“Arriba invencibles”, grita con alegría el director técnico de equipo de sóftbol, Julio Gamarci, antes de que sus dirigidos se suban a los más alto del podio en los Juegos Panamericanos, luego de vencer en la final a Estados Unidos por 5-0 en el estadio Villa María del Triunfo en el predio limeños, terreno que quedará grabado en su memoria porque lograron por primera vez una medalla dorada en esta competencia para el país (en Toronto, Argentina obtuvo la de broce en esta disciplina).

Sóftbol: Los “invencibles”, un grupo ganador que aprendió de las derrotas

Durante la competencia, los campeones del mundo que conquistaron la primera cita ecuménica de la historia al vencer a Japón (3-2) hace dos meses en Praga, República Checa, fueron realmente una topadora en la competencia  consiguiendo siete victoria en la misma cantidad de juegos (4-3 con México, 1-0 con Venezuela, 3-0 con Estados Unidos, 8-1 con Cuba, 13-0 con Perú y en semis 7-0 con Estados Unidos). Sin embargo, este nombre, que ellos mismo se auto bautizaron , no son por los logros en el último tiempo, sino por lo sufrido anteriormente

“El concepto de invencible, no es  por no poder ser derrotado por el rival, sino porque a pesar de las derrotas, nosotros seguimos caminando e intentando, desde la humildad, para ser cada día mejor”, detalla el entrenador, que no se olvida de los malos momentos que tuvieron que pasar antes de lograr ser los reyes del mundo y América: “para que nosotros ganáramos estos dos torneos, tuvimos que pasar por dos mundiales, un sudamericano, dos panamericanos, una copa intercontinental, pero nunca nos fue bien y no hicieron más fuerte. Por eso le hablo de ser invencibles, porque a pesar de las amarguras de no conseguir un logro, nos hicimos más fuertes”.

Sóftbol: Los “invencibles”, un grupo ganador que aprendió de las derrotas

Hoy son multicampeones, pero este mensaje continúa repercutiendo en cada entrenamiento, vestuario o partido, y los jugadores lo tienen muy claros: “en juveniles nos llámanos invencibles, porque no nos rendíamos, eso era la clave. Por más que perdiéramos íbamos a seguir para adelante, esto era un desafío para nosotros y por suerte hemos cumplido”, describe el pampeano Huemul Mata, uno de los pitcher del equipo quien con su efectivo lanzamiento complicó a todos los rivales.

En Argentina el sóftbol no es profesional y no es habitual que se desarrolle en las ciudades con tanta intensidad como el fútbol, básquet o hockey. 

Paraná, Entre Ríos, es la capital del deporte(allí se juntan a entrenar) y la mayoría de los jugadores del plantel son de dicha provincia, aunque algunos ya juegan en las grandes ligas de Canadá o Estados Unidos, pero en muchos casos sigue siendo una disciplina amateur.

A la hora de hablar del plantel, Gamarci los clasifica con tres palabras: “somos una familia” y sus dirigidos lo saben que son un grupo unido, solido e invencible. Cualidades que los llevaron a cambiar la historia del deporte.