Los impactos de la recesión en las PyMEs del sur bonaerense
Por Juan Cruz Lucero. Las actuales medidas no han golpeado de manera heterogénea a lo largo y ancho del país
Existen varias definiciones para los bienes que se producen en un país. Están los bienes transables, no transables, de capital, de consumo, etcétera. Pero hay un tipo de bien que resulta central para las economías, sobre todo aquellas que se encuentran en vías de desarrollo como nuestro país los bienes salario.
Básicamente son aquellos productos que se consumen en el propio país sin la posibilidad o capacidad de ser exportados, por lo tanto, dependen en casi la totalidad del dinamismo del poder adquisitivo. Productos como los de la industria textil, calzado o juguetes en nuestro país son ejemplos de esta clasificación.
Durante el año 2016, el promedio de pérdida del poder adquisitivo de los salarios registrados fue del 10%. Sólo con revisar este dato, uno puede inferir que los sectores comerciales e industriales vinculados a estos bienes han visto empeorada su situación general. Asimismo, estos sectores tienen un gran componente de PyMEs, tanto en su producción como en los eslabones comerciales, por lo que los hace muy sensible para la economía en general.
Este proceso de caída del dinamismo del mercado interno se enmarca en un contexto de aumentos tarifarios que golpearon a las empresas por doble vía. Por un lado, contribuyeron al mencionado descenso del poder adquisitivo y, por lo tanto, del consumo. Y por el otro, le generaron un aumento de los costos muy importante, que generó muchas dificultades para abonar las facturas.
Las pequeñas y medianas empresas representan uno de los sectores que peores resultados ha mostrado a lo largo de este año y medio de gestión. El motivo es muy claro, la pérdida del poder adquisitivo del salario. El resultado de esta situación fue la destrucción de empleo y la desaparición de empresas. Para complejizar aún más esta situación, las PyMEs son las que generan más del 60% del empleo registrado en nuestro país, por lo que resultan fundamentales a la hora de estimular el desempeño positivo de los indicadores laborales.
Las medidas económicas implementadas desde diciembre del 2015, impactaron negativamente en el entramado industrial concentrado en los distritos del conurbano bonaerense afectando especialmente a sectores como la metalurgia -con mayor énfasis en pequeños talleres y emprendimientos-, la industria textil, la del calzado, la del neumático, automotriz y varios rubros vinculados a los alimentos y bebidas.
Cuando se analizan los impactos de este proceso, puede observar que los impactos han sido disímiles, afectando rápidamente a los sectores más sensibles, ubicados en esta región. En estos distritos, la crisis industrial está muy presente, como también se evidencia el cierre de comercios fruto de la caída del consumo. Ahora bien, las actuales medidas no han golpeado de manera heterogénea a lo largo y ancho del país.
El sur de la provincia de Buenos Aires es ejemplo de ello. Tal vez por la importancia del agro en esta región o por menores precios de los alimentos, por ejemplo, fueron motivos por los cuales la situación de recesión se notó en menor medida que en los golpeados distritos metropolitanos. Al mismo tiempo, existen otros motivos por los cuales uno puede explicar este "retraso" de los impactos negativos de las políticas económicas.
El primero tiene que ver con la menor influencia de la industria en las economías locales, con excepción de tres polos puntuales Olavarría (cemento), Bahía Blanca (polo petroquímico) y Mar del Plata (pesquera). Estas dos últimas ciudades han mostrado el impacto de las medidas antes mencionadas en sus indicadores de desocupación ubicándose por encima del promedio de la región pampeana (8%). En el caso de la ciudad más austral la desocupación registrada por el INDEC fue de 9,2%, mientras que en el caso de Mar del Plata la misma fue del 10,6%.
Al mismo tiempo, puede señalarse que en los municipios de esta región hay mucha influencia del agro -uno de los sectores más favorecidos por la actual política económica- y que su desempeño pudo haber generado un sostenimiento de algunos sectores vinculados a la producción agrícola. Al mismo tiempo, los aumentos de precios -a nivel general- impactaron en menor medida, teniendo una tendencia ascendente pero menos agresiva que lo ocurrido en la Capital Federal y los municipios aledaños.
Caso Bahía Blanca
Como se comentó, la ciudad tiene una tasa de desocupación por encima de la media regional y 2 puntos porcentuales por encima de la media total de los aglomerados relevados. Dicha situación se vincula directamente con los impactos en la caída de los salarios y del poder adquisitivo en general.
A lo largo de este año y medio, la construcción se resintió a partir de la situación económica general repercutiendo negativamente en el inicio de nuevas obras, finalización de obras comenzadas y, también, en el alquiler de viviendas finalizadas.
Uno de los sectores principales de la economía bahiense tiene que ver con el comercio, tanto minorista como mayorista. En ese sentido, es interesante retomar lo planteado por el CREEBA -espacio vinculado a la Bolsa de Comercio local- en su último informe donde presentan, a partir de una encuesta realizada a sus asociadas, los resultados que vienen mostrando las empresas de la ciudad.
En este informe se sostiene que durante ocho bimestres seguidos hubo mayor cantidad de empresas que expresaron respuestas negativas por sobre aquellas que plantearon repuntes en la actividad económica. Por otro lado, señalaron que el sector comercial mostró una disminución clara de los montos facturados señalando que "las ventas en marzo continuaron tan retraídas como en febrero, al ritmo de un consumidor que continuó sintiendo tanto la pérdida de poder adquisitivo de sus ingresos como los altos niveles de endeudamiento en sus tarjetas de crédito".
También se detalla la caída de las ventas del sector de jugueterías, librería y papelería, electrodomésticos y artículos electrónicos e indumentaria, que presenta una situación muy sensible.
Según la Dirección Nacional de Registro de Propiedad Automotor (DNRPA) en los meses de marzo y abril del corriente año, el patentamiento en la ciudad de Bahía Blanca disminuyó un 16,4% en relación al bimestre anterior, enmarcado en una caída a nivel nacional del 7,1%, es decir, más del doble de caída. A nivel interanual, la caída de ventas en la ciudad fue del 5,1%.
Si bien algunos sectores mostraron mejoras en su situación sobre todo vinculado a servicios como agencias de turismo, servicios informáticos, imprentas-, las que mayor dinamismo demostraron fueron las empresas vinculadas al polo petroquímico, que poco influyen en la vida económica cotidiana de la ciudad por ser grandes empresas multinacionales que tienen un enfoque exportador y con pocas articulaciones con la economía local.
Ahora bien, esta caída en los sectores relacionados al mercado interno generaron una reducción de las plantillas laborales de varios sectores, con particular énfasis en los comercios, tales como farmacias, negocios de indumentaria y calzado, librerías y papelerías.
Algunos ejemplos de este proceso de empeoramiento de la situación de las PyMEs y aumento del desempleo vinculado al deterioro del mercado interno y la falta de presencia gubernamental fue el reciente cierre de la fábrica de helados Vito, la empresa Servicios Integrados -servicios de limpieza que tiene 90 trabajadores esperando la resolución del conflicto por el cierre de la empresa-, sumado a los despidos en Alicorp -industria alimenticia-, Supermercados Burgos -consumo masivo- o Lucaioli -comercio de electrónica y electrodomésticos-.
Caso Coronel Pringles
Ubicada a 130 kilómetros al norte de Bahía Blanca, también está sufriendo estas políticas económicas que generaron una retracción del consumo.
En esta localidad de 20.00 habitantes cerraron una importante cantidad de comercios en su zona céntrica. En general, fueron negocios pequeños vinculados a la venta de indumentaria y calzado. El 37% de los negocios cerrados comercializaban tanto calzado como indumentaria. En segundo lugar, con un 21%, negocios vinculados a la venta solamente de indumentaria, seguido por negocios de ventas de zapatos (11%), alimentos y bebidas (6%), artículos y productos regionales (5%), electrodomésticos (5%), heladerías (5%), entre otros.
Al mismo tiempo, cuando uno observa el mapa en el cual se ubican estos cierres, se puede apreciar que se concentran en las principales calles comerciales de la ciudad en un radio muy pequeño, lo que habla a las claras de la situación que se vive en ese municipio.