Se cumple hoy el trigésimo quinto aniversario del desembarco de las Fuerzas Armadas argentinas en el Archipiélago de las Malvinas, comienzo de una guerra librada contra el colonialismo británico en nuestras islas y espacios marítimos adyacentes en el Atlántico Sur.

Desembarco y guerra que, más allá de la decisión estratégica inaudita del gobierno militar, carente de la más mínima planificación logística y de conjuntez en el desarrollo de la propia contienda, fue una gesta en la que se expuso la bravura y el sacrificio de miles de soldados argentinos, muchos de los cuales murieron demostrando su patriotismo, luchando contra un enemigo tecnológicamente superior. 

Estas breves palabras son un homenaje a dichos hombres; a quienes dieron su vida, o quedaron heridos y discapacitados de manera permanente, y a quienes sobrevivieron luego de combatir con ardor, sin preguntarse el porqué de esa guerra, porque eran simple y únicamente conscientes de que peleaban por su Patria, por su Bandera, por su historia, y por nuestros derechos históricos y títulos jurídicos contra una potencia foránea ocupante y usurpadora de nuestras islas y mares.