Desigualdad social, trabajo y basura
Por Mariano Perelman. Recuperadores urbanos, cartoneros, cirujas, palabras con las que hoy se define la actividad que hacen miles de personas en Buenos Aires
Recuperadores urbanos, cartoneros, cirujas, palabras con las que hoy se define la actividad que hacen miles de personas en Buenos Aires y que consiste en diferenciar de la basura, materiales que tienen algún valor comercial. Los cartoneros diferencian de los desechos, materiales que luego venden y de ello viven. Existen diferentes formas de hacerlo y muchos de ellos se han organizado en cooperativas para intentar mejorar sus condiciones de vida.
La gente vive de la basura "desde siempre". Lo que va variando es el modo en que las personas que la realizan consideran la tarea y el modo en que se interviene sobre ella y sobre ellos. También los discursos sociales van cambiando. Es muy cerca en el tiempo que la actividad se masifica en Buenos Aires. Durante la década de 1990 las políticas de corte neoliberal hoy nuevamente implementadas por el gobierno de Macri- fueron dejando a miles de personas sin trabajo y en la pobreza. En este marco y luego de la devaluación de la moneda nacional en 2002, miles de personas recurrieron a la recolección como un modo de ganarse la vida. Fue cada vez más usual ver personas recorriendo con carretas, bicicletas, caballos, changuitos de supermercado las calles de la ciudad en busca de algo que recuperar. Con el tiempo, ellos fueron haciendo de esta estigmatizada tarea un modo digno de vivir.
Fue a comienzo del 2000 que el cirujeo se transformó en un problema público ligado a la cuestión ambiental. Si hasta entonces las personas eran llamadas cirujas, luego fueron nombrados como cartoneros (porque con la devaluación el precio de ese material creció exponencialmente y muchos se dedicaban a recolectar eso) y más tarde recuperadores urbanos. Las formas de nombrar la actividad son importantes. La idea de recuperadores urbanos refiere a una relación entre recolección diferencial realizada por personas no contratadas para la realización del servicio y cuidado del medio ambiente (en tanto los cartoneros recuperan material para ser reciclado que no es enterrado en los rellenos sanitarios del CEAMSE).
Esta es una de las grandes transformaciones ocurridas en los últimos años y que ha modificado la percepción en torno a la actividad. Para los recolectores ha sido una forma de dignificar su labor. Los gobiernos municipales han reconocido también la importancia social de esta actividad y en muchos casos los saberes de miles de personas que diariamente se ganan la vida revolviendo la basura.
Las actuales condiciones laborales, al mismo tiempo, también dan cuenta de la necesidad de un mayor reconocimiento del lugar que ellos tienen. La mayoría de ella sigue siendo gente muy pobre que realiza una actividad de sumo valor social por supervivencia en condiciones lamentables.