Ricardo Gareca: el Dios de los peruanos, que muchos lo quieren como Presidente
El técnico argentino que revolucionó el fútbol peruano tras la participación en el Mundial y el subcampeonato en la Copa América, habló con Diagonales y describió cómo vive en suelo incaico, donde lo tienen como el “gran ídolo”
¿Qué tienen en común José de San Martín y Ricardo Gareca?, que los dos son argentinos y amados/idolatrados por el pueblo peruano. El primero, con sus estrategias y visión del mundo en los primeros años del Siglo XIX, fue fundamental para que se concrete la independencia de Perú hace 198 años. El segundo, con su mitología como director técnico, cambió el futuro del fútbol incaico y generó una alegría inmensa en los ciudadanos al clasificarlos nuevamente en una Copa del Mundial tras 32 años y en la final de Copa América después de 44 almanaque.
Gracias a ellos dos, hoy los argentinos que transitan en Lima por los Juegos Panamericanos, son tratados de manera diferente, sumamente respetados.
Una de las tantas diferencias entre ambos, es que el General está en la memoria de toda la nación peruano; y que el Tigre es homenajeado a diario, muchos lo comparan con Dios y otros se animan a pedirlo como Presidente. Sin embargo, Gareca se mantiene, a sus 61 años, con la misma postura de aquel chico de la localidad de Tapiales que soñaba con ser jugador de fútbol: humilde y respetuoso.
Diagonales buscó al Flaco y aprovechó la estadía en suelo limeño para dialogar con el “ídolo nacional”. Fiel a su estilo de pueblerino: amable, pasivo y afectuoso, recibió al medio en un hotel de la ciudad e hizo referencia a los halagos que le trasmiten toda la nación peruana, su experiencia dirigiendo la selección, el doping de Paolo Guerrero, comparó su actual equipo con el de Vélez y mucho más.
Flaco, la gente no para de halagarte y hasta algunos te quieren como Presidente ¿Serías?
-No (risas). Eso no podría ser nunca, yo soy un simple entrenador de fútbol. No me interesa la política desde lo participativo, sí desde una observación y no tengo una figura referente en la política.
El fútbol le permitió a Argentina conquistar una ciudad y un país en el planisferio. Nápoles con Maradona y Perú con Gareca. ¿Podes entender lo que la gente siente por vos?
-La verdad que me mantengo un poco al margen, mi vida es muy tranquila en Perú, salgo muy poco. Mi vida trascurro desde la VIDENA (Villa Deportiva Nacional) que es el lugar donde yo me tengo que presentar a entrenar al departamento. Desde el 2008 cuando dirigí Universitario (fue campeón), la gente peruana siempre ha sido muy afectuosa conmigo y yo le tengo que agradecer a Perú, porque, aunque las cosas no estaban bien en lo deportivo, siempre me brindaron su apoyo para continuar y seguir.
"Yo le tengo que agradecer a Perú, porque, aunque las cosas no estaban bien en lo deportivo, siempre me brindaron su apoyo para continuar y seguir".
También tengo claro que cuando las cosas van bien en un equipo, la gente adquiere un fanatismo por una figura, referente o ídolo, al cual tienen ahí arriba por todo lo que representa, es inevitable. Pero esta siempre ligado a los resultados en acontecimientos.
Nosotros los entrenadores podemos tener una etapa de mayor conocimiento, pero yo soy consciente que los ídolos y las figuras realmente son los jugadores de fútbol. Ellos fueron los encargados de vivir un momento histórico como es un jugar Mundial después de 32 años y de haber disputado una final de Copa América.
Ya llevas cuatro años en Lima. ¿Cómo te sentís viviendo acá?
-Bien, estoy afianzado y adaptado a totalmente a lo que es el día a día de la ciudad. Además, ya tengo organizado todo lo que tenga que ver la actualidad de fútbol local e internacional de los muchachos peruanos. Fue un proceso de aprendizaje, porque más allá de que yo podía conocer a los jugadores de cuando dirigí a la U, para trabajar en el nivel de un selectivo tuve que empezar a conocer todos los jugadores, sobre todo a los de Selección.
"Yo soy consciente que los ídolos y las figuras realmente son los jugadores de fútbol".
¿Qué es lo que se extraña de Argentina?
-Yo extraño todo, mi familia y mis amigos. Soy muy argentino. Lo que pasa que cuando uno se empieza a sentir cómodo en un lugar, extrañas menos cosas. Diferentes es cuando estas lejos, tenes tristeza y nostalgia porque no te podes adaptar, ahí uno empieza a extrañar más. Nosotros estamos bien acá, eso hace que me sienta cómodo en el lugar donde estoy.
Hoy miras ese Flaco de Tapiales que soñaba con jugar al fútbol y mirando ese técnico que arranco desde abajo en el fútbol argentino. ¿Te imaginabas que ibas a dirigir un Mundial? ¿Lo podes creer?
-Sí, porque yo me preparé para esto. Es una bendición de dios y uno tiene que agradecer, yo estoy en el lugar que siempre soñé y quise. En la primera etapa soñaba con ser jugador de fútbol y cuando se acercaba el retiro lo que anhelaba era ser director técnico, pero no solamente me visualizaba como director técnico, sino que todo lo que me fui preparando me llevo a tener la posibilidad.
"Estoy en el lugar que siempre soñé y quise".
Además, nosotros no tomamos con la gente que me acompaña la selección peruana porque se nos ocurrió o porque se nos presentó una oportunidad, queríamos saltear una etapa que fue la dirigir un equipo a vivir esta etapa de dirigir una selección. El cómo es, es un experimento, cuando uno se lanza, hay que ir preparándose para dirigir una selección sabes porque no es trabajar en el día a día, sabes que tenes que viajar para hablar con los jugadores, entrenas con el equipo cuatro días antes y debes tener información para llevársela al jugador. Todo eso sabíamos que teníamos que mentalizarlo y cómo hacerlo. Por eso, no es caer y ver como sucede, hay querer saber cómo es y querer vivirlo.
El momento más duro de tu carrera como entrenador en Perú fue el “doping positivo” de Paolo Guerrero. Ya pasó un tiempo, ¿cómo lo analizas?
-Fue muy traumático y complicado para él y la selección porque precisamente cayó en vuelto en un doping que fue accidental. Si hay algo que está comprobado es que Paolo Guerrero no es un adicto, ni que consume cocaína. Fue un hecho aislado y muy mortificante para todos, primero porque lo conozco a Paolo, es un profesional increíble y segundo porque era nuestra la figura para el Mundial.
Lo peor, fue por todo el proceso que tuvimos que pasar, porque recibíamos la información que levantaban la sanción; que le levantaban la sanción, pero el quería estar libre de todo; luego le ampliaron la sanción, hasta que le hicieron una especie de amnistía para que pueda jugar el mundial. Fue un proceso de loco, que nos llevó a todos estar muy metidos en el tema, aunque nosotros como comando técnico tratamos de aislar a los jugadores del problema.
¿Qué similitud tiene tu equipo de Vélez que brilló en Argentina con este periodo en la Selección?
-Vélez fue un proceso de estabilidad y crecimiento constante para nosotros por cómo nos respaldaron, nos recibieron, tuvimos muy buenos planteles y tuvimos la suerte de contar con buenos jugadores del club. Siempre pelamos arriba y eso fue clave. Algo similar nos toca vivir en Perú, esta etapa de la selección fue de crecimiento. Uno no deja nunca de crecer porque, por mas años que vos tengas siempre son experiencias diferentes, desafíos por cumplir y hoy me agarra en una etapa en la cual uno se tiene que estar superando, buscando cual es la siguiente meta y olvidarse un poco lo del pasado.
"El periodismo juega su partido, que nos lleva a nosotros muchas veces a confundirnos, a equivocarnos o a entrar en el juego".
No te dejas estar, ¿disfrutaste del sub campeonato de la Copa América o ya te pones nuevas metas?
-Lo disfrute mucho por los jugadores. La victoria que consiguieron ante Uruguay fue increíble, el plantel venía de una derrota dura ante Brasil, fueron muy criticado, bastardeado, el contexto no era positivo, pero demostraron tener carácter ante un equipo fuerte y del estilo del uruguayo me dio mucha alegría porque se pudieron sobreponerse de una adversidad. Luego nos tocó ganarle bien a Chile, pero no se pudo dar con la final con Brasil y todavía me sigue generando tristeza.
Pero la Copa América ya es parte del pasado, ahora hay que terminar los años de la mejor manera para lo que se viene. Como te decía, yo permanente estoy buscando desafíos para seguir creciendo y mejorar algunos detalles que tuvimos en la Copa.
En esa Copa América un periodista te criticó duramente tras la derrota en la zona de grupo con Brasil. ¿Qué le dirías hoy?
Nada, yo soy muy respetuoso con los periodistas mientras no haya una agresión verbal o física. Pese a los ofensas, entiendo que es un juego. El periodismo juega su partido, que nos lleva a nosotros muchas veces a confundirnos a equivocarnos o a entrar en el juego, al cual no puedo entrar o no. El periodismo tiene la libertad de preguntar lo que se le ocurra y yo tengo la libertad de responder lo que quiero. Es de a dos, para una pelea siempre se necesitan dos.
Foto: Nicolás Braicovich