Con una participación de 8.089.320 votantes (41,53% del padrón electoral), se realizaron las elecciones para elegir a los 545 miembros que van a conformar la Asamblea Nacional Constituyente, la cual, en palabras del Presidente Maduro, busca "institucionalizar el sistema misiones sociales y sentar las bases jurídicas para un nuevo modelo económico post-petrolero".

Teniendo en cuenta el número de personas que participaron, fue una elección de gran magnitud por el hecho de que allí el voto es voluntario. Este número es aún más importante si se tiene en cuenta que es la elección más participativa que se ha dado en Venezuela en los últimos 18 años.

No obstante, la jornada del día de ayer ha sumado nuevas víctimas fatales a la actual coyuntura venezolana donde la violencia se ha tornado una constante. En medio de este clima violento el Gobierno se vio en la necesidad de abrir un centro de votación general debido al bloqueo llevado a cabo por sectores de la oposición que impedían a la gente ejercer su derecho de votar.

Que si es legal o no, que es una maniobra más de Maduro, que Venezuela no da para más. Varias han sido las voces y opiniones que se suscitaron durante el último tiempo en torno a la convocatoria lanzada por el Gobierno nacional en Venezuela.

Tal es el caso del posicionamiento expresado por la mayor parte de la comunidad internacional, donde los resultados han sido desconocidos. Uno de esos casos es el del Gobierno argentino, quien ya ha declarado a través de Cancillería que "la elección de hoy no respeta la voluntad de más de siete millones de ciudadanos venezolanos que se pronunciaron en contra de su realización. La Argentina no reconocerá los resultados de esa elección ilegal".

En un contexto donde se apunta a Nicolás Maduro como principal culpable de la actualidad venezolana, la realidad es que esta elección ha mostrado la división existente en la gente por un lado, quienes asistieron a votar y apuestan, mediante la reforma constitucional, a la continuidad de la actual gestión nacional; por otro lado, quienes no fueron a votar y hace rato dan por terminado el mandato del oficialismo.

Mientras tanto, el Gobierno de Maduro pretende continuar con el proceso establecido legalmente. Como parte del mismo, una vez definidos los 545 participantes de la Constituyente, se deberá proceder a la discusión y redacción de la Constitución, la cual se presentará posteriormente a la población venezolana, quien deberá decidir si la aprueba o no mediante su participación en un referendo.

La realidad es que, mientras siga existiendo el mismo clima de agitación social en Venezuela, el país seguirá siendo noticia mundial, no por sus avances constitucionales sino por las víctimas fatales que sigue acumulando día a día.