¿Venezuela podrá volver a transitar el camino de la democracia?
El país está sumergida en un pozo ciego. Con múltiples complejidades, la legitimidad del gobierno de Maduro se basa en el apoyo militar pero sin capacidad de dar señales ni de recuperación ni de escucha. Crisis de todo tipo: social, económica, humanitaria y de derechos humanos.
Las voces críticas ya atraviesan todo el arco ideológico. Recientemente, la Comisionada de la ONU (ACNUDH) para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, fue muy dura en la presentación sobre la situación venezolana donde sostuvo: “Las autoridades se han negado a reconocer las dimensiones y la gravedad de la crisis en materia de cuidados médicos, alimentación y servicios básicos, por lo que las medidas que han adoptado no han sido suficientes”.
¿Democracia? No, autoritarismo. ¿Por qué? Porque hay elecciones, pero no son transparentes ni tampoco están aseguradas las libertadas civiles mínimas que todo régimen democrático debe garantizar. Con lo cual, para pensar una salida podemos recurrir a la literatura que abordó las transiciones a la democracia, allá a finales del siglo XX. Paradójicamente, a la misma bibliografía que destacaba a Venezuela como una linda excepción con el ilustrativo acuerdo “Punto Fijo” de fines de la década de 1950, con una estabilidad democrática vigente hasta el golpe de estado de Hugo Chávez en 1998.
El mapa actual muestra un líder enquistado en el poder, con cada vez menor apoyo popular y con las Fuerzas Armadas como su leal y poderoso aliado. Del otro lado, una oposición con poca capacidad de articulación hasta la aparición de Juan Guaidó como titular de la Asamblea Legislativa.
¿Qué puede aportar de nuevo la figura de Guaidó? En principio, concuerdo con Andrés Malamud quien afirma que su figura logró captar el apoyo de sectores populares “chavistas” pero hartos de la situación actual. Las anteriores figuras opositoras se mostraban más distantes con los sectores populares. Así que ésta es una buena señal sumada a una correcta estrategia de visibilizar la opción de salida de consenso. El problema está en la paciencia que tenga Maduro, sorprendido tal vez por el liderazgo de Guaidó, y que lamentablemente busque intervenir el Parlamento.
Así, en el contexto de avasallamiento de las instituciones democráticas locales sumado al fuerte apoyo de las Fuerzas Armadas al gobierno, cuesta pensar una salida ordenada a la crisis. Así, queda lejos la por ahora utópica posibilidad de establecer un acuerdo entre los principales líderes políticos y lograr una transición ordenada mediante el llamado de elecciones competitivas y serias. Por este lado la única opción que observo pasa por la pérdida de legitimidad de Maduro. Y esto puede darse o por la profundidad de ser aún mayores las secuelas de la crisis o por la pérdida de apoyo de los militares.
A nivel internacional, la condena es amplia y notoria. Es para celebrar que la intervención militar sea resistida y que la clave es continuar mediante el diálogo y la paz. Las embestidas militares norteamericanas fueron frenadas por la comunidad internacional que reclama diálogo. De ahí la importancia de la innovadora mirada diplomática de Guaidó. El contexto internacional presiona pero por ahora es solo eso.
En este panorama está sumergida una Venezuela que necesita de una buena vez restablecer la paz y la confianza en sus instituciones. A corto plazo, la garantía de una transición a un régimen democrático se va a dar cuando importantes sectores de las fuerzas armadas le quiten el apoyo a Maduro. Eso, sumado al contexto de presión internacional podrían permitir el llamado a elecciones limpias y así Venezuela retomará el sendero de la democracia.
*Licenciando en Ciencia Política (UBA); Docente en UBA, Universidad Torcuato Di Tella y en el INCaP (Instituto Nacional de Capacitación Política). Director del sitio especializado Argentina Elections (www.eleccionesargentinas.com). Twitter: @NCereijo