiene que ver con aquel pasado bélico, hoy pertenece al grupo de las Antillas Francesas. Teniendo un estilo muy "afrancesado" redundante por donde se la mire. Todos vestidos de blanco, champagne en mano y chillout para no desencajar, muy similar al de St. Tropez en la Costa Azul Francesa.
Lo que ha hecho de St. Barth el destino exclusivo de millonarios y estrellas de Hollywood ha sido la visita en los años 60 del viejo Rockefeller y poco a poco el boca en boca corrió entre la gente de "su clase" convirtiéndola en un destino VIP. Varias veces me ha tocado oír nombres como Madonna, Jagger o DiCaprio. De ahí, que puedan existir tiendas como Cartier, Hermès o Louis Vuitton con precios mínimos de 1000¬ en un espacio tan pequeño. Es posible ver a estos personajes de alto poder adquisitivo compitiendo a ver quien derrocha más champagne o quien es capaz de comprar más en menos tiempo.
Es muy segura. Claramente en un lugar donde monetariamente a nadie le falta nada, aún es normal dejar las llaves en el auto o tus pertenencias en la arena sin correr riesgos. Si olvidas algo en algún lugar es muy posible recuperarlo.
Naturalmente la isla es preciosa, no hay discusión en ello; pequeña y tranquila. Tiene de extensión 25km² y algo así como 9000 habitantes fijos. Cuenta con más de 15 playas de diferentes estilos y para todos los gustos. Arenas finas, gruesas e incluso playas de caracol. Tortugas marinas, peces de colores y arrecifes de coral. Piscinas naturales formadas por rocas o cavernas, tiene montañas, lagunas y salinas.
Los arcoíris están a la orden del día, las lluvias tropicales llegan en cualquier momento dando paso al show de color en el cielo. El clima siempre perfecto, a veces agobia un poco el calor, pero para quienes gustamos del mar y la vida al sol no hay quejas.
Difícil negar que es una burbuja donde todo parece perfecto, aunque en mi humilde y sincera opinión y expresión, esto nada tiene que ver con mi manera de vivir. Extraño inmensamente los abrazos y la calidez de mi gente, la solidaridad y la compasión (de no haber sido por mi grupo de amigos latinos, difícil hubiera sido haber sobrellevado este tiempo). Eso sí, no lo cambio ni por una isla en el Caribe, aunque brille e intente impresionarme tanto como el oro, dándome la absoluta certeza de que el dinero no lo compra todo.