El presidente Mauricio Macri se reunió con el secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson, que felicitó el "liderazgo" de Argentina en la región. En relación a los temas de agenda de la visita, el eje comercial -que se plantea como fundamental para el oficialismo por el arancel aplicado por el gobierno norteamericano a la importación de biodiesel argentino- fue quizás el más pobre en términos de logros debido a que no se presentó ningún acuerdo específico.

Donde sí hubo mayor profundidad es en lo que refiere a la seguridad, específicamente a la lucha contra el terrorismo, tema que sin dudas fue el protagonista de la agenda argentino-norteamericana durante estos 3 días. Ambos países se comprometieron a cooperar más estrechamente para cortar las redes de financiamiento del grupo terrorista libanés Hezbollah en América Latina. Así lo afirmó el funcionario norteamericano, quien dijo que "abordamos la presencia del Hezbollah libanés en el hemisferio, donde consigue financiamiento para sus actividades terroristas. Estuvimos de acuerdo en que es algo que debemos atacar y eliminar”.

A partir de estas declaraciones queda en evidencia la  intención de EEUU de retomar la hipótesis -que se mantuvo a principio del siglo XXI y que parecía haber sido dejada a un lado- de que en regiones de América Latina yacen vínculos económicos con el terrorismo vinculado al grupo de Hezbollah. Si bien el actual canciller argentino Jorge Faurie, declaró que América Latina, hoy por hoy, "es una zona de paz", la lectura argentina parece encontrarse en sintonía con lo planteado por el gobierno norteamericano.

Por otro lado, Tillerson dijo que los Estados Unidos "valora el liderazgo y la promoción de la democracia en particular en el caso de Venezuela". En este eje ambos países presentaron una misma línea en relación al rechazo al gobierno de Maduro, aunque Argentina pidió distinguir entre sanciones al líder político y al pueblo venezolano.

Los elogios del funcionario norteamericano relacionados con el actual accionar internacional de Argentina, dejan en evidencia el innegable liderazgo que Macri ha asumido como promotor de la región frente al mundo, o al menos en latinoamérica que dejó atrás- electoralmente hablando- lo que en su momento se conoció como el “giro a la izquierda”.

Será cuestión de futuros análisis observar cuán beneficiosa puede realmente resultar este tipo de política exterior para la Argentina, principalmente teniendo en cuenta que, quien hoy por hoy se presenta como uno de sus principales aliados (EEUU), no tiene una agenda de trabajo recíproca para los intereses argentinos, en política comercial.