Desde el año pasado, los aumentos de tarifas que el Gobierno ha ido anunciando han traído consecuencias muy perjudiciales para amplios sectores de nuestra sociedad. No solo para los hogares humildes, donde las familias directamente no pueden afrontar el aumento de precios (ni siquiera de la canasta básica de alimentos); sino también en las clases medias y entre los pequeños comerciantes. 

El último anuncio de aumento de luz se dio acompañado de muchas otras malas noticias crecimiento de la pobreza, de la desocupación y del trabajo informal. Ya fueron anunciadas subas del 60% al 158% en el servicio de luz para usuarios residenciales. En la provincia de Buenos Aires el impuesto inmobiliario será un 36% más caro.

Evidentemente, el gobierno desconoce la realidad de las familias humildes y descarga un aumento de tarifas insostenible para estos sectores. Ya lo hizo el año pasado, planteando como solución una tarifa social que resultó completamente insuficiente. Estos aumentos de precios y de tarifas en la mayor parte de los servicios públicos han resultado un duro golpe para los más pobres. 

Vemos también con suma preocupación el impacto del tarifazo sobre  los pequeños comercios e industrias, sectores importantes de la economía que se estancaran si no pueden afrontar estos aumentos. 

Al igual que el año pasado, seguimos planteando que ningún hogar humilde debe ser víctima de los aumentos de tarifas. Esperamos que se reflexione sobre esta situación y que se profundice en medidas tendientes a mitigar el fuerte impacto que los ajustes económicos, incluidos los aumentos de tarifas, tienen en los sectores vulnerables de la sociedad.