El tema de la corrupción
Por Octavio Ciaravino. Se recurre a la milenaria receta espartana de la Krypteia para lograr la desvinculación traumática del pueblo y el/la líder a través del odio
Camino a las elecciones se plantean tres opciones que, como siempre, se organizan en torno al triple dilema de la modernidad, plasmado en la consigna de la revolución francesa Libertad, Igualdad, fraternidad. Existen dos opciones políticas nítidas por un lado el PRO, que defiende la prioridad de la idea de Libertad y de orden. Por otro lado está Unidad Ciudadana que remite a la importancia de la Igualdad y luego están las demás opciones políticas que tratan de ofrecer algo como un lugar de receso para quienes no pueden, o no están interesados en plantearse ese dilema y el estrés que genera. Pero el debate electoral no se presenta exactamente en esos términos, sino que se sitúa en conceptos cercanos que remiten indirectamente a este dilema.
La corrupción viene a ser el principal argumento del PRO para atacar al peronismo, a través de sus principales figuras. Se trata de un ejercicio de administración del ánimo social muy efectivo que busca organizar el enojo y la desilusión de vivir como motor del comportamiento electoral encarnándolo en personas o en imágenes que refieren a la igualdad (Milagro Sala, la jubilación, los impuestos progresivos, las movilizaciones callejeras, los sindicatos, el Estado, etc). Se trata de una estrategia muy poco novedosa en términos históricos, de hecho ha sido la segunda estrategia política de derecha más efectiva en todo el mundo para canalizar la tensión entre la igualdad y la libertad que se ha logrado desarrollar después de la revolución francesa.
La otra ha sido la conformación de los Estados de Bienestar que se conocieron durante el siglo XX que fueron en parte una respuesta real y concreta a la demanda de igualdad que emergía de las sociedades industriales, combinado con el verdadero pavor que generaba el comunismo ascendente en medio mundo. Una vez vencido el comunismo, el Estado de Bienestar tiende a ser desmantelado y desde los centros de poder mundial se vuelve a poner en función la práctica de la moderna "Krypteia". Se trata de una práctica diseñada por la aristocracia de la antigua Esparta y luego adoptado en Grecia para refrenar o eliminar los permanentes intentos de los esclavos y de los pobres por obtener igualdad o libertad. (Ver en Aníbal Ponce, Educación y Lucha de Clases, Imago Mundi, 2010)
La Krypteia era un llamado a los jóvenes aristócratas a entrenarse en el uso de las armas y en perfeccionarse en acciones violentas por sorpresa, para atacar a los líderes o cabecillas de cualquier tipo de revuelta que se pudiera estar generando entre los pobres o entre los esclavos. Por lo común se trataba de emboscar a los líderes o a quienes eran más carismáticos entre los esclavos o entre los ciudadanos libres y atacarlos a cuchilladas por la espalda para luego, dependiendo el caso, dejar el cadáver como mensaje, en especial para los esclavos o bien desaparecer el cadáver y correr el rumor que esa persona se había fugado.
Además, el entrenamiento de la Krypteia consistía en preparar el discurso para difamar a quienes osaban cuestionar las jerarquías en aquella sociedad sumamente desigual. El caso más famoso de una víctima de la Krypteia fue ni más ni menos que Sócrates. Sus ideas, discursos y su enorme popularidad -incluso entre los hijos de la aristocracia- empezaron a cuestionar demasiado el orden social griego, como no podían simplemente matarlo, se diseñó una trabajosa estrategia para difamarlo, tardaron varios años en lograr una difamación exitosa "Sócrates era un corrupto y corruptor" corrupto de la carne y del dinero. Esos discursos se fueron difundiendo hasta que algún gris magistrado se animó a firmar la sentencia, que era de opción como se usaba en aquel tiempo el destierro o el suicidio. Sócrates como relata la historia, optó por la segunda.
La Krypteia moderna sigue funcionando casi sin variantes, las aristocracias modernas entrenan a sus hijos para detectar y neutralizar cualquier reclamo por libertad o igualdad que pueda surgir de los bajos de la sociedad. Actúa contra la persona, ataca al líder o a quien le tocó expresar esos reclamos. Nunca se ataca el ideal la igualdad, la justicia, etc. lo único que se ataca es el líder para lograr la desvinculación traumática del pueblo y el/la líder.
Durante la última dictadura se aplicaba exactamente una Krypteia sobre la sociedad, se desaparecía, se asesinaba abiertamente y se difamaba, este punto, el de la difamación, era una tecnología aportada por los franceses y adaptada al uso criollo. Era muy común que los militares le dijeran a las mujeres que buscaban a sus maridos, novios o hijos desaparecidos, que en realidad ellos se habían ido con un/a amante guerrillera, se buscaba la desvinculación emocional con el otro mediante el odio, movilizando los pecados capitales.
Puede fallar
Existen interesantes ejemplos de una Krypteia derrotada en el mundo moderno, uno es el caso de Gandhi en la India, ¿Qué decían los medios británicos y los grandes referentes políticos de la época sobre Gandhi cuando este impulsaba la insurrección contra las leyes coloniales? Le decían corrupto y corruptor. La clase de barbaridades que se le decían a Gandhi desde los periódicos colonialistas no apuntaban nunca a los objetivos del movimiento de Gandhi a los que consideraban valiosos, solo apuntaban contra Gandhi y contra sus allegados, decían que Gandhi organizaba orgias con niños y que obligaba a sus seguidores a entregarle a sus esposas. También decían que Gandhi tenía una red de prostíbulos con los cuales lucraba. Solo pasó a ser un "Alma grande" para los británicos cuando Gandhi se separó definitivamente del movimiento independentista de la India y negoció con el imperio una forma de neo colonialismo mesurado. A partir de ese momento el corrupto pasó a ser Nehru el seguidor "nacionalista" de Gandhi que pretendía industrializar su país.
En Sudáfrica tenemos el caso de Mandela ¿Que decían los periódicos del Apartheid sobre este doctor en leyes? Decían que era corrupto y que ponía bombas para matar a humildes trabajadores. También decían que se quedaba con el dinero que se destinaba a ayudar a las poblaciones negras diezmadas por las enfermedades infecciosas, decían que era comunista, que era terrorista y que por supuesto era polígamo y corruptor de menores. No faltó a la cita un oscuro juez que decidió meterlo preso y lo tuvieron ahí durante casi 20 años. Lo soltaron cuando el mundo había cambiado, cuando no existía la amenaza comunista, y su imagen se agigantaba como un mito liberador e igualador de aquella grotesca sociedad segmentada por razas.
Estos ejemplos de grandes hombres de la historia tienen una similitud con la Argentina de hoy, no se trata de la comparación entre Perón, Yrigoyen, Cristina, Mandela y Gandhi. Pero sí se puede comparar la acusación "La corrupción", la acusación es exactamente la misma, el efecto que se busca también es el mismo cortar mediante el odio la relación entre un/a líder y un pueblo. Pero esa relación líder/pueblo siempre esta tensionada, nunca es una relación de "hipnosis populista" como piensan en el círculo rojo, es una relación política incomparable con la psicología, con el marketing ni con la religión. Es una relación política, por eso el odio nunca llega a calar profundamente en las mayorías, puede funcionar un tiempo pero a la larga se desvanece y se transforma en liderazgo. 20 años no es nada diría Mandela.