Ciudad de Buenos Aires: ¿una pesada herencia?
Los triunfos consecutivos del Pro, sus antecesores y la influencia nacional
Algunas consideraciones sobre su autonomía
Sabemos que la Ciudad autónoma de Buenos Aires, desde su autarquía política en 1996, nutrió al estado nacional de dos presidentes (40%) de los cinco electos desde el año 1999 al 2019. Los señores Fernando De La Rúa y Mauricio Macri.
Estos dos mandatarios que antes fueron jefes de gobierno, se destacaron por su supuesta buena gestión en la ciudad de Buenos Aires y a su vez eran fieles representantes del Neoliberalismo.
Desde el año 1976 donde el Neoliberalismo se hizo presente en Argentina, tuvimos cuatro gobiernos de esta ideología 1976/1983 – 1989/1999 – 1999/2001 – 2015/2019. Pero a partir de la crisis del 2001, pensamos que no íbamos a tener más gobiernos de este signo y sin embargo “si se pudo”. Entonces la pregunta es: ¿Los triunfos consecutivos del Pro en CABA de qué manera influyeron? Y en ese caso ¿el FdT del distrito, que tendría que hacer?
¿Que aportó el poder ejecutivo de la Buenos Aires a esta última secuencia de gobiernos neoliberales a nivel nacional?
En el caso de De la Rúa, el componente de honesto y eficaz administrador de la cosa pública en CABA le bastó, para formar un frente que prometía cambiar lo que estaba mal a nivel político, digamos la corrupción y no tocar lo que estaba bien a nivel económico y social, o sea libre mercado e individualismo. El triunfo de Macri, es más complejo, ya que es pos 2001 y De La Rúa era signado como corresponsable de dicha crisis económica. Por eso entendemos que esta recurrencia nos está hablando de algunas cuestiones que convendría dilucidar.
Entendemos que luego del gobierno de la Alianza, el neoliberalismo, necesitaba consolidar en hechos concretos, su construcción política - simbólica, alejada de sus antecesores directos, Proceso militar, Menem y De La Rúa, al menos para las grandes mayorías.
El Pro gobernó el distrito de manera eficaz a los intereses del neoliberalismo e hizo un semblante de buen gobierno para sus habitantes. Esta es la combinación ideal para el capital concentrado, gobernar para los intereses de las minorías y que parezca que es para las mayorías. Por eso creemos que CABA es el territorio ideal para mostrar solvencia administrativa en pos de un futuro mejor. Y de esta manera ser competitivo a nivel nacional. Veamos algunas características.
Por el lado de la representación simbólica, la ciudad de Buenos Aires, tiene una incidencia histórica por ser el centro del poder en el país desde sus propios orígenes: “Dios está en todos lados pero atiende en Bs As”, es utilizado para difundir con fuerza su derrotero ideológico a todo el país.
A su vez la estructura política institucional es importante ya que la ciudad aporta casi el 8% del padrón electoral, 25 diputados nacionales y 3 Senadores. Está claro que la ciudad está sobre representada ya que tiene un 10 % de los diputados con solo un 8% del padrón. Por otro lado, esta importante presencia en el ámbito legislativo nacional también le da visibilidad y poder de negociación con otras agrupaciones políticas de las demás jurisdicciones.
Y finalmente la riqueza del distrito, que se manifiesta en su stock histórico de infraestructura, pagado con los fondos del gobierno nacional; ya que hasta 1996 dependía de este. Esta característica brinda la posibilidad de mostrar eficiencia en el manejo de la cosa pública y reafirmar con el ejemplo la creencia de que: “Lo que hace falta para que mejore la vida de todos son unos eficientes, honestos y modernos equipos de gerentes que manejen el Estado”.
Ya en lo local, observamos que desde 2007 que El Pro basa su accionar en programas como el de Ciudad Abierta, Descentralización Pro, Obras de estética urbana etc.
A través de estas políticas públicas, va convirtiendo al pueblo en clientes ¿cómo? Reafirmando la creencia de que los problemas cotidianos se resuelven con el solo hecho de pagar impuestos. Podríamos decir que estimulan el delegar la participación ciudadana a un gestor honesto, eficiente y por qué no con un buen sentido estético. O sea, un gerente inteligente, honesto, pintón, con un refinado sentido estético y laborioso como sus votantes.
Por lo tanto, las relaciones sociales de ciudadanía se mercantilizan y se es habitante de la ciudad de Buenos Aires si se puede “pagar”.
Es así como el mercado va regulando esta relación y el neoliberalismo va cimentando la falsa sensación de que “soy un individuo amo de mi destino”, mensaje que es irradiado al resto del país.
La identificación con estas políticas y sus gerentes, brinda la posibilidad a muchos porteños de diferenciarse de grupos sociales a los cuales muchos miran con miedo y preocupación. El razonamiento podría resumirse en: Pago porque me esfuerzo, entonces me lo merezco y por lo tanto pertenezco.
El Gran salto de “Cambiemos” y la posibilidad de hacerlo tropezar
Es sorprendente la alta eficiencia de estas formas de interpretar y dirigir las demandas ciudadanas e implementar mecanismos para su institucionalización. La prueba es que primero como “Pro” y luego como “Cambiemos” viene obteniendo en la Ciudad, entre un 30 % y 54 % de los votos en el distrito desde el año 2007.
En este contexto la autonomía de CABA sirvió como plataforma de lanzamiento para demostrar que…“Si se puede”. Y les funcionó a nivel nacional.
Hoy, después del 41% que Cambiemos obtuvo en 2019, El FdT tiene una tarea titánica en el distrito como por ejemplo, desenmascarar la idea que son buenos gestores, cambiar el eje de las demandas, identificar a “Cambiemos” con sus antepasados políticos y celebrar un acuerdo programático y superador de las diferencias dentro del FdT.
*Coordinador Del Observatorio de pensamiento Neoliberal. Centro de Estudios Nacionales Arturo Jauretche.