Este año en los 24 distritos electorales en que se divide Argentina se eligen 127 diputados, mientras que sólo en 8 provincias se eligen 3 senadores en cada una. Y esto porque nuestra constitución determina que la cámara de diputados se renueve por mitades, cada dos años, y la de senadores por tercios, también cada dos años. Junto a estos cargos de nivel nacional, dos provincias eligen gobernador (Santiago del Estero y Corrientes) y otras tantas eligen legisladores provinciales, así como diferentes cargos ejecutivos y legislativos municipales. No obstante, pese a la cantidad de cargos a elegir en todos estos distritos, la elección de senador de la provincia de Buenos Aires adquiere una singularidad excepcional.

Al menos dos razones la hacen singular, una general y otra coyuntural. La razón general radica en que la PBA contiene al 40% del padrón electoral y es la provincia que, pese a incluso estar en desventaja, más diputados elije. De los 127 diputados, 35 son bonaerenses. Para tener una idea de la importancia: algunas provincias con poca población eligen 2 diputados, mientras que CABA elige 12 diputados. Por esa razón, algunos consideran que la partición de ésta en varias provincias podría ser una solución a su lugar preponderante frente a las otras, y quizás reduciría la gravitación de los políticos nacionales o incluso del mismo ejecutivo nacional en la política provincial.

A diferencia de otras provincias donde los políticos provinciales llegan a la gobernación, en la provincia de Buenos Aires rara vez los políticos provinciales tienen ese honor. No es menor el hecho que los gobernadores de la provincia de Buenos Aires, frecuentemente surgen de la órbita nacional: muchos de ellos fueron vicepresidentes (Duhalde, Ruckauf, Scioli) o candidatos extraterritoriales de proyectos políticos no provinciales (Vidal).

La razón coyuntural radica en que el gobierno de Cambiemos se juega a ratificar el triunfo obtenido en las urnas en la elección de gobernador pasada y, de este modo, confirmar si en 2015 hubo un parteaguas en la estructura del voto bonaerense o, bien, si el triunfo sólo se debió a un problema de coordinación entre los candidatos peronistas. En otras palabras: si fue mérito propio o defecto ajeno. La evidencia es siempre la misma: Cambiemos pasó del 29% en la PASO a 39% en la elección general, venciendo a tres candidaturas peronistas que juntas sumaron el 60% de los votos en la PASO, pero que no pudieron coordinar a sus electorados detrás de una misma candidatura.

Sumadas a estas razones, la decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de competir por la senaduría, convierte a las jornadas electorales de agosto y de octubre próximo en algo más que una elección de medio término. Si consideramos las diferentes encuestas que se han publicado en los últimos días, la intención de voto de la ex Presidenta se ubica en un rango que va desde el 27% hasta el 35%, mientras que la fórmula de Cambiemos, Bullrich-González, estaría entre el 24% y el 34%, de las preferencias, dependiendo desde luego de la encuesta.

Las preferencias por la fórmula de 1País, integrada por Sergio Massa y Margarita Stolbizer, parecen estar ubicadas entre el 14% y el 25%. En general, la mayoría coinciden en ubicar a esta dupla en tercer lugar, no obstante algunas encuestas la ubican en segundo lugar, marginalmente por encima de la fórmula oficialista. Más alejado de las tres listas anteriores, aparece el Frente Justicialista Cumplir de Florencio Randazzo con un rango de menor dispersión entre el 4,5% y el 9% de las preferencias.

Si persiste la tendencia que las encuestas señalan, todo parecería indicar que, en las PASO 2017, cambiemos alcanzaría el 30% de los votos de los bonaerenses, muy cerca del 29.2% que obtuvo en la PASO 2015. También, con el mismo patrón de lectura, la ex Presidenta podría estar cerca del 33% de los votos, mientras que su ex ministro alrededor del 6%, sumando ambos muy cerca del 39% de los votos que el FpV obtuvo en las PASO 2015. La misma correlación se puede observar con la intención de voto de Sergio Massa y los resultados de las elecciones anteriores.

¿Que se quiere decir con esto? Si bien es cierto que los electores se han vuelto más independientes de los partidos tradicionales y que muchas de las decisiones de voto se toman en las últimas horas antes de la elección, no es menos cierto que hay algunos patrones de comportamiento tanto por parte de la dirigencia política como del electorado. No parecen ser tan caóticos los resultados electorales ni las preferencias de los electores de cara a las elecciones próximas. Si bien la nacionalización de la elección de senador de la provincia de Buenos Aires es un hecho, la nacionalización de los resultados electorales quizás dependerá más de quién gane y quién haga la lectura de ese resultado.