Con Mauricio Macri y su gobierno de CEOs, la perspectiva tarifaria es y será conflictiva. Como parte de su plan de ajuste, el eje de su política es mantener la tasa de ganancias de las empresas privadas que desde los años '90 de Carlos Menem hasta hoy dominan todo el sector de los servicios públicos. Por esa razón su hoja de ruta implica seguir con nuevos tarifazos.

En cuanto al gas, fruto de los frazadazos, ruidazos y protestas masivas con alcance nacional, el ministro Aranguren y el gobierno macrista tuvieron que retroceder del pretendido 700% de aumento tarifario a un 203% promedio y mantener la tarifa social. Y si bien la Corte los obligó a llamar a una audiencia pública que no querían, la vaciaron de real contenido democrático.

Primero, hicieron una única "audiencia" para todo el país. Segundo, sobre 1.300 inscriptos nos borraron a más de 900, entre ellos yo y muchos miembros de las multisectoriales anti-tarifazo. Y tercero y principal, el gobierno no informó la verdadera estructura de costos para ocultar las superganancias de las petroleras y las privatizadas. Habría que auditar las cuentas de todas esas corporaciones, que giraban millones al exterior mientras acá lloran pérdidas para pedir más subsidios y mayores tarifas.

En resumen, Macri y Aranguren imponen subas tarifarias semestrales del gas en boca de pozo hasta 2019. La reducción de subsidios la seguirán descargando sobre el usuario. Y este primer aumento es regresivo mayor para los hogares de menor consumo, que es la mayoría del pueblo. Encima, a fin de octubre hay otra "audiencia" sobre el aumento de los otros dos componentes de la tarifa el transporte y la distribución.

A su vez este tarifazo se suma a los de la luz, agua y transporte, salvo el del subte que frenamos con varios amparos. Pero el conflicto tarifario también sacó a luz el problema de fondo, la causa estructural ¿por qué el gas, petróleo y los servicios deben seguir privatizados? ¿Por qué el pueblo trabajador debe costear las inversiones y la ganancia de los capitalistas por servicios malos y caros?

Para Macri, como para los gobiernos previos, el gas, luz, agua y transporte son meras mercancías para producir lucro para unos pocos. En cambio para nosotros son derechos básicos, cuyo acceso el Estado debe garantizar a todos. Por eso, para tener servicios públicos de calidad y baratos, la única solución es reestatizar toda la producción hidrocarburífera y los servicios bajo el control democrático de usuarios y trabajadores, ahorrándonos así la ganancia privada. Si no, vamos a seguir padeciendo tarifazos y privatizadas sin fin.