Los hilos del 24
Una de las heridas que aún siguen abiertas es el extendido antimilitarismo que aún hoy reina entre los sectores populares
Nos toca conmemorar otro 24 de Marzo en pandemia por el Covid 19. Memoria, verdad y Justicia siguen siendo las consignas que los sectores populares levantamos una vez más. Quizás por el transcurso de estos 45 años, muchos caen en la tentación de pensar que todo está dicho o que simplemente se trata de un hecho del pasado. No obstante, debemos tener en claro que las luchas que antecedieron a ese 24 de Marzo de 1976 hoy siguen vigentes.
Desde el Estado, en los años ochenta, la democracia desmalvinizadora del gobierno de Alfonsín cimentó la "Teoría de los dos Demonios". Obediencia debida y Punto final fueron las nefastas huellas legales de la época para consolidar esa lectura. En los noventa, el Estado se hizo cargo de la cínica "reconciliación" entre las víctimas y sus verdugos y promovió los indultos, ampliando los alcances de las leyes de impunidad.
La historia ha demostrado que no se trató de una disputa entre bandos violentos como se pretendió instalar, sino un plan coordinado por los EEUU y cuyo objetivo era domesticar a la clase obrera argentina, cuyos salarios reales habían alcanzado durante el tercer peronismo los niveles más altos de nuestra historia. Cabe recordar que el salario real cayó a partir de 1975 y solo se recuperó e inició una fase de crecimiento sostenido recién durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Por cierto, vale recordar que durante estos mismos gobiernos no sólo se anularon las leyes de impunidad e indultos a los genocidas y sus cómplices, sino también se revirtieron en parte los nefastos efectos económicos de aquellos años.
Los sectores del ejército que participaron activamente fueron aquellos que realizaron sus posgrados en la "Escuela de las Américas". Una de las heridas que aún siguen abiertas es el extendido antimilitarismo que por obvias razones, aún hoy reina entre los sectores populares. Por eso, remarcamos que tanto el gobierno como la militancia nacional y popular, tenemos la necesidad de recuperar a las fuerzas armadas para la causa nacional, al servicio de las causas liberadoras de su pueblo.
Pero esta parte de la verdad sigue escondiendo la participación de los "civiles" en aquel proceso. El plan económico y la dirección política de ese gobierno fue de cuadros civiles que participaron activamente en municipios, ministerios y en la justicia (muchos jueces actualmente continúan en sus cargos), y que promovieron la desaparición de 30.000 compañeros, pero también la desindustrialización, la caída del salario real y la estatización de deudas privadas con la que Cavallo benefició a los grupos concentrados que habían acumulado fortunas a través del endeudamiento externo y la bicicleta financiera interna; y que terminó pagando el pueblo Argentino. Entre las firmas nacionales más importantes se encuentran Sevel, por entonces del Grupo Macri; Acindar, del ex ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz; Loma Negra, de los Fortabat; y Compañía Naviera, de la familia Pérez Companc, etc. Pero también hay corporaciones extranjeras, como Techint, IBM, Ford y Fiat. Y, por supuesto, el listado incluye al sector financiero: Banco Río, Francés, Citybank y Supervielle, entre otros. A fines del ’83, el perjuicio para el Estado se estimó en 23 mil millones de dólares: más de la mitad de la deuda externa de esos años.
Sin duda, muchas cosas han cambiado desde aquellos años del golpe. La avanzada de la cultura neoliberal y la financiarización de la economía han tenido en nuestro país dos oleadas más que profundizaron sus efectos. La década de los noventa y el cuatrienio macrista han repetido viejas fórmulas: la fuga de riquezas producidas en nuestro país y financiada con endeudamiento externo, la concentración y extranjerización de la economía; y el retroceso del Estado en la producción y en la regulación de la economía. Todo un manual de la dependencia que ha provocado caída del salario real y pérdida de la potencia sindical (por pérdida de afiliados vía precarización laboral y terciarización) conjugado con la aparición de una realidad que ha llegado para quedarse: el desarrollo de una masa de trabajadores de la economía popular que pugnan por vivir dignamente.
Pero cuando deshacemos la madeja de la historia, el hilo de la lucha de clases actual nos muestra que, con similares intérpretes, la lucha sigue siendo la misma y que el retroceso del campo popular resulta evidente. La actualidad nos muestra enfrentados a aquellos que promueven el lawfare de la justicia colonizada, de quienes se niegan a pagar el tributo a las grandes fortunas, de quienes festejan las muertes y la falta de vacunas en plena pandemia, de quienes nos siguen endeudado con su fuga de enriquecimiento privado, de quienes solicitan bajar "el costo laboral" y arreglar urgente un nuevo plan de sometimiento con el Fondo Monetario Internacional. Cuando deshacemos la madeja de la historia, el hilo de nuestras luchas actuales llega hasta ese fatídico 24 de Marzo de 1976.
*Licenciado en sociología. Miembro del Centro de Estudios Nacionales Arturo Jauretche. @cenjauretche