En la inauguración de la exposición rural 2016 el presidente Mauricio Macri sostuvo que "desde hace siete meses trabajamos en el Gobierno para que el campo sienta que se le ha sacado la pata de encima y ahora se le está tendiendo la mano". 

No sólo se trató de un discurso presidencial que retomó una tradición de subordinación política al poder económico agroexportador abandonada hace 15 años. sino que además consistió en un acto simbólico de reconocimiento del poder de la oligarquía pampeana.

Con los datos recientemente publicados- sobre el total de exportaciones efectivizadas en 2016, es oportuno observar el efectivo costo fiscal que ha significado a las arcas públicas las transferencias al "campo" -¿la "gauchada"?- en materia de quita y reducción de retenciones a las exportaciones aplicadas el pasado diciembre de 2015, así como los beneficios de quita de retenciones a las industrias exportadoras y a la minería. 

La tríada de decretos que implementaron las modificaciones significó una variación sustancial de la estructura impositiva del comercio exterior argentino. Mientras que antes el 99% de las exportaciones pagaban algún tipo de derechos, hoy esa proporción no llega al 40%. En otras palabras, mientras antes estaba exento del pago de derechos solo el 1% de las exportaciones, hoy esa exención alcanza casi al 65%. En el esquema actual, el 65% de los dólares exportados no pagan derechos de exportación.

Considerando estas modificaciones, desde CEPA (Centro de Economía Política Argentina) realizamos el cálculo del costo fiscal resultante. Para ello se cotejaron las exportaciones que tuvieron modificaciones, ya sea quitas o reducciones, aplicándoles la estructura de retenciones vigente hasta el 10/12/2015 y la actual impulsada por el gobierno de Cambiemos. La diferencia entre ambos es lo que el Estado dejó de percibir.

Haciendo este cálculo podemos notar que en términos agregados, en 2016 el gobierno tendría que haber recaudado en concepto de retenciones US$ 9.561 millones, mientras que producto de las quitas- sólo recaudó US$ 4.869 millones, es decir, la mitad de lo que tendría que haber percibido. En concreto, el gobierno de Macri resignó US$ 4.692 millones a lo largo del año.

En términos sectoriales lo que se observa es una clara preeminencia del sector agropecuario en la apropiación del beneficio de la medida, captando el 69% del monto liberado por el Estado, lo que es equivalente a unos $48 mil millones de pesos, tomando el tipo de cambio promedio para cada mes. Le siguen en importancia, la industria (17% del beneficio) y la minería (14%).

Por último, vale remarcar que pese a la devaluación y la quita de retenciones, durante 2016 la producción agropecuaria se contrajo 5,52% medida en unidades físicas, pero aumentó sus precios en 83,86%. Lo mismo se produjo en el sector minero, con una reducción del 5,3% pero un aumento de los precios casi 50%. Finalmente, en el caso de la industria, su producción se redujo en unidades físicas en 5,7%, aumentando los precios casi un 40%.  

En lo relacionado con el empleo, la información referida a estas actividades indica que entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016 la industria redujo la cantidad de trabajadores de 1.252.108 a 1.204.285 (casi 4%), la minería redujo 6,3% (de 85.735 a 80.325 empleos), y el sector agropecuario aumentó su plantilla un escaso 1,7% (de 316.546 a 322.081 trabajadores).

Como se puede apreciar a partir de todos los datos brindados, la supuesta salida exitosa al "cepo" cambiario, y los "beneficios" de la quita de retenciones, no fueron para todos. Estas medidas beneficiaron a los sectores más ricos de la sociedad, perjudicando a las clases populares con aumentos de precios y pérdida de trabajo. Los sectores a los que el gobierno decidió realizarles esta "gauchada" reflejan ampliamente los objetivos que persigue el modelo económico de Cambiemos.