Luego del caso Chocobar que conmovió a la opinión pública y provocó un fuerte debate en la República Argentina respecto al rol que deben tener las fuerzas de seguridad ante hechos delictivos, la alarma volvió a encenderse una vez más. Un policía del Grupo Halcón asesinó por la espalda a un delincuente que habría estado desarmado. 

El cuerpo del joven de 17 años, Fabián Exequiel Enrique, apareció en la entrada de la villa Los Eucaliptos, Quilmes, con dos impactos de bala en la espalda y uno en la pierna. Según informaron, el adolescente habría intentado robarle el celular a un policía del Grupo Halcón en una esquina. Las pericias indical que el agente habría disparado cinco veces.

Las fuerzas de seguridad y el Gobierno nacional -que avala estas conductas- siguen en la mira. En este último caso, el integrante de la fuerza de seguridad estuvo doce horas prófugo hasta que se presentó en la Jefatura Departamental junto con su jefe a la comisaría 3 de Quilmes para dar su testimonio. 

De acuerdo al testimonio del uniformado, él estaba con su uniforme y se dirigía a hacer horas extras. Estaba parado ante un semáforo cuando dos jóvenes se le avalanzaron e intentaron sacarle el teléfono. Y según sus palabras, bajó del auto y les disparó.  

Asimismo, el agente dijo que los jóvenes escaparon corriendo, pero la aparición sin vida y con dos balazos en la espalda de uno de ellos contrasta drásticamente su testimonio. Lo mismo que la falta de testigos que digan que fueron dos los jóvenes que se acercaron al auto. 

Ahora la investigación está en manos de la fiscal Karina Gallo, de la Unidad Funcional de Instrucción 4 de Quilmes, quien dispuso el secuestro del arma reglamentaria del policía y caratuló la causa como “homicidio”. En tanto, la Auditoría General de Asuntos Internos desafectó al oficial e inició actuaciones administrativas.