Posiblemente, la pobreza es uno de los peores males que perturba a la sociedad, siendo un fenómeno que afecta a una gran parte de la población mundial. Si bien las mediciones no son comparables entre países, para el caso de la Argentina, según la metodología actual del INDEC, alrededor de un 30% de la población es pobre, mientras que un 6% es indigente.

Los indicadores de pobreza e indigencia calculados por el INDEC se basan en el  método indirecto o de “línea”. Para el caso de la indigencia, se estima a partir de comparar los ingresos de cada hogar con un valor monetario de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), estableciéndose un costo para satisfacer mínimamente necesidades energéticas y proteicas. Aquellos hogares con ingresos por debajo de ese umbral son identificados como indigentes. De forma similar, la estimación de la pobreza se hace comparando el ingreso de los hogares incluyendo -no solamente- las necesidades alimentarias mínimas; sino que, además incorpora bienes y servicios no alimentarios tales como educación, vestimenta, transporte, etc. Dicha Canasta Básica Total (CBT) o línea de pobreza, será el umbral que diferenciará a una familia pobre de otra no pobre.

Actualmente, la Argentina no cuenta con una serie larga y comparable de pobreza. Esto se debe no solo a la subestimación de las canastas básicas alimentarias y totales oficiales entre 2007 y 2015, sino también a la actualización metodológica realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) al volver a publicar datos fidedignos en 2016.

La fuente con la que se obtienen los datos de pobreza, indigencia y desigualdad en Argentina es la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Desde el tercer trimestre 2003 ésta cambió su forma en la que se relevaban los datos, pasando de forma puntual a continua, presentando problemas de comparabilidad.

Utilizando la última metodología propuesta por el INDEC (2016) para la medición de la pobreza, en estimaciones realizadas junto a Daniel Schteingart y Guido Zack se obtuvo la siguiente serie de pobreza e indigencia para la argentina desde 1993 a 2017.

El tercio de pobreza

En dicha serie, se puede observar como desde 1995 a 2002 hubo un aumento significativo en los indicadores alcanzando un máximo de aproximadamente 70% de pobres y 33% de indigentes. Luego, comenzó una fuerte mejora en las condiciones sociales hasta 2013. Desde ese momento se observa un estancamiento o incluso una empeora en dichos indicadores.

Una de las principales batallas con las que prometió luchar este gobierno fue contra la pobreza, intentando llegar a un objetivo de pobreza cero. Mediante diversas combinaciones, entre mejora en la distribución y crecimiento anual promedio del salario real se puede lograr sacar a todos los individuos que se encuentran bajo la línea de pobreza.

Se realizó junto a Guido Zack y Florencia Fares una simulación de posibles combinaciones entre crecimiento anual del salario real y mejora en la distribución (índice de Gini) para llegar al objetivo pobreza cero. Como se observa en el siguiente gráfico, uno de los posibles caminos es crecer al 40% anual durante 7 años y mejorar la distribución del ingreso en 1% anual, algo muy poco probable.

El tercio de pobreza

Para finalizar esta columna, mucho puede hacerse para mejorar las condiciones sociales en argentina, siempre y cuando las medidas que ayuden a mejorar la distribución del ingreso, reducir la pobreza y aumentar el salario real sean compartidas y apoyadas por la población argentina intentando caminar por el sendero hacia el desarrollo económico y social.

*Docente e Investigador. CIMaD - EEyN (UNSAM). Twitter: @FedeFavata