El 2009 fue un año complejo para el kirchnerismo. Tras la crisis del 2008 en la pelea con el campo por la 125, que decantó en la primera gran derrota política del espacio que comenzaba su segunda presidencia, llegó el impacto mundial de la caída del Lehman Brothers y el resentimiento de la economía local. El resultado de ese combo fue la primera derrota electoral kirchnerista, que venía de triunfar consecutivamente en 2003, 2005 y 2007. En las legislativas del 2009, el vencido fue nada más ni nada menos que el propio Néstor Kirchner y, fiel a un estilo que empezaba a consolidarse, la respuesta del espacio político fue salir de esa crisis redoblando la apuesta.

En diciembre de ese año el Congreso de la Nación sancionó la Ley 26.571 de Partidos Políticos, que entre otras modificaciones al sistema incorporó las Primaria Abiertas Simultáneas y Obligatorias. En lo discursivo, los argumentos apuntaron a una convocatoria generalizada a toda la sociedad a definir los candidatos de cada espacio, algo que antes estaba limitado a las elecciones partidarias internas donde sólo votaban afiliados. En lo concreto, la medida significaba restarle fuerzas a las estructuras vetustas de los partidos y rediseñar un sistema donde la hegemonía que empezaba a solidificar el kirchnerismo sobre otros elementos del PJ terminara de imponerse.

A 15 años de su sanción y a 13 de su debut en 2011, hoy las PASO vuelven a ser objeto del impulso de una fuerza política novedosa y rupturista que pretende moldear el sistema electoral a lo que interpreta como su conveniencia. Pero, esta vez, en sentido contrario. La Libertad Avanza presentó un proyecto para eliminar las primarias en el orden nacional y, por primera vez y tras múltiples intentos de la oposición al kirchnerismo en todos estos años, la iniciativa parece encaminarse a lograr los consensos necesarios para su aprobación legislativa.

El debate ya tiene su correlato en los distintos territorios del país y en todas las fuerzas políticas. El capítulo peronista, y más específicamente el del peronismo bonaerense, comporta un interés particular porque allí anida lo que puede ser el germen de un reordenamiento que alumbre a lo que se espera que sea la principal alternativa político electoral al Gobierno nacional, tanto en 2025 como para 2027. A una década y media de las fisuras que De Narváez logró meter en el peronismo bonaerense para derrotar a Néstor Kirchner, una nueva e impensada interna entre CFK y Axel Kicillof marca el pulso de un peronismo lleno de discusiones y que parece decidido a entregar el instrumento que diseñó tras aquella primera gran derrota electoral y que hasta ahora defendía con uñas y dientes.

¿Qué pasa si no hay PASO? Capítulo peronismo

SUSPENDER O DEROGAR, ESA ES LA CUESTIÓN

Si bien el peronismo no se mostró reacio en general a la discusión planteada por el Gobierno para derogar las PASO, lo cierto las distintas propuestas que surgieron desde el espacio plantean ideas intermedias. Esta semana llegó un proyecto a la Cámara Baja presentado por tres diputados chaqueños para que las PASO dejen de ser obligatorias. “Hacer compulsiva la participación en lo que es una elección interna de un partido puede ser entendido como una tergiversación de ese derecho constitucional al sufragio”, plantea el texto elaborado por Juan Manuel Pedrini, María Luisa Chomiak y Aldo Leiva, que responden al ex gobernador Jorge Capitanich.

Las realidades son disímiles en cada territorio. Hay provincias donde distintas fracciones del peronismo pujan hace tiempo por imponerse, por ejemplo Santa Fe, y otras en las que el PJ está ordenado detrás de un liderazgo incuestionado, como en Formosa. Por esto, para algunos territorios las PASO siguen siendo un elemento de utilidad, mientras que en muchos otros ya es visto como algo innecesario, que genera costos económicos y que, generalmente, siempre fue más útil al antiperonismo para ordenarse que al peronismo en sí.

La madre de todas las batallas sigue siendo la provincia de Buenos Aires, y allí también se discute el tema a fondo. La semana pasada el Frente Renovador de Sergio Massa presentó en la Legislatura bonaerense un proyecto a través del diputado Rubén Eslaiman para “suspender” las primarias en la PBA. El escrito presentado por Eslaiman plantea que el sistema de las PASO fue concebido “con una premisa fundamental, que era profundizar el espíritu democrativo en la elección de los cargos electivos”, para luego agregar que “pasaron 14 años desde el momento de su implementación, la situación y paradigma actual ha cambiado enormemente, estamos situados en un escenario en que impera poner pausa a tal aplicación, lo cual no solo deviene de una situación económica crítica para la provincia de Buenos Aires sino también para todo el país”.

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¿QUÉ PASA SI NO HAY PASO?

En el massismo recalcan que el proyecto de la suspensión implica una especie de stand by para el año que viene, con miras a rediscutir hacia 2027 qué se hará definitivamente con las PASO. “Está todo atado a lo que suceda a nivel nacional”, aclaran, en relación a que avance o no el proyecto de LLA en el Congreso.

Cerca de Sergio Massa se encargan de dejar en claro que “obvio que Axel y Cristina sabían del proyecto que presentamos, estamos dentro del espacio y Sergio está todo el tiempo hablando con Axel, con Cristina y con Máximo también”. Traducción, todas las patas del peronismo bonaerense evalúan y no miran con malos ojos la posibilidad de que en 2025 no haya PASO en la PBA. Pero, ¿qué implicancias puede tener ese cambio en el plano político?

En principio, un factor a considerar es el tiempo. Con el cronograma actual, las fórmulas deberían presentarse hasta el 25 de mayo por el tiempo que implicará la impresión de las boletas únicas de papel (BUP), otra de las reformas que el Gobierno consiguió imponer en materia electoral. De suspenderse las PASO, el plazo para la presentación de listas se estiraría hasta agosto, fecha en la que hoy están pautadas las primarias. Esto, en un peronismo atravesado por las internas y con múltiples discusiones aún por saldar, significa un mayor tiempo para el reacomodo y la construcción de posibles acuerdos.

Otro aspecto determinante es la posibilidad de un desdoblamiento de las elecciones nacionales con las provinciales. Kicillof ya manifestó que la PBA no adherirá a la BUP, lo cual establece un “desdoblamiento de facto” entre ambos comicios. Aunque se votara el mismo día, con boletas distintas deberían haber dos urnas, algo muy complejo desde la logística tanto al momento de la votación como en el escrutinio. “Eso es un chino”, coinciden en el Frente Renovador con la mirada de Kicillof.

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El desdoblamiento, que algunos sectores cercanos al gobernador ya dan por hecho, implicaría casi con certeza un adelantamiento de las elecciones provinciales. Eso permitiría separar la rosca por las listas nacionales de las provinciales, donde los intendentes y el armado de Kicillof pretenden tener una mayor injerencia a la que podrán aspirar en una boleta nacional que depende de la lapicera ya en manos de CFK. “Puede suceder que en la nacional cierre todo CFK, pero que se coma el desplante de que Axel le adelante la elección y los intendentes jueguen más a media máquina en la nacional”, opina un funcionario bonaerense.

“Todo indica que Cristina va a ser candidata, entonces en los cargos nacionales no va a haber mucha discusión, al ser ella va a imponerse. A nivel provincial, que seguramente va a estar desdoblado, ahí pesa menos la figura de CFK. En las secciones o distritos donde no haya consenso se presentarán más de una lista peronista”, sintetizan en el entorno de un asistente a la mesa chica de Kicillof, y agregan: “lo lógico es que La Cámpora no cierre, porque no negocian nada, entonces en los distritos donde estén flojos iremos a la guerra”.

En las filas de Massa son más optimistas (o voluntaristas, a gusto del lector) en cuanto a la posibilidad de construir acuerdos. “Puede suceder, pero no está en los planes que haya ni dos ni tres listas, el plan que haya una sola”, dicen ante la consulta en relación al posicionamiento del Frente Renovador de hace unas semanas, en el que el partido del ex ministro candidato mandó un duro mensaje a la interna entre CFK y Kicillof, avisando que si cada uno presentaba su lista ellos presentarían una propia. 

“Eso fue en el contexto de mayor ebullición de la interna, pero Massa siempre pregona la unidad, hay que volver a foja cero pero con unidad. Sergio está permanentemente en diálogo con Axel y con Cristina buscando que no haya fisuras. Él ha dicho ha dicho muchas veces que el peronismo se levanta a la mañana con 30 puntos y se va a dormir con 30, más o menos es ese el capital que tiene. Si vamos separados lo ponemos en riesgo. Nuestra línea es primero unidad, segundo lugar unidad y tercero unidad”, sentencian.

CUIDANDO LA QUINTA PROPIA

Por fuera de la discusión CFK-Kicillof, no son pocos los actores exploran piruetas de todo tipo para no quedar atrapados en una interna que no sienten propia y en la que cualquier posicionamiento extremo les genera más riesgos que posibles ganancias. Particularmente, los intendentes del peronismo que no están fuertemente encuadrados ni en el armado del gobernador ni tras el poder de Máximo Kirchner, no se muestran muy preocupados por lo que pueda suceder con las PASO, sino más bien en lo que atañe a sus reelecciones.

“De todas las conversaciones que vienen circulando la prioridad es que se definan por la reelección, si después en el paquete viene lo de las PASO o el desdoblamiento, o si sirven de moneda de cambio, recién ahí importa. Lo que quieran, pero primero la reelección de los intendentes y legisladores.”, afirman en un municipio de la Primera Sección electoral que no juega fuerte para ninguno de los campamentos de la interna. Y aportan una mirada que hoy recorre muchos municipios, donde lo que prima es el intento de equilibrio en la discusión entre el gobernador y Máximo Kirchner, pensando en no perder lo propio: “El punto central es cómo pararse en el medio de Kicillof y La Cámpora y que no los duerma con las listas”.

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Un total de 84 intendentes no podrán presentarse a su reelección en 2027 si no se modifica la ley que María Eugenia Vidal impulsó con el apoyo de Sergio Massa, y que ya tiene varios parches, el último de ellos puesto por el FdT en 2021 justamente para que esos jefes comunales pudieran reelegir en 2023. En este punto sí que se plantea una diferencia entre el Frente Renovador y el resto de las tropas peronistas: “Ese es un tema que nos separa, no vamos a ir detrás de la marea en caso que todos en el espacio quieran cambiar la ley. Nosotros vamos a seguir fieles a esa limitación” dicen desde el massismo bonaerense. Sin embargo, agregan que “eso no sería un impedimento para ponernos de acuerdo, fijaremos nuestra posición pero nada más, no vamos a impedir que el espacio lo ponga a votación”.

TIEMPOS

Con todos estos elementos sobre la mesa, diciembre aparece como un mes que promete temperatura y definiciones en el peronismo bonaerense. “Hay muchas cosas que se están discutiendo de acá a fin de año, una tiene que ver con las PASO, pero también el desdoblamiento, el Presupuesto, la Ley Fiscal, el rumbo de la provincia se debate con todos esos temas en paralelo. Y esto no se puede tratar en marzo, es ahora”, sentencian en una de las patas peronistas de la provincia.

En el Frente Renovador consideran que “diciembre va a ser crucial para ver cuál es la hoja de ruta que van a tomar los líderes del espacio, que son el gobernador, Massa y Cristina con Máximo. Ya no se puede cambiar el rumbo en marzo/abril”, e inscriben el proyecto de Eslaiman para suspender las PASO en esa hoja de ruta. 

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Con la interna en modo intermitente, con picos y desescaladas, el reloj marca el tiempo de descuento para muchas de las decisiones claves que marcarán al peronismo de cara a lo que viene. Con versiones de algunos contactos entre Kicillof y CFK que nadie confirma, los pilares del peronismo bonaerense deben definir, entre otras cosas, qué harán con la herramienta que inventaron hace 15 años para terminar de consolidar una hegemonía. 

Si las PASO sirvieron entonces para ordenar, el devenir de esta década y media llevó al peronismo al desorden y la fragmentación que expuso CFK y que, por ahora, no da muestras de superarse. Habrá que ver si la decisión opuesta a la que tomó Néstor Kirchner en 2009 aporta algo en esa dirección, o si la ausencia de primaria termina de atomizar aún más al espacio. Todo puede ser en un peronismo que aún no hace pie en el nuevo sistema político que instauró el terremoto Milei.